La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) actualizó sus Hojas de Ruta de Políticas y Finanzas hacia Cero Neto (Net Zero), que incluyen análisis ampliados y profundizados.
Destacan cuatro conclusiones clave: la transición energética de la industria del transporte aéreo es viable para el horizonte de 2050; inversiones necesarias para lograrlo; unidad de propósitos entre los responsables de las políticas para lograr la transición, y acelerar las oportunidades ya que cada acción retrasada es una oportunidad perdida.
"Las Hojas de Ruta de Políticas y Finanzas de IATA hacia Cero Neto actualizadas dejan claro que la descarbonización para 2050 es posible. Pero también emiten una advertencia: para lograrlo, todos los actores, especialmente los responsables de políticas, deben colaborar más ampliamente y actuar con mayor urgencia. Necesitamos marcos claros tanto de políticas como financieros que apoyen las necesidades del transporte aéreo, coherentes con los enormes cambios que deben ocurrir simultáneamente en todos los sectores económicos”, aseveró Willie Walsh, director general de la IATA.
La Hoja de Ruta enfatiza la importancia de una secuenciación estratégica y de la colaboración global, incluso más allá del sector aeronáutico. Reconoce que no existe una solución única para todos y que las políticas deben permitir que todos los países participen en el futuro mercado global de Combustibles de Aviación Sostenible (SAF).
Entre los puntos modificados se encuentra la necesidad de una acción inmediata, con el objetivo de liberar las Unidades de Emisiones Elegibles (UEA) del Esquema de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA) y priorizar el SAF en las refinerías.
También se impulsa la secuenciación estratégica de políticas, pues será crucial combinar medidas de impulso tecnológico y de demanda. Los gobiernos deben promover mercados globales, líquidos y transparentes para la energía limpia en la aviación.
Entre gobiernos, el sector de la aviación y otros sectores para eliminar barreras y promover inversión en tecnologías nuevas, SAF e infraestructura es decir generar una colaboración transformadora.
El organismo añadió que también es esencial crear un marco global de contabilidad del SAF para asegurar la transparencia y evitar la doble contabilización de los beneficios ambientales. Además, se debe abordar la fragmentación actual en los procesos de certificación para SAF y compensaciones de carbono.
En la Hoja de Ruta Financiera se ofrece una visión detallada de las inversiones necesarias para alcanzar las emisiones netas cero de CO2 en 2050, y los costos que enfrentarán las aerolíneas al adquirir las nuevas soluciones. Además se identifica el número de nuevas biorrefinerías que deben construirse, destacando que su producción beneficiará la transición energética de todas las industrias, ayudando a enfocar el propósito común entre los responsables de políticas para garantizar una transición exitosa.
La IATA afirmó que para alcanzar el cero neto en 2050, la inversión anual promedio en nuevas instalaciones durante 30 años es de aproximadamente 128 mil millones de dólares (mdd), en el mejor de los casos, significativamente menos que la inversión total estimada en los mercados de energía solar y eólica, que es de 280 mil mdd por año entre 2004 y 2022. El éxito se vería facilitado si los gobiernos redirigen los subsidios de los combustibles fósiles hacia la producción de energía renovable, de la cual el SAF es solo un tipo. Además se requiere de un costo adicional para la transición sobre el combustible de aviación resultante de la adquisición de SAF, hidrógeno y otras soluciones clave, el cual se estima en 1.4 mil mdd en 2025. Para 2050, el costo de transición podría alcanzar los 744 mil mdd, según el análisis de IATA.
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