La empresa Aircraft Propeller Service (APS), que comenzó en 1953 como un pequeño taller de reparación de hélices para la aviación general, ha crecido hasta convertirse en uno de los pocos operadores independientes con licencia de Collins Aerospace para dar servicio a las hélices de aviones más avanzadas del mundo, emergiendo como un actor clave en mercado MRO.
“Es una empresa fundada por técnicos”, afirmó Ezequiel de Souza Junior, director ejecutivo de APS Brasil.
De Souza afirmó que para conocer cómo la operación brasileña ha jugado un papel fundamental en el crecimiento internacional de APS, desde 2016, cuando UTC decidió abandonar Brasil, APS adquirió el centro MRO de su socio en Atibaia, estado de Sao Paulo.
“Fue una gran oportunidad para APS. Inicialmente esta unidad iba a atender principalmente a Azul, ya que esta aerolínea es el mayor operador de turbohélices ATR en América Latina”, explicó De Souza.
Los turbohélices ATR, tanto el modelo ATR-42 como el ATR-72 en sus diferentes versiones, utilizan las hélices 568F fabricadas por Collins Aerospace. La reparación y revisión de este tipo de hélices es una de las principales capacidades de APS.
La adquisición de la planta brasileña también brindó a APS la oportunidad de combinar capacidades locales preexistentes con las que se encuentran en su sede en Estados Unidos, de acuerdo con información de Aerotime Hub.
“Sin embargo, Azul nos informó que iban a dejar en tierra todos los aviones. Esto fue potencialmente devastador para nosotros, ya que en ese momento éramos muy dependientes del mercado de las aerolíneas y no había ningún plan de apoyo del gobierno disponible en nuestra región”, afirmó.
No obstante, la pandemia brindó una oportunidad para la exitosa estrategia de crecimiento y diversificación que la empresa implementó en un tiempo récord.
Presionada por encontrar nuevas fuentes de ingresos, APS impulsó el sector de defensa, que representaba el 25% de su negocio en Brasil a finales de 2020, frente a apenas el 10% el año anterior.
El negocio de defensa ha logrado mantener su participación en los ingresos de APS después de la pandemia, mientras que el segmento de aerolíneas se redujo casi a la mitad, del 61% antes de la pandemia al 33% actual.
APS Brasil también ha experimentado un crecimiento en la industria de helicópteros, siendo Sao Paulo el mayor mercado para helicópteros privados en todo el mundo.
Por ello, APS ha estado presente en este mercado desde 2017, cuando comenzó a prestar servicio a actuadores de helicópteros tanto para el rotor principal como para el de cola, y desde entonces ha crecido hasta representar aproximadamente un tercio de sus ingresos.
El resto de los ingresos de APS Brasil corresponde a “servicios especiales”: una combinación de servicios que proporciona a terceros, incluidos otros talleres MRO.
Tener la licencia de Collins Aerospace y experiencia previa en la revisión de turbohélices civiles fue esencial para que APS atendiera a las fuerzas militares, ya que el avión de transporte ligero Airbus CN-295 operado por la Fuerza Aérea Brasileña utiliza el mismo tipo de hélice que el ATR regional.
“En 2020, aproximadamente la mitad de su flota CN-295 normalmente estaba en tierra en algún momento debido a problemas técnicos. Y, a finales de 2021, sus 10 aviones, es decir toda la flota, estaban nuevamente en el aire”, afirmó.
APS Brasil no solo logró mantener a todo su personal durante la pandemia, sino que emergió como una empresa más resiliente, lista para desempeñar un papel aún mayor dentro del grupo más amplio de APS. Como resultado, el éxito de la operación brasileña ha servido como modelo para otros centros de APS.
De Souza explicó que algunas de las lecciones adquiridas en Brasil se replicarán en el taller de MRO que APS está abriendo en Kuala Lumpur, Malasia, donde prestará servicio a turbohélices ATR y Airbus para Malaysian Airlines y otros operadores de la región.
Al igual que con APS Brasil, De Souza identificó algunas vías para un mayor crecimiento, tanto vertical como horizontal en todo el sector. Una opción obvia es ingresar a mercados adyacentes en toda América Latina.
De Souza dijo que cuenta con la estrecha relación de APS con Collins Aerospace y, a través de ella, con ATR y Airbus, para conquistar nuevos clientes para la empresa.
Refirió que determinados procesos sólo pueden ser realizados por un operador autorizado como APS. Ofreció un ejemplo de la unión entre las palas compuestas y la raíz metálica de la hélice, que es un punto crítico y sólo los fabricantes de equipo original (OEM) o un licenciatario pueden tocarlo.
“Para ello es fundamental tener una relación con el OEM. Podríamos realizar estas tareas en otros países de Latinoamérica, ya que el OEM, Collins Aerospace en este caso, confía en nosotros”, explicó, agregando que APS también cuenta con varias certificaciones de otros países.
APS también tiene otras líneas de negocio. Fabrica algunas piezas pequeñas y medianas internamente y también comercializa piezas y repuestos en el mercado de repuestos, a veces retirando piezas útiles de aviones que están siendo retirados de servicio. También ofrece formación técnica a terceros.
“Todos estos negocios tienen el mismo sello. Además de la increíble experiencia técnica de nuestro equipo, nos motiva mucho la satisfacción del cliente y nos tomamos muy en serio los plazos de entrega para nuestros clientes”, concluyó.
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