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22/11/2024

Fuerzas armadas gestionarán el negocio millonario de turbosina

Redacción A21 / Miércoles, 31 Mayo 2023 - 01:00
El argumento principal para que ASA deje de manejar estas actividades es la corrupción que ha privado durante años.

Silvia Rosete Bringas

 

El gobierno federal prepara la entrega a las fuerzas armadas del negocio millonario de transporte, almacenamiento y venta de turbosina y gasavión que hasta ahora venía manejando Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).

Se trata de un negocio estimado en casi 58 mil 491 millones de pesos para 2023, según consta en el Programa Operativo Anual de ASA, enfocado al suministro de combustibles para las aerolíneas que forman parte del sistema aéreo nacional a través de sus 63 estaciones de combustibles y sus 293 tanques de almacenamiento.

De esa cantidad la comercialización de combustibles representa 56 mil 742 millones de pesos; el servicio de almacenamiento 822.8 millones de pesos; y el servicio de expendio otros 926.8 millones de pesos.

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Las autoridades gubernamentales, revelaron fuentes del sector que solicitaron no ser citadas por razones de seguridad, evalúan si estas tareas serán asumidas por la Secretaria de Defensa Nacional o la Marina, en el entendido de que esta última dependencia ha venido adquiriendo gradualmente el control de la red de aeropuertos de ASA -integrada por 19 terminales aéreas-, al tiempo que la Sedena se ha encargado del ataque frontal al mercado ilícito de combustibles y ya opera junto con Pemex auto tanques que llevan el producto desde sus centros de distribución a los principales aeropuertos del país, como al AICM y el Aeropuerto Felipe Ángeles.

De hecho, el argumento principal de que las fuerzas armadas se encarguen del negocio de combustibles para las aerolíneas es debido la corrupción que ha privado por años en este sector, pues se detectó robo de turbosina, adulteración con agua y una deficiente medición en la recepción y entrega de los volúmenes que se comercializan.

En marzo del 2011, el entonces director de ASA, Gilberto López Meyer reconoció que las debilidades en los esquemas de medición de la turbosina que ingresa a las 59 estaciones de combustibles del país y que sale para su venta, sumadas a las deficiencias en el despacho a pie de avión, eran aprovechadas por la delincuencia organizada, que desde entonces ya venían operando en instalaciones aeroportuarias, para robar combustible que más tarde utilizarían en sus propios aviones o colocaban en el mercado negro.

En ese mismo mes, ASA reconoció en un análisis propio, que los equipos de filtrado no cumplían con los estándares internacionales, lo que elevaba el riesgo de que las aerolíneas estuvieran recibiendo turbosina con agua.

En el diagnóstico realizado se encontró que la dependencia podría estar entregando combustible con más de 15 partes por millón de agua en suspensión, lo cual elevaría el riesgo de daño a “motores de aeronaves”.

Además, los rezagos y las deficiencias en la infraestructura de ASA son tomadas por el gobierno federal para justificar la entrega a las fuerzas armadas.

Apenas el 25 de abril de este año el organismo reconoció la obsolescencia y envejecimiento del parque vehicular destinado al servicio de suministro de combustible de aviación, lo que ha derivado en fallas constantes en consecuencia a los más de 10 años de operación y una deficiente asignación de recursos para que puedan cumplir con los estándares internacionales de la aviación, lo que ha elevado los costos de mantenimiento.

Se trata de 314 autotanques y dispensadores que han suministrado 16.2 millones de litros de combustible a aeronaves en el periodo 2018-2022 a través de la realización de 3 millones 638 mil 462 servicios, pero que en su mayoría requieren programas de mantenimiento especializado para la actualización de componentes de seguridad.

O, la necesidad de implementar un programa de sistemas de medición de combustibles de aviación en 26 estaciones de combustible de ASA, derivado de que la entidad tiene sistemas de almacenamiento dentro de las estaciones de combustibles que no cuentan con métodos de medición con protocolos automáticos con alto grado de rango y resolución.

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Al no disponer de estos equipos, no es posible alcanzar niveles de cumplimiento de los estándares nacionales e internacionales, que, si bien no ponen en riesgo la calidad del combustible, generan un riesgo en la operación de los niveles de inventarios por cada tanque de almacenamiento, ya sea por eventos de sobrellenado con posibilidad de derrames de combustible o por operar los tanques con niveles bajos con el peligro de causar deformación por la succión de aire.

Asimismo, tampoco es posible reducir las observaciones y aclaraciones constantes por parte de los clientes respecto a diferencias en los inventarios de combustible.

Desde el pasado 12 de mayo, de acuerdo con las fuentes consultadas, el director de ASA, Oscar Artemio Argüello fue despedido, por lo que se prepara la transferencia presupuestal, administrativa y operativa de esta actividad a una de las dos dependencias castrenses.

A partir de esta decisión serán las fuerzas armadas las encargadas del suministro de combustibles al Sistema Nacional Aeroportuario, que el año pasado representó un volumen de 5 mil 90 millones de litros, de los cuales 52% fueron comercializados por la entidad pública y el restante 48% por terceros, concretamente Word Fuel Services y Valero que se hicieron cargo del abasto de aerolíneas como Aeroméxico, Avianca, Air France y Delta.

También tendrá que evaluar si lleva a cabo las principales estrategias y acciones que ASA planteó en su Programa Operativo Anual 2023, entre las que destacan las siguientes acciones en la materia de suministro de combustibles:

Iniciar la construcción de una nueva estación de combustibles dentro de los terrenos del Aeropuerto Internacional de San José del Cabo, a través de un convenio que se firmaría entre ASA y el Grupo Aeroportuario del Pacífico, con recursos del GAP.

Ampliar la capacidad de bombeo plataforma en la estación de combustible de Cancún y, construir un tanque de almacenamiento de combustible de 7.5 millones de litros en la estación de combustibles de ese lugar.

Respecto de la modernización de infraestructura, se tiene pensado actualizar el sistema de llenado para 130 autotanques; adquirir 16 vehículos de suministro para estaciones de combustible; instalar sistemas de filtración en 9 plantas de combustible en Cozumel, Mérida, Huatulco, Puebla, Tepic, Culiacán, San Luis Potosí, Tampico y Zacatecas.

Además, adquirir equipos especializados y de vanguardia para el control de calidad de los combustibles de aviación; llevar a cabo el mantenimiento anual preventivo y correctivo del equipamiento electromecánico de los aeropuertos de la Red ASA; y, concluir el programa de vehículos para la seguridad operacional de las terminales aéreas de Nogales, Tehuacán y Tamauín.

Tendrán en sus manos la renovación de los certificados en las normas ISO 9001, 14001 y 45001 para las estaciones desincorporadas y en ISO 9001 para las estaciones de la Red, además de realizar, al menos, dos visitas en campo como acompañamiento a la certificación JIG para aerolíneas e instalar el sistema de telemedición en tanques de 26 estaciones de combustibles.

La dependencia castrense que asuma el negocio de los combustibles en aeropuertos tendrá que seguir negociando los adeudos de las aerolíneas a quienes se les entrega combustible pero no lo pagan, como es el caso de Aeroméxico, que al 27 de diciembre del 2022 le adeuda a ASA 2 mil 440 millones de pesos.

ASA ha venido operando con una plantilla de 2 mil 489 trabajadores, entre empleados de confianza y sindicalizados, que le representa una nómina de mil 264 millones de pesos, según sus estados financieros contables al cierre del año pasado.

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