La protección del espacio aéreo es una labor que recae tradicionalmente en el ejército de la nación correspondiente, y que se ha hecho cumplir mediante políticas establecidas por organismos gubernamentales civiles, como la Administración Federal de Aviación en Estados Unidos (FAA). Y en caso de infracciones graves de carácter delictivo, fuera del ámbito de las autoridades civiles, intervienen las fuerzas del orden, afirmó Ralph González, vicepresidente de Infraestructuras Críticas de Vigilant Drone Defense.
Con la proliferación de los sistemas aéreos no tripulados (UAS), más comúnmente conocidos como drones, se ha creado un nuevo peligro para los viajeros aéreos que los funcionarios reguladores y los especialistas en seguridad deben abordar.
Los drones, inicialmente un modelo de aeronave teledirigida de pilotos a distancia experimentados, se han convertido en una tecnología recreativa barata para operadores noveles. Pueden comprarse en casi cualquier sitio y dominarse en cuestión de horas. Y el mercado no muestra signos de desaceleración para esta tecnología relativamente nueva.
Según Yahoo Finanzas y Precedence Research, se espera que el mercado mundial de drones comerciales alcance un valor aproximado de 504,500 millones de dólares en 2030. Se prevé que crezca a una tasa anual compuesta del 46.04% durante el periodo de previsión de 2022 a 2030.
Declaró que, los actos delictivos pueden ir desde el intento de derribar una aeronave hasta la realización de ataques con el fin de interrumpir el transporte aéreo obligando a detener todo el tráfico aéreo.
Este tipo de tecnología puede confundir a los socios de seguridad responsables de proteger el espacio aéreo en torno a los aeropuertos. Por este motivo, el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI World) creó el Centro de conocimiento mundial contra drones.
Este sitio web ofrece a los usuarios información sobre operaciones legales con drones, marcos mundiales/regionales y nacionales, preparación de aeropuertos y medidas de prevención contra drones. Este sitio, apoyado por Vigilant Drone Defense, puede ayudar a proporcionar a los empleados y ejecutivos de los aeropuertos conocimientos básicos sobre esta nueva amenaza.
“Cuando se trata de proteger los cielos del uso inseguro o nefasto de drones, debemos ser capaces de utilizar las herramientas disponibles para mantener a salvo nuestras aeronaves, pasajeros e instalaciones. Las máquinas de rayos X no son la única tecnología necesaria en el sector de la seguridad aeroportuaria. Debemos prever nuevas normas y sistemas de detección que mantengan el espacio aéreo despejado para despegues y aterrizajes”, aseveró.
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