La recuperación del transporte aéreo a los niveles presentados durante 2019 podría darse, en el mejor de los casos, en abril de 2022, de acuerdo con la consultora Bain & Company, a través de su presentación sobre las implicaciones del covid-19 en la industria aeroespacial. Sin embargo, la industria está considerando actualmente que la demanda de pasajeros siga por debajo de los niveles presentados el año pasado hasta después de junio de 2024.
La recuperación de las ganancias-pasajero por milla (RPM o RPK) en el segmento doméstico regresará a la normalidad para el primer trimestre de 2022, pero el segmento internacional continuará afectado durante más tiempo, de acuerdo con la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
La recuperación de la industria depende, en este momento, de cinco factores que todavía no tienen solución como son la duración de la pandemia (con la posibilidad de que se dé una segunda ola de infección de COVID-19 a nivel mundial) y la profundidad de la recesión económica global.
A su vez, otro factor que hace imposible un pronóstico certero sobre la recuperación de la industria es el tiempo que los gobiernos del mundo mantengan los cierres de sus fronteras y las restricciones de viaje.
Tan sólo la semana pasada, Colombia cerró sus fronteras a todas las operaciones internacionales hasta el 31 de agosto. Por su parte, el gobierno de Estados Unidos añadió a Brasil a la lista de países bloqueados temporalmente por el número de casos de COVID-19.
“Hay pocas evidencias que sugieran que la demanda alcanzará cualquier nivel de normalidad hasta finales de 2021 o 2022, y el resultado de esto es que las aerolíneas tendrán que adaptarse a su nueva realidad operativa” señaló el Centro para la Aviación (CAPA).
En parte esto se dará por la crisis económica, pero también por la aprehensión generalizada con respecto a viajar, lo que haría que tome tiempo que la gente se sienta atraída a volar nuevamente.
Una de las principales tareas que tienen las aerolíneas en este momento es disminuir los temores y ansiedades de los pasajeros, restableciendo la confianza a través de comunicación efectiva de las nuevas medidas tomadas por las empresas.
“Hoy es el momento correcto para transformar el negocio de las aerolíneas y aeropuertos . Esta crisis trae consigo una oportunidad real para la innovación” puntualizó la semana pasada René Armas Maes, consultor de líneas aéreas, durante una conferencia virtual en colaboración con la Universidad de Barcelona.
Sin embargo, un segmento importante de la población podría no viajar mientras no se desarrolle una vacuna que combata el COVID-19, por temor a contagio, ya sea mediante un viaje o mediante una segunda ola de la actual pandemia.
Esto deriva en que la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) esté pronosticando actualmente que los RPK de 2021 estén entre 32 y 41% por debajo de los niveles que se esperaban antes de la pandemia. Para 2025, la IATA espera estos niveles 10% por debajo de los niveles esperados antes de la pandemia.
Especialistas señalan que la recuperación variará de caso a caso, pero en promedio tomará de tres a cinco años. A su vez, veremos menos aerolíneas, las cuales tendrán un tamaño menor, ya sea mediante el retiro de flota o mediante el retraso de la recepción de nuevas aeronaves. Esto traerá consigo un impacto negativo en los puestos de trabajo.
La recuperación también se verá afectada por la aparente inconsistencia de gobiernos, reguladores y aerolíneas para establecer un marco general de reglas con el que atender el transporte aéreo tras la pandemia. Para evitar esto, la IATA delineó una serie de pasos que sirvan para reiniciar la aviación.
Además, una vez que se reinicie la aviación y se vaya en una curva ascendente hacia los niveles de 2019, regresarán tendencias existentes el año pasado como la vergüenza de volar, o flygskam. Pero también es posible que ciertas tendencias laborales de la pandemia, como el teletrabajo y las conferencias virtuales, se conviertan en la norma, lo que podría afectar a ciertos segmentos de viajes como el de negocios.
Finalmente, aunque la IATA no ha actualizado sus estimaciones de pérdidas económicas, actualmente se espera que las aerolíneas quemen hasta 61 mil millones de dólares durante el segundo trimestre del año, con una pérdida neta de 39 mil millones de dólares basada principalmente en una caída del 68% en los ingresos.
Para todo el año, actualmente se pronostican pérdidas por 314 mil millones de dólares, de las cuales la región de Asia-Pacífico sería la más afectada con ingresos no obtenidos por 113 mil millones de dólares.
La región de Europa perderá 89 mil millones de dólares; América del Norte 64 mil millones de dólares; Medio Oriente 24 mil millones de dólares; América Latina 18 mil millones de dólares y África seis mil millones de dólares.
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