En un momento en el que el sector aéreo en México está creciendo más que la economía en su conjunto, la flota aérea nacional ha aumentado más de 30 por ciento desde 2012, las aerolíneas hacen nuevos pedidos de aviones y se construye el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que duplicará la capacidad de transporte con respecto al actual, el riesgo de que la seguridad aérea no vaya a la par con este ‘boom’ es grande.
“Poca gente de la industria está consciente del boom que viene, y pocos están tomando acción preventiva antes de que el ‘boom’ explote”, indica Víctor Manuel del Castillo, ingeniero en aeronáutica y especialista en seguridad.
Para el experto en implementación del Sistema de Gestión de Seguridad Operacional (SMS), la seguridad aérea en México y América Latina ha mejorado de forma constante en los últimos 30 años, pero aún prevalecen accidentes en la región, si no en aerolíneas comerciales, que son los más escandalosos, pero sí en las escuelas de aviación y vuelos privados.
En septiembre pasado, dos personas perdieron la vida a bordo de un avión Cessna 152, perteneciente a la Escuela de Aviación México en Guerrero.
Mientras que ayer 15 de febrero, un Cessna 172R cayó cerca del aeropuerto de Atizapán, Estado de México, también propiedad de la Escuela de Aviación. En este caso, los dos tripulantes salvaron sus vidas.
En las escuelas de aviación te enseñan a volar, pero no seguridad, y creo que hay muestras de lo que está pasando, y falta saber de lo que no nos enteramos”
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Áreas de oportunidad
Víctor Manuel del Castillo, quien trabajó en varias áreas de Aeroméxico entre 1969 y 1988, cuenta que comenzó a especializarse en seguridad aérea cuando en aquella época ocurrieron varios accidentes y no encontraba los porqués.
“Yo preguntaba a mis superiores por qué ocurrían los accidentes, sus respuestas no me satisfacían o inclusive se molestaban si preguntaba. ¿Cómo es que no sabemos qué sucede?”
El querer encontrar las respuestas le llevó a especializarse en la implementación del Sistema de Gestión de Seguridad Operacional (SMS, por sus siglas en inglés), a impartir cursos, seminarios y conferencias. Cuenta con la certificación de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) y de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos.
Después de esas rachas de accidentes, Del Castillo y Pérez Tejada comenta que la seguridad aérea a nivel de aerolíneas y privadas ha mejorado bastante en los aeropuertos en México y Latinoamérica, aunque hay áreas de oportunidad para mejorar, sobre todo cuando está creciendo el sector y, a veces, no se pone la atención debida al tema de seguridad.
“Siempre ha habido nuevas aerolíneas e inversionistas. Sin embargo, a veces se meten empresarios que no conocen de seguridad.”
Tomar el liderazgo
El experto considera que los diversos sectores que componen la aviación, como la industria, la academia y las instituciones, están preocupadas por avanzar en seguridad, pero no están unidas en torno a este tema, por lo que, en su opinión, el liderazgo lo debería de tomar el gobierno federal.
“Todos están con intención de mejorar, pero falta por aterrizar, integrar en una sola meta.”
También hace énfasis en la calidad de la educación que recibirán los futuros profesionales de la aviación.
“Hay muchas universidades en México que están implementando con la ingeniería en aeronáutica, evidentemente con el enfoque de aviación, pero manejadas, administradas por gente que no es de aviación. Ahí hay un riesgo latente de que su formación sea gris, endeble.”
El crecimiento del sector implicará una mayor demanda de pilotos aviadores, controladores de tráfico aéreo, de personal de aeronáutica y de técnicos mecánicos. Las escuelas de aviación e instituciones son la fuente de este recurso humano.
“Las escuelas serias, que sigan los reglamentos, que sean supervisadas por la autoridad aeronáutica, serán muy exitosas.”
Experiencia real
Tomar un curso de seguridad no te vuelve un experto en seguridad, aclara Víctor Manuel del Castillo. Un buen experto en la materia también debe contar con la experiencia para entender en su más amplio significado los conceptos de seguridad.
Por ello, resalta que la mejor combinación para la seguridad es el conocimiento de los más avezados y las ganas de aprender de los más jóvenes.
En mi opinión, hay que vivir la aviación: oler la turbosina, levantarse a las 3 de la mañana porque hubo un incidente o falla, oler los fierros de una aeronave, oler también, aunque sea fuerte, la carne quemada de un ser humano que murió en un accidente de aviación. Sólo así entiendes bien el concepto.”
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