Boeing no ve ninguna razón por la cual deba readaptar o cambiar la producción de su serie de aviones 737 MAX para competir por la cuota de mercado de las aeronaves Serie C de Bombardier, declaró Dennis Muilenburg, presidente del fabricante estadounidense de aeronaves.
En conferencia telefónica con inversionistas, el directivo explicó que, dada la gran posición de la compañía en el mercado aeronáutico mundial, Boeing no tiene la necesidad de cambiar su plan de producción, ni mucho menos la intención de emprender una guerra directa de capacidad con los aviones regionales que serán producidos por la alianza Airbus-Bombardier.
Recordemos que a principios de año, Boeing interpuso una serie de quejas en contra de Bombardier ante el Departamento de Comercio de los Estados Unidos mediante las cuales denunció subsidios gubernamentales ilegales en el programa de desarrollo de la Serie C.
Consecuentemente, la autoridad mercantil propuso la imposición de una tarifa de 300 por ciento a la importación de todos los aviones de la empresa canadiense.
Ante esto, Airbus entabló un acuerdo de cooperación con Bombardier para realizar el ensamblaje de dichos aviones en suelo estadounidense. Con esta medida, se evitaría el pago de aranceles y el pedido de Delta Air Lines por 74 aviones Serie C no correría peligro de ser cancelado.
En su oportunidad, Ed Bastian, presidente de la aerolínea con sede en Atlanta, manifestó que le resultaba difícil entender cómo afectaría a Boeing la producción de los aviones Serie C, ya que el avión más grande de Bombardier alcanza apenas la capacidad de asientos de la versión más chica del Boeing 737, el modelo conocido como MAX 7.
En algún momento se pensó que Boeing habría recurrido a estas acciones para frenar la posible demanda de aviones de menos de 150 asientos. No obstante, Muilenburg reafirmó que tales no fueron las intenciones de la compañía, sino establecer un entorno justo de competencia.
"Confiamos en que podemos ganar, pero es importante que todos respeten las reglas del juego", sentenció.
Desde su introducción a finales de los setenta, el 737 ha cimentado su posición en el mercado de fuselaje estrecho y pasillo único. Hoy en día, Boeing ha alcanzado un ritmo de producción para el MAX de 46 unidades al mes, y espera superar los 57 equipos mensuales para el año 2019.
Finalmente, el consorcio aeronáutico previó que la aviación mundial necesitará 29 mil aviones nuevos de mediana capacidad para poder satisfacer la demanda internacional de viajes de los próximos veinte años.
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