El piloto que transportaba al equipo de futbol soccer Chapecoense de Brasil fue el culpable del trágico accidente; pues en la escala técnica se pudo haber realizado la carga de combustible y con ello, evitar el trágico desenlace, declaró el director general de la aerolínea LAMIA, Gustavo Vargas.
Teníamos alternativas, una alternativa cercana era Bogotá y si él (el piloto) veía que tenía una deficiencia de combustible, él tenía toda la potestad de entrar a reabastecer”, dijo el ejecutivo durante una entrevista realizada por Unitel, canal boliviano.
La aeronave con matrícula CP2933 proveniente de Santa Cruz de la Sierra de Bolivia con destino a Colombia se estrelló el pasado 28 de noviembre, dejando un saldo de 75 personas fallecidas y 6 sobrevivientes, entre ellos una asistente aérea y un periodista.
En una entrevista para la televisora boliviana, el director de LAMIA sostuvo que el piloto conocía los puntos donde podía hacer recargas de combustible, zonas que estaban señalados dentro del plan de vuelo.
Los últimos resultados de las investigaciones de la Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil de Colombia, confirmaron que la aeronave no tenía combustible al momento del impacto.
Este tipo de situaciones están lejos de las normas nacionales e internacionales, pues una aeronave debe de contar con combustible mínimo para cubrir maniobras adicionales hasta por 30 minutos, aclaró la dependencia en conferencia.
Los primeros resultados de las investigaciones, sostiene Aeronáutica Civil de Colombia, es que la aeronave no contaba con el combustible reglamentado para el trayecto establecido.
En relación al perfil del piloto, Vargas señaló que el capitán tenía una amplia experiencia en vuelo, sin embargo, desconoce por qué decidió volar hasta Medellín aún con la carencia de combustible.
Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación se fundó en 2009 y se especializó en transportar a equipos de futbol en toda la región de América Latina.
La empresa contaba con una flotilla total de tres aeronaves tipo Avro Regional Jet 85 y tenían una edad promedio de 16 años. Este tipo de aviones se dejó de construir en 2003 debido a que presentaba fallas de sobrecalentamiento eléctrico: causa que originó la catástrofe, de acuerdo con fuentes oficiales.
Las investigaciones se realizan con 24 expertos en el tema, entre los que destacan un miembro de Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Bolivia, dos expertos británicos, tres miembros de la Agencia Aeronáutica Civil de Brasil (ANAC), por mencionar sólo algunos.
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