La alianza entre Delta Air Lines y Latam Airlines fue benéfica para la aerolínea estadounidense, pues a lo largo de este 2023 la línea aérea norteamericana no solo terminó de reactivar sus operaciones, especialmente en Latinoamérica.
De acuerdo con una entrevista hecha por DFSUD.com y reproducida por el portal FlyLinkers News, Delta Air Lines no sólo comenzó a dejar atrás el impacto real de la pandemia, sino que fue el período en el que se cumplió el primer año de su acuerdo de negocio conjunto (JBA, su sigla en inglés) con Latam Airlines.
La alianza de ambos gigantes de la industria trajo consigo algunos cambios en conectividad y la reorganización del mercado aéreo, con más rutas entre Estados Unidos y Canadá, por el norte, y por los países de Sudamérica, muchas de ellas operadas con códigos compartidos.
“En 2023, básicamente en toda Latinoamérica, hemos superado todas nuestras expectativas. Y eso ha pasado porque la demanda ha vuelto muy, muy fuerte después de la pandemia”, contó Alex Antilla, vicepresidente para América Latina de la firma basada en Atlanta.
– ¿Cuál es el balance del joint venture -negocio en conjunto- con Latam a un año?
– Antes, Delta era un actor relativamente pequeño en Sudamérica. Lo que nos interesaba en esta asociación era ganar algo de escala.
Un año para un joint venture es poco. Fue desafiante, en el buen sentido de la palabra, y estamos satisfechos, pero aún tenemos mucho que hacer. El año dos es el de las oportunidades, en el que necesitamos analizar más detenidamente lo que los clientes quieren de nosotros.
– En términos concretos, ¿en qué se ha traducido esa alianza?
– Éramos los cuartos en participación de mercado en Sudamérica. Nos acercábamos a las grandes ciudades, como São Paulo, Buenos Aires, Santiago y Bogotá, pero más allá de eso no teníamos mucha cobertura. Ahora, hemos podido comenzar a agregar vuelos.
Antes de asociarnos, estábamos en alrededor de 20 vuelos diarios entre Sudamérica y Estados Unidos. Ahora sumamos siete y estamos cerca de 30 vuelos diarios. Ese es un crecimiento sin precedentes.
Seguiremos avanzando en la lista y agregando más vuelos y más oportunidades.
Con Latam, somos capaces de hacer cosas que no podríamos hacer solos. No lo habríamos logrado solos y continuaremos con ese impulso el próximo año.
– ¿Cómo se ha comportado la demanda? ¿Siguen estando los viajes de placer por sobre los corporativos?
– Aún vemos más crecimiento en la demanda de los viajes de ocio que en la corporativa. Pero lo interesante es que no es una diferencia binaria. Hay algunas novedades en la demanda. Por ejemplo, las personas que viajan por placer ahora pagan cada vez más por productos premium. Eso no pasaba antes de la pandemia.
Lo otro es que ha habido cambios para los corporativos. Ya no viajan en los mismos días que antes ni en las mismas direcciones y ahora se quedan durante el fin de semana o trabajan unos días de forma remota.
Antes de asociarnos, estábamos en alrededor de 20 vuelos diarios entre Sudamérica y Estados Unidos. Ahora sumamos siete y estamos cerca de 30 vuelos diarios. Ese es un crecimiento sin precedentes.
Mirada a largo plazo y desafíos
– Este año vimos gran impacto en costos dentro de la industria, en especial por alza del combustible. ¿Cómo han hecho para no traducirlo a precios?
– Es cierto y es algo que seguimos muy de cerca. Es imposible predecir cómo cambiarán los precios en el futuro. Pero sí diré que Delta, y ahora con Latam, estamos enfocados en brindar el mejor valor para los clientes y, por lo tanto, si los precios aumentan por cualquier factor, buscaremos cumplir en horarios, redes y mejor experiencia.
– Durante 2023, también se reportó gran actividad en la industria de las low cost en Latinoamérica, y a las grandes firmas ajustándose a ese modelo. ¿Cómo lo ve Delta?
– Nos gusta. Nos gusta la buena competencia. En nuestra opinión, no hay nada malo en que los operadores sean creativos en cuanto a qué productos quieren ofrecer y a qué precios. Cada producto tiene un precio y si ofreces un buen producto a un buen precio, los clientes te elegirán.
Las compañías aéreas de bajo costo ofrecen una propuesta totalmente diferente y queremos competir con eso, porque creemos que podemos ofrecer mejor valor. La buena competencia no tiene nada de malo. Nos hace mejores. Nos hace prestar un poco más de atención a las necesidades, dinámicas y tendencias del cliente.
– ¿Qué estaremos viendo de Delta en 2024 y cuál cree que serán los mayores desafíos?
– Es difícil proyectar qué va a pasar, porque hay muchas cosas pasando en el mundo, en lo político, lo económico, las guerras y, probablemente, en 2024, hayan más cosas, porque eso indica el historial.
Lo que intentamos hacer en Delta es construir un modelo de negocio que sea lo más resistente posible a esas fuerzas y en eso Latam Airlines nos acompaña.
Seguimos controlando lo que podemos controlar en nuestro caso con este joint venture: integrar e implementar ese modelo de una manera que ponga a nuestros clientes y empleados a la vanguardia.
“Nos gusta (la industria de las low cost). Nos gusta la buena competencia. En nuestra opinión, no hay nada malo en que los operadores sean creativos en cuanto a qué productos quieren ofrecer y a qué precios”, concluyó.
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