Ahora que el Capítulo 11 de Grupo Aeroméxico está en su parte final y que la aerolínea llegó a un acuerdo con deudores e inversionistas, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y su equivalente en los Estados Unidos deberían revisar la alianza que mantiene la aerolínea mexicana con Delta Air Lines, ya que sus operaciones podrían limitar la competencia y dañar a los consumidores, de acuerdo con especialistas.
Esto luego de que el acuerdo de Aeroméxico con deudores e inversionistas incluye compra, financiamiento, pago de notas aseguradas, reclamos, inversión, entrega de nuevas acciones, así como la determinación de un nuevo gobierno corporativo en el que se le permite a Delta la designación de dos directores, señaló Pablo Casas Lías, abogado especialista en Derecho Aeronáutico.
“Por disposición de ley, es necesaria la opinión al respecto de la Cofece, así como de su par en los Estados Unidos. Ello es así, dado que la combinación, compra o fusión de una empresa con otra les permite expandir su mercado, reducir costos y mejorar su posición competitiva. Dichas operaciones pueden limitar la competencia y también pueden dañar a los consumidores”, explicó el especialista.
A21 contactó a Grupo Aeroméxico; la aerolínea declinó a comentar al respecto del tema.
En mayo del 2015 Aeroméxico y Delta notificaron a la Cofece su intención de realizar una alianza a partir de un Acuerdo Conjunto de Cooperación. Para prevenir concentraciones entre empresas que representen riesgos para la competencia, la Comisión llevó a cabo un análisis de la situación en donde encontró dos problemas: el primero es que existía un convenio que limitaba el número de aerolíneas autorizadas por cada ruta, por lo que la alianza Aeroméxico Delta concentraría todas o la mayoría de las autorizaciones para algunos destinos, y el segundo es que la escasez de horarios de aterrizaje y despegue, particularmente en la Ciudad de México, hacía complejo que otras aerolíneas ofrecieran las mismas rutas.
De tal forma, la Cofece condicionó la alianza y las aerolíneas tuvieron que ceder de manera permanente cierto número de slots en el AICM y una de las designaciones en las rutas entre estos dos países donde coinciden.
Posteriormente, en 2017, cuando las compañías aéreas notificaron la intención de que Delta adquiriera un porcentaje del capital social de Aeroméxico, la Cofece condicionó la transacción, obligando a la cesión de un número de slots en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Ahora, tras la publicación de los términos para una carta de compromiso sobre el capital de Aeroméxico de cara al financiamiento de salida de su proceso de Capítulo 11, Delta invertirá 100 millones de dólares en nuevas acciones una vez que Grupo Aeroméxico emerja de su reorganización financiera y tendrá el derecho de designar dos directores a la nueva junta de la aerolínea mexicana, siempre que permanezca como un aliado clave de Aeroméxico.
Casas Lías también instó a que el gobierno mexicano revise todo lo relacionado con los límites impuestos por la ley a la inversión extranjera en una aerolínea, el tipo de socios o accionistas y a que se cumpla con la Ley de Mercado de Valores con el fin de que no se den concentraciones o prácticas indebidas.
Hasta septiembre de este año, Aeroméxico y Delta tenían una participación conjunta en el mercado México-Estados Unidos del 20.9%; American Airlines tenía el 15.7%, United Airlines el 15.7%, Volaris el 14.6% y Viva Aerobus el 6.6%, de acuerdo con datos de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
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