Hoy se cumplen 20 años desde que ocurrieron los ataques terroristas del 11 de septiembre en los Estados Unidos. A partir de ese día, la industria aérea —y el mundo— cambió para siempre, acarreando como principal consecuencia un retroceso de décadas en la facilitación del transporte aéreo.
Dos décadas después, el mundo sigue viviendo las consecuencias de los ataques terroristas, incluyendo un nivel de seguridad que se ha expandido ampliamente, junto con un sistema de inteligencia en el transporte aéreo, señaló, por su parte, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
Esto debido a que “los ataques terroristas en el World Trade Center y el Pentágono no fueron únicamente asaltos contra los Estados Unidos, también en contra del sistema global de transporte aéreo, un facilitador de la paz y la libertad”, añadió la organización de aerolíneas a nivel internacional.
Las consecuencias más visibles están en los chequeos de seguridad de los aeropuertos, como los límites estrictos al transporte de líquidos, la revisión independiente de aparatos electrónicos y hasta las filas de pasajeros que tienen que quitarse los zapatos.
Para las aerolíneas, los ataques terroristas de 2001 también implicaron un aumento en los costos, particularmente en los seguros de aviación. El 17 de septiembre de 2001, todas las aseguradoras a nivel mundial emitieron un aviso de siete días de cancelación de las pólizas de las líneas aéreas lo que puso en jaque a la totalidad de la industria aérea, señaló la IATA.
Asimismo, la IATA estimó que la industria aérea a nivel global perdió aproximadamente 41.5 mil millones de dólares entre 2001 y 2005, siendo las compañías estadounidenses las más afectadas. Hasta antes del covid-19, la crisis posterior a los ataques terroristas había sido la peor en la historia del aerotransporte.
Y aunque todos estos cambios han impactado a la sociedad, de una u otra manera durante las últimas dos décadas, la industria aérea es ahora más segura que nunca, señaló Willie Walsh, director general de la IATA.
Pese a ello, “siempre podemos ser más eficientes. Y el reto es dinámico. Debemos mantenernos adelante de las nuevas amenazas a la seguridad. Para hacerlo, necesitamos tomar una aproximación integral a temas como los riesgos cibernéticos, drones y amenazas internas. También necesitamos tener controles efectivos para asegurar la continuidad y resiliencia de los negocios”, añadió.
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