Un grupo de científicos mexicanos desarrolló un proyecto integral para realizar una exploración tripulada a Marte, y presentó este plan a la División de Estudios Espaciales del Centro AMES de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), institución que ahora apoya la idea.
El proyecto, llamado Plan Ares, está encabezado por el doctor Omar Pensado Díaz, director del Centro de Investigación Atmosférica y Ecológica y es el primer esbozo mexicano y latinoamericano para la exploración tripulada del Planeta Rojo.
El Plan Ares es una aportación veracruzana a la exploración tripulada de Marte, el cual contiene elementos coadyuvantes para la transformación del planeta mediante el establecimiento de una biósfera que transforme su superficie en un lugar apto para la vida”, indica en su página web el propio proyecto.
En una entrevista que el doctor Pensado Díaz dio a la agencia informativa del Conacyt, indicó que su equipo diseñó toda una propuesta para la exploración tripulada del cuarto planeta.
Se diseñó “desde un prototipo de una nave espacial, hasta el diseño de un sistema de soporte vital que incluye la captación de agua, generación de energía eléctrica, generación de alimentos a bordo, sistema de reciclamiento, es decir, todo lo necesario para habitar Marte”, indicó.
Añadió que el Plan Ares consiste en dos fases: la primera es una exploración de la estratósfera de la Tierra, mientras que en la segunda se realizarían ensayos en regiones terrestres con características similares a las de Marte. Una de esas áreas se localiza justamente en México.
A cuatro mil 150 metros de altura en el volcán Cofre de Perote en Veracruz, así como a cuatro mil 200 metros de altura en el Pico de Orizaba, se encontraron sitios áridos que permitirían hacer ensayos de terraformación y de expediciones a Marte, indicó.
Por otra parte, el vehículo de tránsito para llegar al Planeta Rojo que proponen los investigadores mexicanos, consiste en cuatro módulos cilíndricos de diez metros de longitud por tres metros, 60 centímetros de diámetro. Los módulos estarían separados de dos en dos y los uniría un cable con una distancia de 250 metros entre ambas estructuras.
Tendría una capacidad para tres viajeros y cada módulo tendría una función específica: uno sería el área de comando, donde habría un laboratorio de geología-biología, un área de cultivo de alimentos y soporte vital, así como los dormitorios.
El segundo módulo sería el de Soporte Vital y éste contendría un área más grande de cultivo y procesamiento de alimentos, “así como un almacén de comida prefabricada, semillas y tejido vegetal para micropropagación de especies de tipo forestal. El área contendrá un eficiente sistema de reciclamiento de aire y agua”, detalla el equipo del Plan Ares.
Una vez que estos módulos llegaran a Marte, se convertirían en unidades de vivienda, “con lo necesario para iniciar un proceso de colonización y transformación de la superficie”.
El Plan Ares anuncia la capacidad que los latinos tenemos para emprender nuestra propia travesía hacia lugares fuera de la Tierra, con un afán de desarrollar tecnologías propias que aporten una reactivación económica y que transitemos de una economía de guerra a una economía de descubrimiento y exploración”, finalizó el equipo latinoamericano.
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