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27/04/2024

Incidente en Haneda el 2 de enero de 2024

Gonzalo Carrasco / Jueves, 11 Enero 2024 - 01:00

Sé que en temas de aviación no es recomendable adelantar vísperas en cuanto a los posibles resultados de una investigación, sin embargo, dado el tiempo que se toma esclarecer los posibles motivos que provocaron algún accidente o incidente se hace necesario tener una idea de lo que sucedió en tal o cual acontecimiento, sobre todo, si se hace con una intención alejada a cualquier tipo de amarillismo o sensacionalismo.

Veamos. ¿Qué tenemos? Un incidente en uno de los principales aeropuertos de Japón, el segundo que atiende los vuelos de la capital de aquel país, Tokio. El percance sucedió pasadas las cinco de la tarde hora local de Japón, del día 2 de enero del recién iniciado 2024. Un aeroplano A-350-900 de la Línea JAL (Japan Airlines), el vuelo 516, con tan solo dos años de antigüedad recibió autorización para aterrizar en la pista 34 derecha del mencionado aeropuerto. Al tocar tierra y casi a la mitad de la pista se encontraba en posición de despegue, en la misma pista, una aeronave De Havilland DHC-8 de la Guardia Costera japonesa con la misión de entregar implementos de ayuda a la población que había pasado por un terremoto de grandes proporciones que causó graves daños a la población japonesa.

Lo que sucedió fue que las dos aeronaves colisionaron provocando la pérdida del A-350-900 que llevaba casi 400 pasajeros. Estoy cierto y eso está más que claro de que se trató de una falla humana, los equipos no sufrieron algún tipo de desperfecto que hubiera podido resultar en lo mencionado. Alguien no entendió las órdenes o estas se dieron mal. El DHC-8 entró a la pista 34 R y tomó posición de despegue, a la altura de la calle de rodaje C5, (como a media pista) y se quedó esperando la orden del controlador para iniciar la carrera de despegue e iniciar su viaje, los pilotos del JL516, de igual manera, recibieron autorización de aterrizar en la mencionada pista. Para resolver este dilema habrá que recurrir a las grabaciones y demás y deslindar responsabilidades, esto tomará tiempo, por desgracia mucho, me parecería que podrían ser al menos dos años.

Desafortunadamente hubo pérdida de vidas humanas, estas se tuvieron de parte del De Havilland, cinco de sus seis ocupantes perdieron la vida. Por el lado del A-350-900 las cosas fueron mejor, solo se tuvieron heridos leves ya que la tripulación realizó el protocolo de evacuación tal como lo dictan los cánones. Es aquí donde quiero hacer énfasis y destacar con bombo y platillo lo que se hizo tan solo por hacer las cosas como se debían hacer. El enorme avión, después de haber impactado al De Havilland, corrió con el motor izquierdo envuelto en llamas. Recorrió una buena parte de la pista en esta condición y en cuanto se detuvo se detonó la orden de evacuar el avión, se tiraron los toboganes y los pasajeros fueron desalojados guiados por la tripulación de cabina.

La maniobra de evacuación tomó menos de los noventa segundos que se estipulan para ello y esto fue lo que evitó una pérdida mayor de vidas humanas, es lamentable que se hayan muerto los cinco ocupantes del avión de la Guardia Costera, pero hubiera sido mucho peor que se hubieran sumado a la tragedia los ocupantes del A-350. Los videos del incidente son verdaderamente impactantes, cualquiera pensaría que ni remotamente se hubiese salvado alguien. Las aeronaves se perdieron, hay seguros, son fierros, finalmente se reponen, lo que es lamentable es la pérdida de vidas humanas, quiero insistir en ello, y desde estas líneas me solidarizo con el dolor de los deudos.

Este caso será, estoy seguro, uno que lleve a estudiar y refrendar la importancia de realizar los protocolos de seguridad tal como están especificados en infinidad de publicaciones tanto nacionales como internacionales. De aquí queda claro que cualquier desviación de los preceptos producto de la experiencia, pero también del hecho de ponerse de acuerdo de muchas personas especialistas en temas de seguridad en la aviación. En aviación y sobre todo en seguridad no se vale improvisar, imaginar, mentir, imponer y mucho menos dejar en manos inexpertas los entrenamientos de gran cantidad de protocolos existentes en el desarrollo de las operaciones aéreas, hacerlo sería altamente imprudente y peligroso.

Como todos los accidentes que han pasado y, por desgracia, seguirán ocurriendo deberán estudiarse y hacer lo necesario para que no se repitan, esto debe hacerse con honestidad y sin algún tipo de sesgo que harían inútiles las pérdidas humanas.

*“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”*

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