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23/12/2024

CAT (Turbulencia en aire claro)

Francisco M. M… / Jueves, 15 Septiembre 2016 - 08:28

En la larga lista de cuestiones de seguridad que involucran a los viajes en avión y que se han convertido en verdaderos dolores de cabeza hay un asunto que últimamente ha causado más que solo dolores de cabeza convirtiéndose en un peligro potencial.

CAT (Clear Air Turbulence) o turbulencia a en aire claro es un fenómeno meteorológico que ha ido aumentando conforme las condiciones de tiempo en nuestro planeta han variado a través de los años y es un fenómeno al 99 por ciento impredecible.

Cualquier piloto puede reconocer muchos niveles de condiciones de turbulencia al haberlas estudiado en sus cartas meteorológicas durante la revisión de los documentos, previa al vuelo.

La turbulencia asociada a las áreas de tormentas, corrientes de chorro, frentes fríos y calientes, o masas de aire moviéndose alrededor de condiciones orográficas y otras son muy probables y predecibles pero pocas cosas, o casi ninguna, pueden ayudar a detectar esta turbulencia tan especial y peligrosa como lo es la CAT cuando se vuela en cielo despejado y sin trazas de nubes alrededor.

De acuerdo a estadísticas de FAA, (Agencia Federal de Administración de aviación en Estados Unidos), un promedio de 35 personas sufren lesiones cada año y ya se han registrado algunas muertes como consecuencia de las heridas sufridas durante un evento CAT.

Si bien es cierto que las estructuras y motores de las aeronaves modernas han sido probadas y certificadas para resistir cualquier tipo de turbulencia que se pueda encontrar por muy fuerte que pueda ser, pasajeros y tripulantes siguen sufriendo lesiones que, a veces, son de consideración y que, como ya he comentado, han causado incluso fallecimientos.

Hace algunos años se registró una de las condiciones de turbulencia en aire claro más severas que una aeronave comercial haya sufrido, y le sucedió a un avión B-747 en ruta entre el aeropuerto de Narita, en Japón y el de Los Ángeles, California, y vale la pena comentar que históricamente es justo en el cielo del Océano Pacífico en donde se han registrado las turbulencias más fuertes de que se tenga información.

Durante este vuelo relajado y tranquilo, los pasajeros y tripulantes disfrutaban del cielo completamente despejado y la maravillosa vista que ofrece a los 35 mil pies de altitud, a la luz de una maravillosa tarde sobre el océano más grande del planeta, mientras el Jumbo 747 se desplazaba a sus 930 kilómetros por hora en condiciones totalmente estables.

La tripulación de sobrecargos se encontraba a la mitad del servicio ofreciendo comidas a sus 312 pasajeros cuando vino un leve descenso y consiguiente ascenso que apenas fue detectado por los pasajeros, "se sintió como un suave tope" dijo después uno de ellos que viajaba en primera clase y que caminaba hacia el baño en ese momento.

En la cabina de mando, el primer oficial con el respaldo del asiento cómodamente hacia atrás daba un sorbo a su vaso de café, mientras realizaba el monitoreo visual de rutina de los instrumentos de vuelo y sistemas de navegación.

La temperatura exterior era de 57 grados centígrados bajo cero, muy normal para la estación del año y la altitud, pero en un instante vio cómo el indicador de temperatura en el panel de instrumentos frente a él brinco bruscamente hasta los 35 grados bajo cero e inmediatamente después a los 63 bajo cero, al mismo tiempo en que se registraba una ligera variación de velocidad que el sistema de aceleradores automáticos corrigió de inmediato incrementando la potencia de los motores.

Cuando el primer oficial llamó la atención del Capitán, un profesional con miles de horas de vuelo y 35 años en el aire, sobre los registros del indicador de temperatura, el piloto al mando de inmediato dijo "¡cinturones!", ajustó sus escapularios de seguridad e informó a través del sistema de intercomunicación del avión, "tripulación de cabina, señores pasajeros estamos volando el área de turbulencia, es necesario suspender el servicio, tomar sus asientos y ajustar sus cinturones de seguridad".

Como desafortunadamente suele suceder, muchos pasajeros no escucharon o no pusieron atención al aviso del Capitán, pero apenas un minuto después el avión dio un fuerte brinco y luego inició un descenso brusco en caída libre de casi doscientos pies (60 metros) lo que ocasionó que todos los objetos sueltos volaran por la cabina de pasajeros. Ésa fue la primera sacudida, y siguieron muchas más durante el minuto y medio que duró la turbulencia, que fue considerada como extrema y que registró en la grabadora de vuelo del enorme avión algunos momentos de gravedad cero.

Durante una de esas fuertes sacudidas, uno de los sobrecargos trató de correr en ayuda de un pasajero que trataba de sujetarse de algo mientras trataba de caminar por el pasillo en clase turista, pero voló por los aires y pegó con la cabeza en el techo del avión cayendo en el descansabrazos de uno de los asientos, partiéndose el fémur de la pierna derecha en dos.

Durante aquel eterno minuto y medio de turbulencia extrema, los pasajeros que no tenían su cinturón de seguridad abrochado se golpearon contra todo lo que había alrededor y hubo descalabrados, golpeados, fracturados, desmayados e incluso uno de ellos sufrió un infarto que le costó la vida y todo en medio de ruido, gritos, confusión y objetos de todo tipo golpeando el interior de la cabina de pasajeros a cada sacudida, que se registraba a intervalos de cinco y diez segundos.

El 747 aterrizó de emergencia en el aeropuerto de Honolulu en Hawái, dos horas después del evento sin sufrir daño estructural según el reporte posterior emitido por la aerolínea pero, desafortunadamente 32 pasajeros entre ellos dos sobrecargos fueron hospitalizados y tres de ellos con heridas y fracturas importantes que llegaron a poner en peligro su vida.

Los expertos aseguran que las condiciones de turbulencia serán más comunes en los años por venir, debido al calentamiento global que está alterando las condiciones del clima en todo el mundo y nos recuerdan que solo en al corredor de rutas de vuelo en el Atlántico del Norte las condiciones de turbulencia en aire claro de moderada a fuerte ha aumentado de un 10 a un 40 por ciento, y se espera que en los cielos de todo el planeta la frecuencia de las turbulencias aumente de ese 40 a un 170 por ciento.

Estamos informados, es importante poner atención a los avisos de seguridad y abrochar el cinturón del asiento, aun cuando volamos en condiciones estables y con cielo azul y despejado.

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