La cafetería de Mexicana nació por dos sobrecargos que vivieron 3 años en el AICM: Cecilia Bertrand y Rogelio Martínez
El desalojo de los trabajadores de Mexicana de Aviación del espacio que ocupaban desde 2011 en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) cerró el ingreso de recursos económicos para un grupo de sobrecargos jubilados que se mantenían de la venta de comida, bebida y artículos diversos; que de acuerdo a los propios trabajadores, antes de la pandemia la cafetería exclusivamente generaba en promedio 33 mil pesos diarios.
El grupo de sobrecargos jubilados que administraba la cafetería de Mexicana en el AICM se encuentra dentro de la Asociación de Jubilados, Trabajadores, y Extrabajadores de la Aviación Mexicana, mejor conocida como AJTEAM, fundada y presidida por Fausto Guerrero.
“Nos dejan en total estado de indefensión. Vamos a buscar una reunión con el director del Aeropuerto, también vamos a solicitar una reunión con la Presidencia, si no hay respuesta positiva vamos a salir a las calles. El Presidente debe entender esta situación, qué lamentable que esté cometiendo las mismas atrocidades que los demás gobiernos, porque lo que queremos no es abrir una cafetería, sino cerrar el tema de la injusticia con Mexicana”, señaló en entrevista con A21.
La AJTEAM tiene 200 sobrecargos jubilados inscritos y ha sido cuestionada por el apoyo que recibe del sindicato El Barzón Popular, y por los mismos sobrecargos que iniciaron el plantón en el AICM, quienes en su momento fueron los primeros administradores de la cafetería.
“Desde 2011 nuestro sindicato nos abandonó y decidimos aglutinarnos en una Asociación Civil, luego conocimos a Crescencio Morales de El Barzón y al plantearle nuestra problemática nos dijo que si así lo queríamos, caminaríamos juntos en esta lucha”. Fausto Guerrero asegura que no le paga ninguna cuota al Barzón, sin embargo señaló que gran parte de los recursos son usados para sostener las demandas, gastos mortuorios y de salud de algunos de ellos.
Por su parte, Ricardo del Valle, secretario general de la Asociación Sindical de Sobrecargos (ASSA) de México, señaló que es falso que hayan dejado a los jubilados fuera de la defensa sindical. "Siempre hemos visto por nuestros compañeros jubilados, tenemos infinidad de demandas e incluso muchos de ellos ya están en Aeroméxico", declaró a A21.
Respecto a su postura sobre el desalojo, Del Valle dijo que hará contacto con las autoridades respectivas de Comunicaciones y Transportes (SICT) y del Trabajo y Previsión Social, para entender qué ocurrió y tomar medidas al respecto. "Siempre pediremos que se respete el derecho a manifestarse, no solo de nuestros compañeros sobrecargos, sino de todo aquel trabajador que se quiera manifestar", agregó.
La historia
La cafetería de Mexicana nació por dos sobrecargos que vivieron 3 años en el AICM: Cecilia Bertrand y Rogelio Martínez.
"La lucha la inicio yo al ver que nuestro sindicato nos hizo a un lado. Lo primero que hice fue pararme en traje de baño con pancartas afuera de la Torre de Xola, no se obtuvo nada más que la atención de la prensa. Luego mis compañeros Dulce y Rogelio hicieron huelga de hambre pero el sindicato intervino y tampoco se obtuvo nada, entonces fue que con el apoyo de varios compañeros tomamos los mostradores de Mexicana pero a la hora de quedarse a dormir nadie quiso.
Rogelio y yo vivimos ahí durante 3 años alzando la voz por todos mis compañeros. La causa de Mexicana de Aviación ha sido mi vida, ahí mi nieto aprendió a caminar, recién nacido dormía conmigo en esos mostradores", relató Cecilia Bertrand en entrevista con A21.
De acuerdo con su testimonio, Fausto Guerrero le pidió que les abriera la puerta a la lucha que sostenían en los mostradores de Mexicana y les presentó a Juan Iván Peña Neder, abogado que los representó antes de que se dividieran, y quien puso el dinero inicial para la cafetería.
"La cafetería fue pensada para beneficio de todos los jubilados, pero les ganó la ambición. Yo me enfrenté con la seguridad del aeropuerto para meter los muebles, El Barzón nos apoyaba pero en las calles y cuando vieron que había dinero empezaron a adueñarse del movimiento y a mentirle a nuestros compañeros. Yo se los reclamé y ahí se dio la división"
A través de una sentencia judicial, los sobrecargos recibieron un primer pago, Cecilia relata que por 30 años de trabajo le correspondieron 120 mil pesos, mientras asegura que El Barzón cobró 4 millones de pesos. "Está grabado que en una Asamblea, Cresencio Morales aseguró que él era el representante del movimiento, y su hermana me amenazó de muerte. Yo tuve miedo y entregué el espacio al AICM".
Al respecto, Fausto Guerrero asegura que cualquier conflicto que se haya dado fue por una visión diferente de posturas. "Son posturas, como en cualquier organización, y cuando ya no coinciden deciden alejarse. "Todos los compañeros que participan con nosotros tienen acceso a nuestros recursos, sin embargo, estos recursos han servido para pagar la lucha; la lucha cuesta, llevamos dos juicios laborales, una carpeta de investigación por vía penal, y hay que pagar", declaró Fausto.
Ambos coincidieron en que lo que más ansían es el cierre al conflicto de Mexicana de Aviación.
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