La autorización para que Emirates entrara el mercado mexicano a través de un vuelo Dubái-Barcelona-Ciudad de México se gestó en un proceso de por lo menos seis años, incluso antes de que la actual administración tomara posesión formalmente.
El primer antecedente de la quinta libertad del aire de la que ahora goza la aerolínea emiratí se remonta a la firma ad referendum del Convenio sobre Servicios Aéreos entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Este documento, según A21 constató en el Diario Oficial de la Federación del 3 de junio de 2015, fue firmado en Abu Dhabi el 10 de octubre de 2012, poco más de un mes antes del cierre de la administración del expresidente Felipe Calderón.
El convenio fue firmado por la entonces secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, y no fue publicado en el DOF sino hasta 20 meses después, luego de que permaneció “congelado” en el Senado hasta el 24 de febrero de 2015.
Desde este primer acuerdo, del que A21 tiene copia, se estableció que la o las aerolíneas designadas por los Estados Unidos Mexicanos obtuvieran, previa autorización de las autoridades aeronáuticas de ambos países, quintas libertades del aire, de acuerdo con lo establecido en el Anexo del documento, en los referente a las Notas a la Sección 1.
En este mismo sentido, el convenio también estableció desde octubre de 2012, que los EAU designarían una aerolínea para operar rutas con quinta libertad del aire hacia México, mediante la autorización de la Dirección General de Aeronáutica Civil.
El convenio también contempló de origen, en el Artículo 5, principios para eliminar la competencia desleal entre los nuevos participantes. A este respecto, la aerolínea Emirates espera la asignación de slots en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para comenzar operaciones.
Aunque el documento es público desde prácticamente el inicio del sexenio, ninguna línea aérea nacional, incluida Aeroméxico, había cuestionado el ingreso de compañías árabes, ni alegado competencia desleal o afectaciones a la conectividad nacional.
La voz de la aerolínea bandera de México no se levantó sino hasta el 30 de mayo pasado, cuando su director general, Andrés Conesa, advirtió daños a la conectividad doméstica y competencia desleal con el ingreso al mercado de Emirates.
Aunque los señalamientos ocurrieron seis años después, durante el proceso de negociación, en el que incluso el exsecretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, ahora candidato del PRI a la presidencia, negoció directamente con “altos funcionarios” del Emirates la posibilidad de una conexión aérea con México, en una visita al país árabe el 2 y 3 de marzo de 2014.
Ese mismo año, pero en septiembre, el subsecretario de Relaciones Exteriores, Carlos de Icaza, amplió las negociaciones ahora con funcionarios de la Autoridad Emiratí de Aviación, según consta en el Tercer Informe de Labores de la SRE.
La negociación entre México y los EAU se ha extendió durante prácticamente todo el sexenio y parece encontrará fin si Emirates recibe del AICM los slots para aterrizar en el país antes de diciembre próximo, cuando vencen los derechos de tráfico entre ambos países.
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