El uso de Aeronaves Pilotadas a Distancia (RPAS), conocidos comúnmente como drones, es una manera eficiente y efectiva de proporcionar información crítica a las fuerzas de seguridad pública para responder a las llamadas de emergencia o para llevar a cabo investigaciones criminal. Por ejemplo, proporcionan una vista aérea de un área para el personal de tierra, lo que da datos muy valiosos y detallados de escenas de crímenes y accidentes, o ayudan en la búsqueda de personas desaparecidas.
En México cada vez es más común que la policía estatal o municipal incorpore el uso de drones en tareas de seguridad, sin embargo, la falta de planeación, análisis de riesgos y cumplimiento con la normatividad ha sido un tema recurrente.
Algunos ejemplos de incorporación de uso de Drones para tareas de seguridad son:
Hay que tomar en cuenta que la incorporación de este tipo de tecnología requiere una profunda planeación y análisis.
Quiero poner como referencia lo que la autoridad aeronáutica de los Estados Unidos., la FAA, ha pedido a los operadores de drones, públicos y privados, para otorgar las primeras autorizaciones de vuelo.
La primera autorización que otorgó la FAA para el uso de drones en tareas de seguridad fue al Departamento de Policía de Chula Vista, California (CVPD por sus siglas en inglés).
Previo al uso de drones, el Departamento de Policía de Chula Vista formó un Comité de Sistemas Aéreos No Tripulados (UAS) y le tomó casi dos años estudiar el uso de la tecnología en sus operaciones de seguridad. Aunado a eso, los miembros del Comité de UAS se reunieron docenas de veces con la comunidad y autoridades para estudiar las mejores prácticas, políticas y procedimientos relacionados con el uso de la tecnología UAS en tareas de seguridad. Un enfoque especial de la investigación fue abordar las inquietudes sobre la confianza pública, las libertades civiles y el derecho a la privacidad de la población durante la operación de los UAS.
Es así que, a partir de octubre de 2018, la policía de Chula Vista, ha estado desplegando drones desde el techo del Departamento de Policía en respuesta a las llamadas al 911.
Este sistema de drones como primer servicio de respuesta ofrece grandes ventajas al proporcionarle a los socorristas algo que nunca antes habían tenido, una perspectiva más rápida de la situación, ya que los drones se despliegan en el sitio del incidente y llegan mucho antes que las unidades terrestres. La cámara a bordo del dron transmite video HD al centro operaciones en tiempo real donde un teleoperador especializado, no sólo controla el dron a distancia, sino que también se comunica con las unidades en el campo y les brinda información e inteligencia táctica. El sistema también transmite video a los teléfonos celulares de los elementos en tierra para que puedan ver exactamente lo que el dron está viendo.
El despliegue generalizado de los sistemas de UAS transformará la manera en que las agencias de seguridad pública atiendan las emergencia, aumentando la seguridad y la eficiencia de los servicios de emergencia.
Un aspecto clave para que la FAA otorgara el permiso de vuelo de los Drones a CVPD es la administración del espacio aéreo. Para esto, la CVPD trabaja en alianza con la empresa AirMap quien desarrolló la plataforma líder mundial de gestión del espacio aéreo para drones (UTM). Algunas de las características de la plataforma AirMap es que permite a las autoridades de respuesta a emergencias definir y establecer límites de espacios aéreos en los que se ha producido una emergencia y donde no pueden entrar drones no autorizados. La autorización proporciona acceso basado en permisos al espacio aéreo de emergencia, con telemetría compartida que permite a los drones operar de forma segura y en coordinación con las autoridades que administran el espacio aéreo.
La apertura del espacio aéreo por medio de plataformas como AirMap desbloqueará el uso masivo de drones para vuelos más allá de la línea de vista (BVLOS por sus siglas en inglés). Esto incluye muchas de las misiones de: entrega de paquetes, operaciones médicas, búsqueda y rescate, respuesta a emergencias, seguridad pública, periodismo, inspecciones, levantamientos topográficos, y más.
En conclusión, la integración de los drones en el espacio aéreo conlleva riesgos. El uso improvisado y sin considerar normas ni medidas adecuadas para de mitigación de riesgos, puede generar riesgos innecesarios. Hago un llamado para que la DGAC forme un grupo de trabajo semejante al programa Pathfinder de la FAA para establecer los estándares mínimos de operación y seguridad para la integración de los drones en el espacio aéreo mexicano y evitar la incorporación de drones de manera improvisada y sin análisis de riesgos operativos.
Los UAS no deben suponer un peligro adicional a las operaciones ya existentes. Deben ser tan seguros o más que las operaciones aéreas tripuladas.
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