Las manifestaciones atmosféricas del fenómeno El Niño, también conocido como Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés), son realmente sorprendentes y únicas en su tipo. Durante un El Niño, algunas zonas tropicales normalmente áridas se transforman en verdaderos jardines, mientras que en otras áreas tropicales donde las lluvias son abundantes y regulares, éstas se vuelven escasas e intermitentes. Además, en latitudes más altas, se han experimentado climas extremos relacionados con el ENSO, aunque no son exclusivos de este fenómeno.
Los científicos del Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) han emitido un aviso de El Niño para el Pacífico tropical. Esto significa que las condiciones de El Niño están presentes y se espera que continúen durante al menos los próximos seis meses.
El Niño es un fenómeno climático natural que se produce cada 3 a 7 años, cuando las temperaturas del Océano Pacífico tropical se calientan anormalmente. Este fenómeno tiene un impacto significativo en el clima de todo el mundo, pero sus efectos son especialmente pronunciados en Latinoamérica.
El Niño vs La Niña
El Niño y La Niña son dos fases opuestas del fenómeno ENOS que se caracterizan por diferencias en la temperatura del agua del océano y tienen efectos climáticos distintos en diferentes partes del mundo. Estos fenómenos son parte de la variabilidad natural del clima y son monitoreados de cerca por los científicos y meteorólogos, debido a su impacto en las condiciones climáticas y la preparación para eventos climáticos extremos.
Temperaturas del Océano:
El Niño: implica un calentamiento anómalo de las aguas superficiales del océano Pacífico tropical. Durante un evento de El Niño, las aguas cálidas se desplazan hacia el este, cerca de las costas de América del Sur.
La Niña: se caracteriza por un enfriamiento anormal de las aguas superficiales del Océano Pacífico tropical. En un evento de La Niña, las aguas frías se extienden hacia el oeste en el Pacífico ecuatorial.
Patrones de Lluvia:
El Niño: suele estar asociado con un aumento en las lluvias en algunas regiones, como la costa oeste de América del Sur, y puede llevar a inundaciones.
La Niña: tiende a provocar condiciones más secas en algunas áreas, como Australia y el sudeste asiático, y puede causar sequías.
Condiciones Actuales del Fenómeno del Niño
Según el NOAA, las condiciones de El Niño continúan en el Pacífico tropical, con una probabilidad del 95% de que persistan hasta enero-marzo de 2024.
Las temperaturas del Océano Pacífico tropical están por encima del promedio, los vientos alisios se han debilitado o invertido, lo que permite que las aguas cálidas del Pacífico tropical se desplacen hacia el este.
Estos factores están provocando un impacto significativo en el clima de todo el mundo, pero sus efectos son especialmente pronunciados en Latinoamérica, donde se están produciendo los siguientes fenómenos:
-Lluvias abundantes en el pacífico sur, especialmente en Perú y Ecuador.
-Sequías en el pacífico norte, especialmente en México y Centroamérica.
-Inundaciones en el Caribe y el Atlántico.
-Temperaturas más cálidas en general.
Estos fenómenos están causando daños a los cultivos, la infraestructura y la salud pública. También están provocando la aparición de enfermedades transmitidas por el agua.
Los datos de información actualizada del fenómeno del Nino están actualizados permanentemente en la página de la NOAA.
Datos Históricos
El fenómeno de El Niño de 2010-2011 fue el quinto más fuerte registrado en la historia, y tuvo un impacto significativo en América Latina. En Perú, las inundaciones causadas por El Niño provocaron la muerte de 50 personas y el desplazamiento de más de 200,000 personas. Las inundaciones también causaron daños por valor de 100 millones de dólares a la infraestructura y los cultivos.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el fenómeno de El Niño de 2010-2011 tuvo un índice Niño de 2.3, que es un nivel moderado a fuerte. El índice Niño es una medida de la anomalía de las temperaturas superficiales del mar en el Pacífico ecuatorial.
Los efectos del fenómeno El Niño de 2010-2011 en América Latina se extendieron más allá de Perú. En Ecuador, las inundaciones y deslizamientos de tierra causaron la muerte de 60 personas y el desplazamiento de más de 200,000 personas. En México, las sequías causaron la muerte de ganado y la pérdida de cultivos.
El fenómeno de El Niño de 2015-2016 también dejó grandes huellas. En marzo de 2016 los volúmenes de pesca en el Pacífico y Caribe centroamericano se redujeron en cerca de un 25%, aseguró la Organización del Sector Pesquero del Istmo Centroamericano (Ospesca).
El año 2015 redujo drásticamente la producción de cereales en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
En marzo de 2015, una catástrofe vinculada al fenómeno de El Niño afectó al norte de Chile. Colombia envió 16 toneladas de ayuda a la región de Atacama mientras la sequía prolongada devastaba la zona. Las imágenes de calles llenas de polvo en Copiapó reflejaban la magnitud del desastre. La región se preparó para enfrentar lluvias intensas, y la reconstrucción estimada se cifró en 150 mil millones de pesos.
El fenómeno El Niño y la Aviación
El fenómeno de El Niño puede tener un impacto significativo en la aviación, tanto en términos de seguridad como de operaciones.
Específicamente, puede causar los siguientes impactos en la aviación:
-Aumento de las turbulencias: las condiciones meteorológicas asociadas al fenómeno El Niño, como las tormentas y los vientos fuertes, pueden causar turbulencias significativas. Las turbulencias pueden ser peligrosas para los aviones, ya que pueden causar daños a la estructura del avión o incluso provocar un accidente.
-Aumento de los retrasos y las cancelaciones de vuelos: las condiciones meteorológicas adversas asociadas El Niño pueden obligar a los aeropuertos a cerrar o a desviar vuelos. Esto puede causar retrasos y cancelaciones de vuelos, lo que puede ser un inconveniente para los pasajeros.
-Aumento de los costos operativos: las aerolíneas pueden incurrir en costos adicionales para operar en condiciones climáticas adversas. Estos costos pueden incluir el pago de horas extra a los pilotos y la tripulación, el recargo de combustible y el pago de indemnizaciones a los pasajeros afectados por los retrasos o las cancelaciones de vuelos.
Para mitigar los riesgos asociados al fenómeno, las aerolíneas y los aeropuertos deben tomar las siguientes medidas:
-Planificar con anticipación: las aerolíneas y los aeropuertos deben estar preparados para las condiciones meteorológicas adversas asociadas al fenómeno. Esto incluye desarrollar planes de contingencia y tener personal y equipos disponibles para responder a las emergencias.
-Comunicar con los pasajeros: las aerolíneas deben comunicar a los pasajeros sobre las condiciones meteorológicas adversas. Esto ayudará a los pasajeros a tomar decisiones informadas sobre sus viajes.
-Innovar: las aerolíneas y los aeropuertos están trabajando en el desarrollo de nuevas tecnologías para ayudar a mitigar los riesgos asociados. Estas tecnologías incluyen sistemas de predicción meteorológica más precisos y sistemas de navegación que pueden ayudar a los pilotos a evitar las condiciones climáticas adversas.
El fenómeno de El Niño es un fenómeno natural que se produce de forma regular. Sin embargo, el cambio climático está haciendo que sea más frecuente e intenso. Esto significa que los efectos serán cada vez más graves en el futuro.
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