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26/04/2024

Cambios de vientos en SENEAM ¿Cambio de rumbo?

José Medina Go… / Domingo, 15 Mayo 2022 - 18:55

Las últimas dos semanas en la aviación mexicana han sido bastante “intensas”, por ponerle algún calificativo. No es ningún secreto ni misterio que desde hace más o menos tres años la situación se ha puesto de mal en peor, y en vez de ver resultados positivos o con potencial realmente vemos retrocesos muy considerables. Uno de los actores que más influía en este proceso era Servicios a la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) y el hasta hace una semana director del mismo, Víctor Manuel Hernández Sandoval.

No es la primera vez que en esta columna semanal abordamos a este personaje; pero ojalá sea la última. Con una estulticia magistral, una aferrada soberbia digna de mejor causa, y una turbulenta opacidad característica de su administración, este personaje dejó prácticamente en trizas a SENEAM, una de las instituciones más destacadas, respetadas y con trascendencia de la aviación nacional, regional e internacional. Recuerdo con amplia molestia una “conferencia” -así quisieron describir su intervención- que dictó Hernández Sandoval en un congreso de seguridad aérea en el 2019. Prácticamente todos los presentes salimos negativamente impresionados de que un personaje con un casi nulo conocimiento práctico y con argumentos enteramente derivados de corriente ideológica, pero sin sustento técnico real, pudiera encabezar ese honorable Servicio.

De hecho, recuerdo que uno de los asistentes al congreso, tras la presentación de Hernández Sandoval, comentó abiertamente mientras salíamos del auditorio “A ver si no nos pasa una tragedia con él [Hernández] al frente”. Casi proféticas palabras, pues en al menos dos docenas de ocasiones eso es justo lo que estuvo a punto de ocurrir bajo su gestión. Hace casi dos semanas nos enteramos por este medio informativo (Aviación A21) en conjunto de notas de alto valor y gran trascendencia de algunos comunicados oficiales que IATA, IFALPA y otras entidades internacionales le externaron al entonces director de SENEAM Hernández Sandoval sus preocupaciones por las precarias condiciones de inseguridad aérea en el Valle de México.

Cierto, otros medios también difundieron esta información; pero al no ser medios especializados no creo hayan contextualizado apropiadamente la trascendencia de las notas. Es por ello que invito al lector a dar lectura a las mismas en este portal (http://www.a21.com.mx), y apreciar a través de ellas la verdadera importancia de lo que los comunicados oficiales expresaron a la dirección de SENEAM. Básica y esencialmente fue un voto -reiterado- de no confianza en el trabajo, liderazgo y desempeño de la autoridad titular en la materia aeronáutica operativa.

Pero esto no era nuevo. De hecho, Hernández Sandoval había sido objeto y sujeto de críticas y cuestionamientos por bastante tiempo ya. Lo más lamentable es que a cada observación fundamentada, a cada comentario, o a cualquier nota que no le favoreciera (la gran mayoría) su respuesta seguía la “marca de la casa” de la administración federal: el insulto, el descrédito, la difamación, la minimización y las acusaciones a los críticos sin nada de soporte. Tal vez se pensó que esta estrategia podría servir para desviar la atención, para ganar tiempo, o para subsanar ante la imagen pública una gestión que a todas luces era ineficiente y con marcado nepotismo y opacidad. Pero la aviación es técnica, es comprobable y demostrable, y sobre todo es transparente. 

Todo se ve, todo se sabe, y todo eventualmente queda descubierto tal y como es. De hecho, a apenas días de que los ya referidos comunicados exhibieran serias preocupaciones sobre la seguridad aérea en México, tuvimos dos casi percances en el AICM, ambos productos de una pésima gestión de los protocolos de seguridad aeronáutica y cuestionable desempeño de SENEAM y su personal. Claro, Hernández Sandoval no estuvo ahí personalmente, pero su gente (incluidos sus “recomendados” e “impuestos”) sí. Al ser él el director, él es responsable. Los connatos de accidentes pudieran no debieran haber pasado jamás, y bajo otro liderazgo serían verdaderamente impensables. Seamos claros, durante la gestión de Víctor Manuel Hernández Sandoval al frente de SENEAM se atendió de manera irresponsable y supina la seguridad aérea nacional, poniendo en riesgo cientos de vidas humanas innecesariamente.

Su “despido” –o “renuncia”, como guste usted considerarlo- era anunciado desde hace meses. Pocos dentro del sector confiaban en él, y mientras más pasa el tiempo más nos enteramos de sus malos manejos. En las próximas semanas nos enteraremos del verdadero alcance del problema que deja en SENEAM, y al paso de los meses veremos realmente y de manera pública que tantos daños hereda a sus sucesores. Hernández Sandoval recibió un Servicio estable y profesional; deja una crisis alarmante. Pero debemos recordar que en las crisis emergen oportunidades.

Es justo esta coyuntura donde la autoridad aeronáutica nacional puede renovarse, enmendar errores, regresar al profesionalismo que debiera caracterizarla. Es precisamente en esta coyuntura donde el sector privado, en conjunto con los verdaderos especialistas en aviación nacionales pueden fortalecer profundamente a nuestro SENEAM y recuperar la confianza y certidumbre en nuestras autoridades nacionales. No olvidemos que tenemos grandes especialistas de talla internacional en materia de seguridad y operación aeronáutica en México. Por tres años fueron ignorados. Pero ahora existe la enorme oportunidad de incorporar y aplicar su conocimiento, experiencia y talento por el bien y trascendencia de nuestro sector.

Sobra decir que las actuales autoridades nacionales siguen irremediablemente aferradas a dar continuidad a los proyectos que Hernández Sandoval ayudó a dar vida. Es innegable que en su desesperación y oclusión estos actores son incapaces de reconocer que hay que dar un cambio de rumbo. Pero no, no se trata de regresar a planes o programas del pasado. Eso ya está en el ayer, y no lo podemos recuperar ni cambiar. Es ahora momento de ver a futuro, de dar un verdadero cambio de rumbo, de ser razonables.

Es de sabios cambiar de opinión. Es momento que nos muestren su sabiduría, no sólo su autoritarismo. La salida de este personaje de una posición tan crítica es una excelente coyuntura y oportunidad para replantear el camino y dar un golpe de timón, un cambio de rumbo que le urge a nuestro sector. Ahí veremos sin realmente tienen sabiduría, o será tan sólo una continuación de la aplicación del dogma en algo que no lo permite. Ahí veremos si hay visión de altura, o una segunda parte de una entrada en pérdida.

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