El próximo 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, esta actividad delictiva que tanto lastima a nuestra sociedad y que bien puede considerarse como crimen de lesa humanidad.
La trata de personas es un delito que consiste en captar o apoderarse de la voluntad de una persona por medio de violencia, amenaza o engaño, principalmente con el fin de explotarla sexual o laboralmente bajo condiciones inhumanas, de ultraje, maltrato y abuso.
Esta actividad criminal está considerada como el tercer negocio delictivo más lucrativo del mundo, solo superado por el tráfico de drogas y de armas; generando ingresos ilícitos por más de 30 mil millones de dólares según lo informado por el Foro de Viena. Hoy en día una de cada 200 personas en el mundo se encuentra sometida a condiciones forzadas de vida y trabajo como consecuencia de la trata, una práctica considerada el equivalente moderno de la esclavitud (OIT).
La aviación desafortunadamente es uno de los modos de transporte más utilizados por los delincuentes para consumar este hecho delictivo, al ser una opción de traslado y conexión. Sin embargo, también la aviación es uno de los medios más importantes para lograr la prevención, detección y denuncia de este delito. En este sentido, la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) como el organismo rector de la aviación global, ha desarrollado e implementado instrumentos como las “Directrices para la instrucción de la tripulación de cabina sobre reconocimiento y respuesta a la trata de personas”, que son una herramienta sólida de capacitación para el personal de las aerolíneas en el mundo, con el objeto de evitar y combatir esta actividad criminal.
Asimismo, la mayoría de las aerolíneas en el mundo han desarrollado e implementado procedimientos y protocolos para poder identificar posibles situaciones de trata de personas y para actuar en consecuencia. Tanto el personal a cargo de los procesos aeroportuarios tales como la documentación de los pasajeros, como las tripulaciones de de cabina, se capacitan de forma permanente para implementar las acciones de prevención y las acciones de reacción ante posibles situaciones de trata.
Esto lo pude constatar hace un par de semanas al estar documentando un vuelo de regreso a la Ciudad de México junto con mi familia, cuando una de las agentes de la aerolínea que estaba atendiéndonos en este proceso de documentación, cuestionó de forma amable, pero firme a mi hija de 5 años, cual era su nombre, a donde viajaba y si éramos mi esposa y yo sus padres. Bien por VivaAerobus.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de la Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC), han implementado también campañas contra la trata de personas, la más importante es “Corazón Azul” que tiene como objetivo central impulsar a gobiernos, organizaciones intergubernamentales, organizaciones internacionales sin ánimo de lucro, sector privado/empresarial, sociedad civil y particulares, a actuar para poner fin a la trata de personas y hacer frente a sus efectos en la sociedad. La campaña Corazón Azul promueve la participación en actividades, la solidaridad con las víctimas y fomenta la sensibilización. Ofrece también su imagen para ser utilizada y ayudar a marcar la diferencia.
México por su situación geográfica y la vulnerabilidad de ciertos segmentos de su población, es históricamente país de origen, tránsito y destino de víctimas del delito de trata de personas. Por lo cual, organismos como la Agencia Federal de Aviación Civil están desplegando y promoviendo intensamente campañas muy claras y precisas para sensibilizar a la ciudadanía sobre qué es la trata, como se puede detectar y como reaccionar en consecuencia.
Algunas conductas que se difunden en esta campaña para la detección de las posibles víctimas son:
- Usualmente se perciben con miedo, nerviosismo, ansiedad y sumisión
- Generalmente no están solas
- No hacen contacto visual ni interactúan con otras personas
- Usualmente no llevan equipaje ni tienen sus documentos de viaje
- En ocasiones tienen aspecto poco aseado
El concientizar a la sociedad en general acerca del “modus operandi” de los delincuentes es esencial para poder detectar oportunamente las señales de alerta de este delito.
Como en toda actividad delictiva, las medidas y mecanismos de prevención son clave para continuar con pasos firmes y contundentes en el camino de la erradicación de esta desdeñable actividad.
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