El trayecto para alcanzar la equidad ya está trazado y los esfuerzos están en marcha, aunque algunos son más efectivos que otros. En mayo, en el Airport Show de Dubái se mencionaba con entusiasmo que la Inteligencia Artificial (AI) será utilizada para reclutar mujeres al no tener sesgos, noticia no tan alentadora considerando que se ha comprobado lo contrario, porque la AI se alimenta del internet (donde abunda la discriminación).
Empero, sí hay pasos estratégicos y programas llevados a cabo por aerolíneas y organizaciones con resultados positivos para la atracción de talento femenino. Becas para jóvenes mujeres son un factor común en compañías con mayor igualdad, pues el costo de la formación es un impedimento cada vez más restrictivo; la fomentación de mentorías y promoción de modelos a seguir también es fundamental, porque el que exista representación no es suficiente, ya que las jóvenes minorías necesitan conocer un ejemplo de lucha y éxito para asimilar que su meta es alcanzable, la Asociación Internacional de Mujeres en Aviación (IAWA) es una muestra de una agrupación fructífera donde las modelos a seguir son mentoras; en otro paso esencial, cada vez más empresas brindan consideraciones para ausentismo por maternidad, o paternidad, para que la responsabilidad de crianza sea compartida y no intervenga en el crecimiento profesional.
No obstante, es imperativo el involucramiento del hombre para que la equidad se logre. Antes que nada, debemos de reconocer que la desigualdad de género siempre ha sido parte de la aviación y aceptar que es un problema, ya que sin aceptación el cambio es imposible. Es necesario que hombres en posiciones de liderazgo fomenten la paridad por medio de la acción y del diálogo, sin ser condescendientes ni caer en estereotipos, dado que el tema de inequidad sigue siendo incómodo para muchos, al grado de generar conflicto.
Es trascendental, también, la rendición de cuentas al respecto por parte de organizaciones e individuos. El incumplimiento de compromisos debe de acarrear consecuencias, porque de lo contrario se hacen promesas vacías que provocan un retroceso a la causa. Esto cobra especial relevancia en temas de acoso, si consideramos que las mujeres están mayormente personificadas (y estereotipadas) en la industria como tripulantes de cabina y que el 68% de sobrecargos reporta haber sufrido algún tipo de acoso sexual en el trabajo (datos de Estados Unidos). Por lo tanto, la responsabilización de culpables de dicho delito, así como la transparencia en el proceso, son cruciales. Incluso, hay que ser críticos con las disculpas que se reciban al respecto, siempre conscientes que una disculpa sin cambio es sólo manipulación.
Si bien la aviación es el supuesto símbolo del progreso de la humanidad, la disparidad de género demuestra una grave incongruencia en dicha percepción. Sabemos qué debemos hacer, pero no todos lo estamos haciendo -por ello siento la obligación de escribir sobre el tema-, porque crear conciencia o brindar atención al respecto es lo menos que podemos aportar a la lucha. Para que la aviación alcance su máximo potencial requerimos fomentar la equidad atrayendo, reteniendo, respetando y protegiendo a las mujeres del medio. De lo contrario, nos esperan más de cuatro siglos de casi exclusividad masculina, un retroceso que genera privilegios que serán explotados por algunos hombres egoístas, en un entorno de desigualdad que las nietas de tus nietas todavía van a sufrir. Entonces, ¿qué harás al respecto?
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