David Pekoske, quien había liderado la TSA desde 2017 y fue ratificado para un segundo mandato por el presidente Biden en 2022 por otros 5 años, fue destituido por el presidente Trump al inicio de su nueva administración.
Pekoske también se desempeñaba como encargado interino del Departamento de Seguridad Nacional mientras se confirmaba a Kristi Noem como secretaria de esta dependencia.
Durante su gestión, Pekoske supervisó la implementación de máquinas de control de seguridad más lentas basadas en tecnología Analogic y escáneres de reconocimiento facial en aeropuertos, iniciativas que generaron críticas por su efectividad y privacidad.
Además, impulsó la adopción de un aumento salarial significativo para los oficiales de seguridad, alineando sus ingresos con la escala federal estándar en 2023. Esto resultó en incrementos de hasta un 40% para algunos empleados y mejoró la retención de personal, aunque las demoras en puntos clave como Denver, Atlanta y Austin persistieron.
El exadministrador también enfrentó controversia por medidas que afectaron a las aerolíneas que operan desde terminales privadas. Pekoske propuso restricciones adicionales, como prohibiciones de líquidos y filas de control más rigurosas, en vuelos vendidos por asiento desde terminales de Operador de Base Fija (FBO), lo que generó críticas de la industria.
En un mensaje dirigido a los empleados de la TSA, Pekoske expresó su gratitud al equipo, destacando los avances logrados durante su administración, mientras cerraba un capítulo marcado por debates sobre la seguridad y la eficiencia en el transporte aéreo.
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