A pesar de que históricamente se ha señalado a la industria aérea como una de las más contaminantes, se ha revelado que, a diferencia de otras industrias, la aviación contribuye alrededor del 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, y que las directrices que se han tomado para su descarbonización en Europa tienen bases fundamentadas y sobre todo, ya se dan pasos importantes para llevarla a cabo.
Así lo destacó Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), también Director General de easyJet Sur de Europa, quien ofreció un webinar titulado “Recuperación de las aerolíneas y sostenibilidad”, esto como parte de la la jornada de puertas abiertas de la ITAérea, Aeronautical Business School en España.
En esta charla dirigida a estudiantes, el ejecutivo centró su atención en la sostenibilidad de la industria aérea, principalmente hablando de la aviación comercial y destacando la importancia de la realización e implementación de hojas de ruta que ayuden a cumplir con objetivos claros.
“Al ser un problema global y complejo es necesaria una hoja de ruta que tiene varios pilares y en el caso de la aviación comercial está basada en 4: el primero es la tecnología en su doble vertiente de mejorar la tecnología existente, como los aviones, y la tecnología disruptiva como aquellos propulsados por hidrógeno.
El segundo pilar incluye las mejoras operacionales que significa, tanto en tierra como en aire, ser más eficientes, y el tercer pilar son los combustibles sostenibles de aviación (SAF) y por último los mecanismos de mercados o regulatorios que incluyen sistema de comercios de emisión y hasta temas fiscales, dijo.
Esto, en búsqueda de lograr la aspiración de las emisiones cero en el 2050, donde según la estimación, en esa reducción del 100% aproximadamente el 37% vendría de las mejoras tecnológicas; de ellas el 17% vendría de modificaciones a la tecnología convencional del keroseno y el 20% de las tecnología disruptiva como el hidrógeno.
Asimismo las mejoras operacionales representarían el 6% y el SAF sería el 34%, mientras que las medidas económicas serían el 8% además de un porcentaje restante que también representa la reducción de la demanda, como lo señaló el directivo.
En su intervención, Gándara hizo énfasis en el hecho de que cada vez más empresas se están comprometiendo con esta reducción de emisiones y también, cada vez son más los inversionistas que exigen estar dentro de estos acuerdos a la hora de poner su dinero. “Muchos están claros de invertir dinero solamente en las compañías que tienen una hoja de ruta clara hacia la descarbonización”, dijo.
Además, habló del compromiso de los países de la UE para tener emisiones netas cero en conjunto de su economía en 2050 pero con un objetivo intermedio de llegar a tener un 55% de reducción de las emisiones de CO2 del conjunto de la economía en el 2030.
“Por eso vienen una serie de normativas existentes o de nuevas normativas: en el caso de la aviación comercial, hay tres iniciativas dentro de ese gran paquete, dos de ellas son revisiones a normativas ya existentes como la que impone un impuesto al keroseno y luego uno nuevo que busca establecer una serie de mandatos de mínimos de utilización de SAF en los aeropuertos que empezará en el 2% en 2025 y acabará en 70% en el 2050”, aseguró.
Con este tipo de iniciativas aplicadas, se traza el camino hacia la descarbonización y también se deja claro que la renovación de la flota es importante, pues en el caso de Easyjet casi la mitad de la mejora es representada por nuevos equipos.
“Luego daré más detalles pero estamos hablando de Airbus familia 320 tipo neo que cada uno de ellos emite un 15% menos que el mismo avión al que reemplaza y un 50% menos de ruido, entonces en 2035, casi la mitad de esa reducción va a ser gracias a esa renovación de flota”, concluyó.
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