El gestor nacional de navegación aérea de España ENAIRE, anunció que desde finales de febrero comenzó la reestructuración del espacio aéreo asociado al Aeropuerto de Madrid-Barajas dentro del proyecto Ámbar, con el objetivo de dar cumplimiento a los requisitos reglamentarios europeos y optimizar la gestión del tráfico aéreo.
Mediante esto busca proporcionar una mejora de la eficiencia en las operaciones aéreas, haciéndolas más sostenibles respecto a los procedimientos actuales, suponiendo importantes ahorros para las aerolíneas en cuanto a calidad de servicio, reducción de consumo de combustible y menores emisiones de gases contaminantes.
La implantación del proyecto Ámbar y la modernización de los procedimientos asociados al mismo permitirá satisfacer los requisitos normativos que están dispuestos para los años 2024 y 2030 en el Reglamento Europeo de Ejecución (EU) 2018/1048, respecto a la necesidad de disponer de unas rutas de salida y llegada instrumental, así como unas aproximaciones diseñadas con tecnologías avanzadas, según información de Hosteltur.
La elaboración de proyecto incluye los trámites ambientales necesarios, además de las preceptivas consultas a usuarios y la aceptación del cambio por parte de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) previa a su incorporación a la publicación de información aeronáutica AIP-España.
Durante las primeras semanas, tras la implantación, ENAIRE está aplicando un plan de transición acordado con la AESA, que es la práctica preceptiva en proyectos de cambios en la gestión del espacio aéreo.
Destacó que el desarrollo de este proyecto incluye modificaciones y mejoras en los procedimientos de llegada instrumental en las aproximaciones al Aeropuerto de Madrid-Barajas y que, para ello, están utilizando las tecnologías más avanzadas, estableciendo diferentes procedimientos operativos que posibilitan, además, el modo de operación mediante aproximaciones independientes en las pistas paralelas actuales, en ambas configuraciones, Norte y Sur.
Los beneficios esperados con la implantación del proyecto, son de diferente naturaleza e influyen en diferentes actores relevantes del transporte aéreo.
En relación con la seguridad operacional, Ámbar proporcionará un aumento de la predictibilidad de las maniobras como consecuencia de la estandarización de las mismas, así como en una disminución de la complejidad de la gestión del tráfico aéreo; desde lo medioambiental, posibilitan que las aeronaves realicen perfiles de vuelo más eficientes y una optimización de las distancias recorridas al disponer de rutas de vuelo más cortas.
En este sentido, dado que los cambios propuestos mejorarán la gestión del tráfico aéreo y los flujos de salida y llegada al aeropuerto madrileño, se conseguirá una reducción del tiempo y recorrido de vuelo y, por lo tanto, una disminución del consumo de combustible y de las emisiones de CO2.
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