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28/03/2024

¿Qué es el miedo al vuelo, y cómo combatirlo?

Octavio Amezcua / Lunes, 12 Septiembre 2016 - 08:14

Volar es, por mucho, la forma más segura de viajar, pero la sola idea de subir a un avión hace que muchos de los viajeros sientan que el corazón les va a explotar en el pecho. Sentir ansiedad cuando se vuela no es una situación poco usual y una gran cantidad de pasajeros (de acuerdo a estadísticas hasta el 40%) admite sentir nervios al llegar al avión; pero de acuerdo a los expertos, hasta un 10% de estos pasajeros pueden necesitar ayuda profesional por manifestar la denominada “aerofobia” (fobia al vuelo). No hay que confundir, no nos estamos refiriendo a pasajeros que evadan la idea de volar en avión y que solamente sientan temor, sino a los que requieren de alcohol o medicamentos para darse valor de subirse y además requieren de ser tratados con mucha delicadeza por todo el personal de vuelo para sentirse razonablemente en control de su ansiedad al volar.

El psicólogo australiano Shawn Goldberg ha tratado a un gran número de personas con aerofobia, y describe que generalmente varían mucho las razones por las que se presenta dicho cuadro, pero refiere que es muy común que las personas describan el que su temor fue en aumento conforme fueron creciendo sus responsabilidades en la vida, de tal manera que no es extraño escuchar que éstas personas cuenten historias de juventud en las que se subían a un avión sin ni siquiera razonar el hecho. Sin embargo, existen otros psicólogos que afirman que después de tratar a un buen número de personas con aerofobia, la mayoría tienen condiciones preexistentes relacionadas con la ansiedad, como trastornos de pánico o claustrofobia, y temen no estar en control cuando tengan que volar, e incluso, que dichos temores puedan manifestarse fácilmente y verse agravados por el hecho de no poder escapar del avión durante el vuelo; ésa es la gran diferencia de volar e ir en automóvil: no es posible estacionar la aeronave y bajarse de ella, independientemente de que en general, hay un gran desconocimiento de los procesos del vuelo en sí mismo, lo que provoca que la inquietud sea aun mayor.

Comprendiendo el miedo

La aerofobia es una fobia específica y muchos expertos afirman que es improbable superarla sin ayuda profesional. Esto es porque el temor inicia en la parte del cerebro que actúa como sistema de alarma del organismo para el peligro, que siempre vence a la parte más racional. Casi siempre se origina de alguna mala experiencia de vuelo (por ejemplo, una fuerte turbulencia) o incluso de algún muy difundido accidente de aviación. Generalmente se provocan una gran cantidad de pensamientos irracionales negativos que arrastran la mente de una persona y son reforzadas por cambios fisiológicos provocados por ansiedad (aumento de la frecuencia del corazón y de la respiración, zumbido de oídos, opresión de pecho, mareo, temblores, agitación, así como aumento de la sudoración entre otros).

Enfrentando el miedo

La evidencia, de acuerdo a varios expertos, muestra que el mejor tratamiento es la terapia cognitivo-conductual basada en la exposición. La terapia cognitivo-conductual es una pretende cambiar la forma en la que una persona piensa y se comporta en determinadas situaciones, al mostrar técnicas para manejar la ansiedad, como respiración lenta y profunda, cambiando el foco de atención lejos de las preocupaciones (y de la misma ansiedad). Este tipo de terapia puede ayudar a cambiar a un estilo de pensamiento más racional, más que nada ampliando el conocimiento sobre el propio vuelo, sus principios y procedimientos (mientras más se racionaliza la seguridad de los aviones, más disminuye el temor), de tal manera que al sentirse más seguro se cambia el sentimiento de peligro y pánico por el de estímulo y emoción. En las viejas épocas, cuando aún la seguridad en los aviones lo permitía, los pilotos solíamos invitar a la cabina a la gente que presentaba datos de aerofobia, pues podíamos explicarles los sistemas y procesos que permitían que la gente se tranquilizara.

Para la gente que padece aerofobia, habría que hacerle algunas recomendaciones:
1.- Analice los posibles comportamientos supersticiosos o fatalistas que se puedan presentar (por ejemplo, es muy sugerible evitar programas en el televisor que analicen los últimos accidentes de aviación y sus causas, especialmente si se encuentra próximo a tener que volar).
2.-Trate de escoger un lugar en el avión que lo haga sentirse cómodo (ya sea pasillo o ventanilla, de acuerdo a su propio gusto y comodidad); no le recomiendo los asientos medios, pues normalmente la gente con este tipo de fobia se siente mucho más incómoda e insegura.
3.- Permita que su parte consciente fluya; si usted da rienda suelta al miedo, normalmente es como alimentar un fuego con gasolina: crece exponencialmente y pasará un muy mal rato. Este elemento es cognitivo, es decir, una vez que reconozca el sentimiento trate de corregirlo hacia situaciones alternas, como pensar que el subirse a un automóvil, entrar a una alberca o meterse en una tina de baño son actos estadísticamente mucho más inseguros que volar. Algunos expertos recomiendan que abra usted alguna de las múltiples aplicaciones existentes en tabletas o computadoras y observe la cantidad tan importante de aviones en vuelo y como llegan a su destino por miles todos los días.

Una sugerencia de los terapeutas es que, si padece usted de aerofobia, trate de experimentar con alguno de los múltiples simuladores de vuelo existentes para computadora; esto permitirá que amplíe su conocimiento sobre aviación y que disminuya el temor. En un futuro muy próximo seguramente tendremos simuladores con realidad virtual, que permitan experimentar turbulencia así como despegues y aterrizajes casi reales; esto seguramente recalibrará los temores y la aerofobia será cada vez más rara.

Por último, si forma usted parte del 10% que no puede controlar su aerofobia, no lo dude y acuda al especialista psicólogo o psiquiatra; no se permita perder la maravillosa sensación de volar.

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