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23/12/2024

Sistemas vulnerados

A. Villasana / Martes, 25 Octubre 2022 - 19:10

Tremendo problema se presentó en la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes con el Hackeo informático de que fue objeto el lunes pasado. Independientemente de que se haya lanzado el protocolo tranquilizador, lo cierto es que hay varios temas que preocupan a los funcionarios y al público que requiere hacer trámites, que al menos por ahora están suspendidos hasta nuevo aviso.

Y es que los servidores de toda la Secretaría están suspendidos hasta que se analice de qué tamaño es el daño potencial que puede sufrir el sistema de comunicaciones, telecomunicaciones y transportes, nada más y nada menos que todo el sistema circulatorio de vehículos e información del país.

Tómese en cuenta que, por ejemplo, en los servidores de la SICT se guardan los registros de todas las aeronaves que vuelan en el espacio aéreo mexicano; los títulos de concesión de aeropuertos, de aerolíneas, de servicios diversos, lo que implica que nombres, cifras, recursos, direcciones, teléfonos, fotografías, matrículas, etc. están a merced de los hackers.

La parte de Medicina de Transporte guarda los expedientes de miles de tripulantes aéreos, ferroviarios, marítimos y terrestres, datos familiares, genéticos, de enfermedades y de investigaciones por incidentes o consumo de sustancias. El área de licencias, los nombres, direcciones, teléfonos, capacidades de los tripulantes y conductores de todo tipo de transportes, así como de sobrecargos, mecánicos, responsables de mantenimientos, etc.

Qué decir de los archivos de supervisión de aerolíneas, de equipos de vigilancia, de compras de equipos, de códigos de seguridad para aeropuertos, radiofrecuencias, estado real de la flota; archivos de incidentes y accidentes tanto del transporte aéreo como del resto de los medios de transporte.

Los archivos contienen desde los datos de las falencias que padece la autoridad aeronáutica hasta los problemas de supervisores, talleres, aeronaves privadas y públicas. Datos sensibles de aeropuertos, de puertos, de garitas, de puentes, radares, etc. Todos los registros de telecomunicaciones, códigos de satélites, protocolos de operación de espacio aéreo y de espacio terrestre; cifras de ingresos, egresos, gastos, contratos, obras en proceso, defectos de construcción, fallas de mantenimiento de toda la infraestructura a lo largo y ancho del territorio nacional.

La imaginación no alcanzaría para definir hasta qué punto está vulnerada la seguridad de la nación y qué grave es que existan estos “agujeros”, por los cuales es posible que elementos extraños se cuelen a indagar las tripas del transporte y las comunicaciones del país.

Después de esto, será necesario que se trabaje y se invierta en serio en sistemas con ciberseguridad y con sistemas alternos analógicos (aunque suene extraño) sólo para proteger las áreas más sensibles (algo así como el altímetro digital y su redundante analógico para reforzar la seguridad). 

Sin duda un grave asunto. Por lo pronto no habrá labores en la AFAC ni en ningún sitio que haga trámites al público. Al rezago de la pandemia en licencias y exámenes médicos, refrendos de permisos y concesiones y demás, se sumará este inconveniente. Ni hablar.

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