Recientemente el presidente López Obrador dió un anuncio en el que finalmente se había llegado a un arreglo con el sindicato de pilotos ASPA para la venta de la marca Mexicana; se les entregaría una "recompensa" a cambio. Recordemos que la marca Mexicana De Aviación cuenta con un valor intangible y por lo tanto, tendría que ser valuado con mucho cuidado y por expertos.
¿Pero qué implica esto? ¿Qué repercusiones tendría para la aviación mexicana como la conocemos?
Pues para empezar, el ejército y aquellos involucrados en este asunto, estarían violando la ley flagrantemente, pues se generaría un conflicto de intereses, ya que actualmente éste maneja varios aeropuertos y la ley estipula que no se podrán administrar aeropuertos y aerolíneas al mismo tiempo; por supuesto que aquí entraría el dicho: "Pues no me digan ahora que la ley es la ley”.
Toda la inversión pública que se invertiría en la aerolínea, la compra de aeronaves, infraestructura, contratos, certificaciones, estarían a cargo del erario público y de acuerdo al presidente, "todo lo que se genere será para las jubilaciones de los militares", la promesa por parte del gobierno en la compra de la marca no garantiza que no intenten quedarse con los derechos de slots, rutas, espacios y facilidades una vez más "flexibilizando" las leyes y reclamando el AOC.
El mayor de los peligros es que también anunció que con esta aerolínea bajarán los costos ¿y cómo logrará esto? pues, Mexicana con los subsidios del gobierno (una vez más con nuestros impuestos) la financiaría permanentemente haciendo casi imposible que existiera una competencia leal entre ellas, pues todas están actualmente bajo el régimen de pago de servicios y sería prácticamente imposible lograr un equilibrio comercial, obligándolas eventualmente a reducir costos para poder competir, lo que generaría inseguridad por falta de mantenimiento y adiestramientos adecuados, como históricamente ha ocurrido llevándolas a una quiebra eventualmente.
Otro problema que se anunció es la destrucción y la soberanía aérea de la aviación mexicana, con la amenaza de darle a los extranjeros el cabotaje; con esto solo sería cuestión de meses antes de que ésta colapsara.
Invito a todos los pilotos de Mexicana a través de ASPA a reflexionar y no otorgar la marca al ejército. Buscar nuevos compradores a través de una subasta convocando a los dueños de las líneas aéreas mexicanas para que se unan y entre todas compren la marca y con ella todo lo que ésta conlleva para engrandecerlas y fortalecerlas y así cuidar a la aviación nacional e invitar al presidente a que vea lo que significaría otorgar el cabotaje y las consecuencias de perder la soberanía aérea.
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