Imagine que posee todas las bondades de la tecnología satelital para proporcionar servicios dedicados de observación de la tierra, de comunicaciones, o de cualquier otro tipo que sea capaz un satélite o una constelación satelital sin haber invertido en el desarrollo de satélites, su construcción, prueba, lanzamiento y operación. Imagine que posee el control de una misión satelital y puede obtener datos a la medida de sus necesidades o de sus clientes, sin haber tenido que esperar varios años para desarrollar su infraestructura espacial, ni cumplir con regulaciones complejas, contar con un equipo de expertos en ingeniería espacial, y lidiar con el proveedor de lanzamiento. Imagine que puede probar un nuevo subsistema espacial con sólo enviar código a un satélite en órbita, sin tener que preocuparse por operar su misión. Le tengo buenas noticias: todo esto es ahora posible con un nuevo modelo de negocios, denominado Satélite como Servicio, un cambio de paradigma en el sector espacial en el que todas las ventajas de una infraestructura espacial dedicada se obtienen a partir de pagar una suscripción, en lugar de invertir en el desarrollo de un proyecto espacial. En otras palabras, Satélite como Servicio utiliza satélites sin necesidad de que usted invierta en satélites, lo que reduce significativamente el costo y el tiempo de desarrollo de las aplicaciones espaciales. Este modelo está siendo adoptado tanto por empresas privadas como por gobiernos y otras organizaciones, y está ampliando las posibilidades de lo que se puede hacer con el sector espacial.
El modelo de Satélite como Servicio se basa en compartir activos espaciales entre muchos usuarios, con la consecuente disminución de costos y tiempos de desarrollo. Y es que, aún con todas las ventajas que han traído los satélites pequeños, el acceso al espacio sigue siendo muy caro para muchos usuarios. Por ejemplo, solamente el lanzamiento de un nanosatélite CubeSat de una unidad, con un peso de 1 Kilogramo, cuesta alrededor de $100,000 dólares, requiere de un tiempo de desarrollo de por lo menos un año y tiene que cumplir con regulaciones engorrosas que tardan hasta varios años en tramitarse. Con Satélite como Servicio, el usuario puede empezar a usar los activos espaciales inmediatamente y paga únicamente por lo que usa.
El modelo Satélite como Servicio funciona de manera semejante a otros conceptos como Infraestructura como Servicio o Plataforma como Servicio, que ofrecen los proveedores de cómputo en la nube, en donde el usuario administra las aplicaciones y servicios que desarrolla y el proveedor de la plataforma administra todo lo demás. Con Satélite como Servicio, un usuario puede, por ejemplo, rentar los servicios de un satélite de observación de la Tierra solamente cuando pase por una localidad específica para tomar imágenes ahí, o emplear al satélite por un tiempo determinado, sí así lo desea. También, dependiendo del proveedor del servicio, un usuario de Satélite como Servicio podría utilizar solamente uno o varios subsistemas de la plataforma satelital para probar, por ejemplo, algoritmos de navegación, protocolos de comunicaciones o aplicaciones de software específicas para una misión. En realidad, el límite de las aplicaciones del modelo es la imaginación.
El modelo Satélite como Servicio, sin duda, está cambiando al sector espacial. Al usar sistemas satelitales que ya están en operación, las empresas, los gobiernos y otras organizaciones, pueden entrar al escenario espacial de una manera rápida y con menores riesgos. Esto tiene muchas ventajas y, sin duda, es un incentivo para acelerar las aplicaciones espaciales. Así que ya no hay pretextos. Sí usted tiene una idea de un proyecto o negocio que requiera de activos espaciales, Satélite como Servicio está aquí para permitirle un acceso ágil al espacio. No lo piense más, existen ya muchos proveedores de este modelo que ofrecen soluciones a la medida de sus posibilidades que le permitirán incursionar en esta Era Espacial.
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