Se aprobó ya el paquete de reformas a la Ley de Aviación Civil y a la Ley de Aeropuertos. Entre hoy y el viernes próximo podrían ser publicadas en el Diario Oficial de la Federación. Y se anuncia, desde la autoridad responsable, que la auditoría de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) para reconsiderar el retorno de la Autoridad de Aviación Civil mexicana a la categoría 1 empezará el 15 de mayo... y así, "a golpe de cartel", cumplimos dos años sin retornar al estándar internacional que requiere el desarrollo y la certidumbre para la inversión. Ninguna industria puede crecer ni fortalecerse si sigue habiendo sobre regulación, falta de dinamismo e innovación e inseguridad.
Y ese es el momento que atraviesa México. La industria logística y del transporte está sobre regulada, carece de la movilidad necesaria y se enfrenta a continuos riesgos y amenazas en su infraestructura a lo largo y ancho del territorio nacional. Y el transporte es el corazón de la industria mexicana en general. Del sector que sea. Pero el estado de derecho languidece y arriesgar el patrimonio e invertir se antoja arriesgado y con un nuevo actor en el mercado con el apoyo y preferencias del Estado –la nueva Mexicana de Aviación– no promete un "piso parejo".
¿Cuál es, entonces, la hoja de ruta?... Pues la de siempre..., no hay que descubrir el hilo negro... Visión de Estado y Políticas públicas. Pero Políticas públicas dinámicas y adaptables al cambio de circunstancias. La pandemia fue maestra en ese sentido. Nos enseñó que es posible hacer cambios en condiciones adversas y generar nuevas maneras y procedimientos para obtener los mismos o mejores resultados. Y aunque en tema del mercado de viajes de turismo y negocios la restricción de viajes fue muy nociva, en temas de procedimientos y de regulación, mostró que se puede contar con mayor dinamismo: "de la adversidad se hizo virtud...".
Así, una política pública para la industria de la aviación no puede quedarse en ser rehén de cancelar un proyecto de aeropuerto para promover otro en su lugar. Ni tampoco en contar con una aerolínea de Estado. O recuperar una certificación en seguridad operacional. No, eso no es una política pública. Una política pública es un requerimiento preciso, pensado y programático, que se agota en etapas y que busca alcanzar objetivos tangibles y generalizados.
Una política pública es visión de Estado y, al mismo tiempo, liderazgo adaptativo, es decir, se requieren evaluaciones "ex-ante" de potenciales programas en los tres órdenes de gobierno en México para valorar su viabilidad y pertinencia y, así, evitar que sigan creciendo los programas gubernamentales que no resuelven con eficacia y eficiencia los problemas públicos. (Cf. Corzo, Julio Franco. Diseño de Políticas Públicas: Una guía práctica para transformar ideas en proyectos viables, Spanish Edition. IEXE Editorial. Edición de Kindle.). Y la aviación en México, hoy por hoy, es un problema público. Y lo es porque en los últimos dos años han salido del mercado dos aerolíneas; porque no se ha logrado un eficiente aprovechamiento del espacio aéreo ni de la infraestructura aeroportuaria en el Valle de México, porque se paga una alta tarifa de uso aeroportuario en el AICM y aún así su viabilidad financiera está en entredicho.
Es hora de apostar por los Hubs nacionales en Tijuana, Guadalajara, Monterrey, Cancún, Mérida y el Bajío. Es hora de que la conectividad se promueva sin tener al AICM dentro de la ecuación en algunas rutas. Es hora de impulsar decididamente la aviación regional y de negocios y un modelo ad hoc de las peraciones de base fija (FBO) en México, y así un largo etcétera.
Para ser parte de la solución –pues, señalar problemas y quejarse, es muy cómodo–, se debe elaborar y publicar un documento programático de política pública, que ayude a generar interés y seguridad a los inversionistas y empresarios y dejar que sea la iniciativa privada la que genere riqueza y pedirle al Estado que genera condiciones de certidumbre y seguridad.
Así como se pudo reconocer de la inviabilidad del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) y buscar otra alternativa, esperemos que así se pueda reconocer cuando alguna decisión de Estado, en temas de aviación, no sea viable, pues como pasó con el INSABI “los números no mienten”, se pueda rectificar y destinar los recursos a lo que puede ser viable, factible y operable.
La aviación mexicana y su mercado han sido muy nobles a pesar de la pandemia, la pregunta sigue en el aire: ¿Por cuánto tiempo?
*Fuente: Corzo, Julio Franco. Diseño de Políticas Públicas: Una guía práctica para transformar ideas en proyectos viables (Spanish Edition) . IEXE Editorial. Edición de Kindle.
“Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de sus autores y pueden o no reflejar el criterio de A21”
Facebook comments