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14/05/2025

Geopolítica del Aire II

Rosario Avilés / Martes, 13 Mayo 2025 - 01:00

En meses pasados habíamos comentado cómo los equilibrios de las empresas fabricantes de aeronaves y el tráfico de personas y mercancías ha ido poco a poco rotando hacia nuevos horizontes. Hace años, Estados Unidos y el tráfico del Atlántico Norte era el líder indiscutible del transporte de pasajeros y de carga, pero poco a poco este liderazgo ha estado cediendo hacia zonas como el Pacífico Sur y como la península arábiga, sobre todo si tomamos en cuenta los miles de millones de dólares que los países árabes, como los Emiratos, Arabia Saudita y recientemente Turquía (que no es árabe pero sí pertenece al mundo islámico) han ido creciendo en influencia, en flotas y en inversiones para aeropuertos y ofertas de conectividad.

Hoy en día, la cosa es tan distinta que, en lo inaudito, el presidente de Estados Unidos habría aceptado que la familia real de Qatar le regale un Boeing 747-800 ante la imposibilidad de que la armadora de aviones estadounidense, la Boeing, pueda entregar en los tiempos que Trump requiere, el nuevo avión presidencial, un Air Force One recién fabricado por esa empresa y que cumpla con todos los estándares de seguridad, amplitud, fuerza de motor, etc., que requiere el presidente de los Estados Unidos. 

Aún no se sabe si Trump recibirá o no este “regalo”, pues en la Constitución de EU hay normativas muy severas para que los presidentes se abstengan de recibir regalos cuyo valor pueda inclinar su voluntad hacia ciertos países (o sea, recibir sobornos de parte de algún mandatario o Estado extranjero). El Secretario de la Defensa debería dar su opinión al respecto, aunque ya hemos visto suficiente acerca de la forma como el gobierno de EU reinterpreta las reglas. Lo que es un hecho es que Estados Unidos está dejando de ser el principal actor en el mundo de la aviación y de la industria aeroespacial. El derrotero que ha seguido la Boeing, la baja en las reservas de vuelos de diversos países hacia territorio estadounidense y los problemas de tránsito aéreo que experimentan varios centros de Control, son apenas la punta del iceberg de un deterioro que se va notando cada día más. 

En el caso del Control de Tránsito Aéreo (CTA) las cosas pintan bastante mal. Como se ha dicho y ahora hay reportes que se han hecho públicos, desde el verano del 2024 se han incrementado las alertas sobre los equipos y la falta de personal de CTA en diversos puntos del territorio de los Estados Unidos. Un caso serio es del aeropuerto de Newark, donde la semana pasada hubo cortes de energía y se suspendieron vuelos y luego se supo que hubo casi colisiones de aeronaves en la zona.  Lo mismo ha pasado en Filadelfia y otros aeropuertos de ese país. 

La pregunta es qué sucedería si la Administración Federal de Aviación de EU (FAA) le aplicara a su país la misma auditoría que suele aplicar en otros países. O qué sucedería si la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) hiciera una auditoría de seguridad sobre los anexos del Convenio de Chicago. Lo cierto es que esto no es ya el mejor momento para la aviación de EU, mientras otros países “menos desarrollados” toman la delantera. Estaremos observando atentamente. E-mail: raviles0829@gmail.com

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