Hace 8 meses que la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos degradó a México a Categoría 2, luego de encontrar 28 deficiencias estructurales en 8 elementos críticos en la gestión de supervisión que la autoridad aeronáutica mexicana, representada en la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), debe cumplir con los operadores aéreos. Tales deficiencias se inscriben en el marco de 3 anexos de la Organización de Aviación Civil (OACI), el 1, el 6 y el 8, y desde entonces, las aerolíneas mexicanas han estado imposibilitadas a crecer en este mercado bilateral, no han podido incrementar frecuencias, rutas, ni buscar nuevos acuerdos de código compartido con operadores de ese país, el mercado más importante para México a nivel mundial y tal vez uno de los más relevantes, mientras que las aerolíneas estadounidenses han estado lanzando un mayor número de frecuencias y destinos hacia diversas plazas en México.
Entre enero y marzo del 2021, un total de 4.47 millones de pasajeros viajaron entre México y Estados Unidos. Los pasajeros provenientes de Norteamérica representaron el 84% de todos los viajeros internacionales que tuvo México el año pasado.
Cuando se compara el mercado de ambos países, entre mayo de 2019 y mayo de 2021, 13 aerolíneas añadieron 82 nuevas conexiones entre distintas ciudades mexicanas y estadounidenses. De este total, Aeromar, Aeroméxico, Viva Aerobus y Volaris sólo lanzaron 30 nuevas rutas. Ya para septiembre del 2021, 4 meses después de la degradación, las aerolíneas estadounidenses controlaban el 64% del mercado regular de pasajeros entre ambos países. American Airlines, United Airlines y Delta Air Lines tienen el 48% de la participación del mercado; en contraparte, Volaris, Aeroméxico y Viva Aerobus, apenas poseen el 28%.
Por esta razón, recientemente el Gobierno Federal decretó modificaciones sustanciales al reglamento de la Ley de Aviación Civil para atender específicamente las recomendaciones de la FAA en términos de legislación que sustente la seguridad operacional con el objetivo específico de recuperar cuanto antes la categoría 1.
De ahí que tanto la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) como las aerolíneas tendrán que atender los nuevos lineamientos relacionados con la supervisión y entrenamiento de las tripulaciones de vuelo, lo cual sin duda les requerirá inversión y recursos, sobre todo a la AFAC, que deberá buscarlos hasta debajo de las piedras porque no los tiene asignados en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
En el 2010, cuando la FAA degradó a México a Categoría 2, nos tomó 162 días resolver las deficiencias y 500 millones de dólares para recuperar la categoría 1, sin embargo, la industria perdió el cuádruple de dicha cantidad en tan solo en 6 meses.
A decir de los cercanos a las autoridades, México ha atendido el 80% de las deficiencias. Aún no sabemos cuándo recuperaremos la categoría uno, ni cuanto nos va a costar no sólo en términos de recursos invertidos para mejorar la estructura, sino en costo de oportunidad. Lo que sí sabemos es que urge, hay quien jura que lo lograremos en este primer trimestre, antes de la inauguración del AIFA. Ojalá.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
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