Hace unos días la empresa Global Air lanzó un comunicado acerca del lamentable accidente ocurrido en La Habana en mayo pasado, cuando un avión rentado por esa empresa a Cubana de Aviación cayó poco después del despegue, causando la muerte a 112 personas.
En ese lamentable comunicado Global Air asegura que después de haberse analizado las cajas negras –grabadoras de voz y de datos- se desprende que los responsables del accidente fueron nada menos que los pilotos al mando por “haber despegado el avión con un ángulo de ascenso muy pronunciado… por lo cual la aeronave perdió sustentación y se desplomó”
Independientemente del galimatías que resulta de semejante comunicado (es como decir que alguien se murió a consecuencia de que sus órganos dejaron de funcionar), llama la atención la flagrante violación a los principios de la investigación de accidentes establecidos en el anexo 13 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)
Dicho anexo estipula que se debe esperar a que finalice la investigación para que se determinen la causa probable y los factores contribuyentes en un accidente y de esta forma hacer las recomendaciones pertinentes. Lo más fácil es culpar a quien no se puede defender.
Lo que la empresa aérea domiciliada en México quiso hacer, fue aprovechar algo de la información que está saliendo de la investigación que realizan las autoridades de aviación civil de Cuba -auxiliadas por todos los especialistas que trabajan en ello-, para lavarse una cara que está más sucia que el lodo, una vez que han salido a la luz todas las irregularidades encontradas por la Dirección de Aeronáutica Civil (DGAC) en México y que motivaron el cese de operaciones de Global.
Esta empresa también tiene el nombre de Aerolíneas Damojh y aunque se suponía que su propietario era el español Manuel Rodríguez, en realidad resultó que este personaje es sólo el director de la aerolínea, pero no es socio de la misma, aunque los aviones son suyos y los arrienda a través de EasySky, empresa establecida en Honduras.
Todo lo que la DGAC ha encontrado en Global Air muestra manejos muy oscuros y a esto se añade que las recomendaciones que se hicieron en las auditorías de seguridad de noviembre pasado, no se realizaron. Global Air o Damojh o Rodríguez o EasySky o quién sea que esté al final de la cadena de irregularidades, deberían responder con algo más de una sanción. Hablamos de 112 vidas sacrificadas y de una empresa que pretende escurrir el bulto para no hacerse responsable de sus malas prácticas.
El tortuoso camino que la empresa mencionada ha seguido para operar de mala manera sus tres aviones, muestra lo mucho que se requiere para que nuestros sistemas de verificación de aeronaves en empresas medianas o pequeñas funcionen. No es la primera vez que se menciona: nuestra aviación necesita mucho más recursos y una gran atención por parte de las instancias de gobierno para que empiece a operar como marcan los cánones internacionales.
La aviación es un sector estratégico y prioritario para el desarrollo de un país; es una herramienta de competitividad para detonar comercio, turismo y negocios. Es un elemento fundamental para mantener comunicadas a nuestras comunidades y para ejercer nuestra soberanía en materia de transporte.
Es indispensable que se le vea bajo esta óptica si queremos ser un país que crezca. La propia OACI ha impulsado la iniciativa “ningún país se quede atrás” precisamente para que todas las naciones, incluso las más pobres, operen bajo los mínimos de seguridad. Necesitamos que todas las empresas cumplan con ello.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles0829@gmail.com; twitter: @charoaviles
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