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23/11/2024

Jimmy Carter y la desregulación del aerotransporte norteamericano

Juan A. José / Martes, 9 Mayo 2023 - 18:54

Me entero que, desgraciadamente, el ex presidente norteamericano Jimmy Carter está muy delicado de salud, es más, terminalmente delicado, tanto así que se informa en los medios que, a estas alturas, solamente está recibiendo cuidados paliativos en lugar de intervenciones médicas destinadas a alargar su casi centenaria vida.

Carter es importante en la historia del aerotransporte debido a que, mediante el Acta de Desregulación de las Aerolíneas del año 1978, su administración comenzó a desmantelar el orden altamente regulado que prevalecía en la aviación comercial de los Estados Unidos, con un Civil Aeronautics Board (CAB) a la cabeza de todo ello y que, desde el año 1938, determinaba prácticamente todo lo que podían o no podían hacer, por lo menos comercialmente hablando, tanto las aerolíneas norteamericanas, como las extranjeras volando a esa nación, desgraciadamente sin adaptarse, ni tomar en cuenta las cambiantes realidades del mercado, incluyendo los mejores intereses de los consumidores que requerían más opciones, menores tarifas, más frecuencias y mejores servicios por parte de las proveedoras de servicios de aerotransporte.

El de Plains, Georgia, comprendió el problema y decidió que las fuerzas del mercado debían actuar sin barreras artificiales y desreguló, en beneficio del público, o dicho de otra manera, abrió la aviación comercial doméstica norteamericana, definiendo las bases de lo que sigue siendo la vía de acceso a los mercados interiores virtualmente a nivel global y a muchos internacionales, contribuyendo con ello a la consolidación del modelo de negocios de bajos costos y tarifas, que tiende a ser la norma entre las aerolíneas de todo el orbe.

Por lo anterior, resulta imposible concebir compañías aéreas como Southwest, Easyjet, Jetblue, Ryanair y hasta las mexicanas Volaris y VivaAerobus sin haber mediado ese espíritu liberalizador, que trajo consigo la decisión del expresidente norteamericano y su administración, mismo que muy pronto se expandió por el mundo entero, por cierto, en mi opinión con éxito, simple y sencillamente porque democratizó un medio de transporte que tenía mucho de elitista y, por ende, estaba fuera del alcance del general de la población, lo cual, en mi opinión, confirma que la visión de Carter era la correcta, como lo fue también hacer lo propio en otras geografías, caso de la mexicana, en la que hace unos 25 años las autoridades decidieron terminar con el virtual duopolio que ejercían en el mercado aéreo de nuestro país Aeroméxico y Mexicana, abriendo la puerta, para bien o para mal, según se quiera ver, a ofertas tan disruptivas como la de TAESA. Afirmo, para bien, por lo que logró al incentivar el empleo del aerotransporte, sustituyendo al carretero, y para mal, por haber sido parte de la puerta que se abrió para que algunas, insisto, algunas aerolíneas o sus directivos, abusen de la normatividad aeronáutica, de la autoridad, de sus colaboradores, de sus proveedores y de sus clientes, en aras de una mal interpretada “eficiencia operativa”, validando el popular dicho que nos recuerda que “lo barato, a veces puede salir caro”.

Pensando que el resultado es más bien positivo que negativo, sirva la presente para desear lo mejor al señor Carter, agradeciéndole por haber contribuido para que más personas accedan al avión, quitándole de encima pesadas e innecesarias cargas y agencias reguladoras.

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