Qué importante es formar buenos instructores, en realidad en nuestro país esto ha sido posible gracias a los buenos oficios de las líneas que se han puesto las pilas y se han dejado aconsejar por los expertos internacionales, que, dicho sea de paso, era algo voluntario, pero…a fuerza. El no hacerlo de esa manera era tanto como aislarte de la oportunidad de las alianzas estratégicas, llámese “one world”, “sky team” y otras. Es bueno reconocer que no siempre fue así, antes los instructores se formaban relativamente bien, dependía mucho de las habilidades y la manera que se aplicara cada quien. Sin embargo en el proceso se tenía una enorme y poderosa mano que desvirtuaba en sí y de hecho descalificaba el proceso, logrando un producto (el instructor) poco confiable y con una preparación que dejaba mucho que desear, por fortuna esto no era algo generalizado.
Si se requería un instructor se recurría, en primer lugar, al cuate, si este salía bueno pues ya estaban hechos, pero si no, había que “aguantar” a los “black & decker”, a los supercapis, de esos que nacieron sabiendo, ¡qué horror! pero así era. Por fortuna las cosas cambiaron, los socios comerciales gringos y europeos hicieron lo suyo exigiendo que también en mi empresa las cosas cambiaran. Así fue y hoy por hoy se tiene, dentro de todo, una plantilla de instructores buena, ya poco hay que acudir a los tlatoanis que autorizan a diestra y siniestra a los cuatachones el que se lleven su buena compensación por ser profes. Ahora bien, estoy hablando de las plantillas de instructores de las líneas aéreas, pero ¿qué tenemos fuera de la aviación comercial? Lo que tenemos son salarios de miseria para los instructores que no tienen la suerte de pertenecer a una empresa y por desgracia eso se permea a las empresas en gestación que lo que menos les preocupa es contar con instructores bien preparados. Lo que escribo lo hago con la intención de que las cosas mejoren en mi país, donde debería preocuparnos la formación de instructores que antepongan la seguridad a cualquier actividad aeronáutica.
Mi Colega y amigo, el capitán MacGregor bien lo señala, harán falta pilotos para el crecimiento pronosticado por las fábricas de aeroplanos en el mundo entero, pero, aparte de eso hace falta que los pilotos estén bien preparados y, para que esto se logre necesitamos contar con buenos instructores, formados de manera profesional, que se les invierta lo necesario para lograr esto pero que las remuneraciones de estos sean adecuadas para el nivel de esfuerzo que se realiza. Hace falta que todo mundo se aplique, desde la autoridad que necesita ponerse las pilas y a través de la exigencia y el cotejar con otras aviaciones en otros países en donde se están haciendo las cosas dentro de los cánones. No hay que hacer gran cosa para estar dentro de todo, ahí tenemos a OACI o a EASA quienes cuentan con la experiencia suficiente para aconsejar y, hasta llevar de la mano a los países que se dejan hacerlo y les interesa no solamente aprovecharse de lo que les beneficia, sino que están dispuestas a cambiar las cosas de manera radical en pro de la seguridad en la aviación, pero no de dientes para afuera sino con métodos, procesos y exigencias.
Pugnemos pues, desde todas las trincheras por lograr una aviación de calidad, pero sobre todo segura, eficiente y efectiva, como siempre, deberemos reconocer que no todo está mal en nuestra aviación, existen y esto lo digo sin reserva alguna que también tenemos en México buenos instructores, así como centros de instrucción excelentes que merecen la oportunidad de ser verdaderamente apoyados por la autoridad. Si queremos seguir midiéndonos hacia afuera deberemos sujetarnos a las auditorías externas e internas que aplique para, de esa forma saber cómo estamos y seamos capaces de corregir rumbos que nos hagan estar en consonancia con las aviaciones de todo el mundo.
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