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28/03/2024

La investigación de accidentes

Gonzalo Carrasco / Jueves, 7 Octubre 2021 - 22:40

La investigación de accidentes de cualquier tipo de transporte masivo debe ser utilizado como medio de investigación para cuando menos tres propósitos, servir para entender las causas reales que pudieron haber propiciado el indeseado evento, detectar, para evitar que se repitan, los factores que fueron causales del incidente/accidente, demostrar que los accidentes/incidentes no se dan por casualidad, siempre hay quien detona el ambiente adverso. El hecho de detectar el factor que motivó el evento pudiera llevarnos a referirnos, incluso, a los dos términos comúnmente aceptados, como seguridad (safety vs security).  Esto nos lleva a pensar que aquí no caben criterios ni políticos, ni sentimentales, ni militares, cualquiera de estos implican un cierto grado de subjetividad, gran enemiga de una buena investigación.

Los departamentos de investigación de accidentes suelen contar con una historia, es decir se crean, obedecen a intereses personales o de grupo y cumplir con los objetivos que, por definición,  debieran tener, se antoja muy difícil. La historia inicia cuando la sociedad reclama el esclarecimiento de cierto accidente/incidente y se propone formar una comisión para que se estudien las causas. Comúnmente son los políticos, ya sea que formen parte del gabinete, pertenezcan a un partido político, o formen parte de uno de esos organismos pseudo-independientes del gobierno quienes se encargan del difícil proceso de selección de los personajes que llevarán a cabo la investigación. Casi todos los países desarrollados cuentan con organismos de este tipo, nuestro vecino del norte cuenta con la NTSB, Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (National Transportation Safety Board), esta goza de un gran prestigio a nivel internacional y se encarga del esclarecimiento de las posibles causales, de todos los modos de transporte en aquel país.

Este organismo vivió la transición de obedecer a intereses particulares o de grupo, es decir de intereses políticos a intereses reales de la sociedad norteamericana durante casi cuarenta años. Hoy día es el organismo internacional invitado a iniciar los complejos procesos de investigación de gran parte de los accidentes que suceden alrededor del mundo, su forma de actuar es creíble en todo el mundo y sus recomendaciones son tomadas en cuenta. Contra lo que se pudiera creer, este tipo de organismos no buscan culpables, buscan la causa o las causas que pudieran haber provocado tal o cual accidente. Esto tiene una razón de ser, no pretende usurpar funciones propias de los departamentos de justicia ni del los sistemas judiciales o penales de los países, así que sus indagatorias, recomendaciones y conclusiones no serán utilizadas con fines de castigar a nadie.

Los intereses personales o de grupo que se observan, sobre todo en países en vías de desarrollo, en los departamentos de investigación de accidentes son notoriamente visibles, protegen a grupos poderosos o de gran influencia, distorsionan la verdad y no permiten que se “aprenda” de estos eventos para evitarlos en el futuro. Nuestro país no es la excepción, el departamento de investigación de accidentes/incidentes, no goza de la independencia que debiera tener, no cuenta con el apoyo requerido para llevar a cabo su labor y las recomendaciones que emite no son tomadas en cuenta como debiera hacerse. No es la intensión de este artículo hacer algún tipo de señalamiento, el propósito, es contribuir a lograr la independencia que debe tenerse en este tipo de organismos.

Me atrevo a proponer que se cree un verdaderamente independiente departamento de investigación de accidentes en el IMT (Instituto Mexicano del Transporte) en este, se realizan investigaciones en las cuatro modalidades de transporte, a saber, Aviación, Autotransporte, Marítimo y Ferroviario. Se trata de una institución desconcentrada de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes cuyos objetivos son compatibles con cualquier centro de investigación, pertenecen a una Subsecretaría distinta de la de Transporte para evitar que se piense que pudiera haber cualquier intento de sesgo o intereses en alguna investigación. Cuenta este instituto con una estructura que favorece la investigación, no tiene compromisos con ninguna organización que pudiere favorecer intereses particulares o de grupo. Bien pudiera invitarse a quienes hayan recibido la preparación adecuada para desempeñar la función de investigador de accidentes y coordinar desde el propio IMT los trabajos que lleven a esclarecer hechos que decanten en recomendaciones coherentes y atinadas y así contribuir a evitar incidentes y accidentes. Esta pudiera ser la manera de ir trabajando en una institución investigadora de accidentes verdaderamente independiente.

Lo que escribo lo digo con conocimiento de causa, ya que tuve la gran oportunidad de pertenecer al mencionado instituto por espacio de cuatro meses. Seguramente nos falta mucho por andar en la verdadera independencia, debemos reconocer que por ahora no la tenemos, esta es una propuesta que pretende abonar en la creación de la auténtica independencia de esta primordial organización.

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