El plazo se cumplió y la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), obtuvo su acta de nacimiento, todo lo que tiene que ver con firmas, autorizaciones, lineamientos, objetivos y misión está perfectamente documentado, solo falta que se asome a la luz y empiecen a cambiar las cosas en materia de aviación civil en nuestro país. Desde la Presidencia de la República, con el banderazo de salida, se firmaron todos los documentos que dan vida a tan esperada institución. Éste es un tema que despertó muchas voces, desde hace muchos años y por fin ya la tenemos, ahora es menester hacerla valer y eso depende de cada uno de los actores de esta noble industria que se transforma cada día y se prepara para los grandes cambios que se esperan.
La Agencia, es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que tendrá plena autonomía técnica y administrativa en todo lo concerniente a materia aeronáutica. Todo partió de una recomendación de la OACI que sugirió transformar a la DGAC en un organismo autónomo que trabajara como un regulador y supervisor de las actividades aeronáuticas. Se busca lograr una mayor eficacia en todo lo que tenga que ver con aviación civil en México, a través de la optimización de todo su aparato administrativo y operativo. La creación de esta agencia es una consecuencia de la Auditoría IASA (International Aviation Safety Assessment Program)-FAA en el año de 2012 en que se sugirió la creación de una entidad reguladora del sector aeronáutico civil con autoridad técnica y de supervisión con mayor autonomía administrativa de la SCT.
Entre los beneficios que revisten la creación de la AFAC tenemos, aparte del indicado al final del párrafo anterior, que se confirmará la tendencia a lo utilizado en otros países del mundo como organismo independiente de la autoridad gubernamental. Se busca, también, mejorar la capacidad para regular de una manera expedita y eficaz el crecimiento aeroportuario y de las líneas aéreas en el país, garantizando una mayor y mejor vigilancia y supervisión de la industria aeronáutica. Pensamos que con esta nueva entidad lograremos una mayor agilidad, para dar atención a los accidentes e incidentes de aviación civil en el territorio nacional o extranjero.
La necesidad de contar con un organismo regulador de las actividades aeronáuticas civiles era imperiosa. Hoy en día, la DGAC en nuestro país realiza todas las actividades que llevan a cabo las agencias extranjeras, llámese FAA en Estados Unidos, EASA en Europa y las similares en el mundo. Aunque el funcionamiento de la DGAC no es el ideal, por no ser autónoma e independiente, lo que se realiza hoy en día seguirá haciéndose pero de manera eficiente y eficaz, sin el peso que representa el pertenecer directamente en su operación de organismos gubernamentales. El crear una institución con características específicas que lo desvinculan del gobierno en su operación, en la toma de decisiones, tanto técnicas como administrativas, en las prioridades elegidas de atención y varias otras inherentes a su función era algo de lo que carecía el país y era exigido por la comunidad aeronáutica nacional e internacional.
Hoy existe la intención de lograr una mayor certeza y credibilidad en las acciones que emprenden las autoridades aeronáuticas, no fue fácil lograr el convencimiento de las altas esferas del gobierno para lograr tener esta agencia. Quienes pertenezcan a esta nueva entidad deberán estar familiarizados con la cuestiones aeronáuticas, cuando menos, pero el tener experiencia previa y probada del manejo de todos los temas de aviación civil, nacional e internacional es preferible. La experiencia en el ámbito de la aviación deberá ser bien recibida y los resultados de las tareas que se emprendan serán la mejor recompensa a su trabajo. Ya no se vale estar ahí como en un trabajo de “mientras” o porque quiero tener algún tipo de ventaja mediata o inmediata en lo que hago o que haré. Lo que requiere nuestro país, en este rubro, es gente resuelta, honesta y profesional de la aviación que se comprometa a engrandecer las actividades aéreas para tener una aviación más segura, más eficiente y actualizada.
La selección de los ocupantes de las sillas de la AFAC deberá ser minuciosa, gente talentosa y conocedora hay de sobra en nuestro país, no será difícil tener al mejor cuerpo de especialistas en cuestiones aéreas, el solo estar seguros de la independencia de las actividades de esta nueva corporación nos dará el aliciente que motive esto. La situación no es fácil, deberá hacerse mucho con poco, esto es importante pero no lo es todo y no será por estas razones que no obtengamos lo que queremos quienes estamos inmersos en los temas de aviación. La sociedad necesita urgentemente (y lo pide todos los días) una organización de expertos en aviación pero que, además, reúnan otros muchos atributos que hacen más selectiva y estrecha la lista de posibles candidatos a ocuparse de los menesteres de una actividad tan importante para el desarrollo del país como lo es esta noble actividad.
Bienvenida, AFAC, ya te esperábamos muchos, ya naciste, venga, pues, demuéstranos que no naciste de balde y que deberemos creer en ti.
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