Algunas cosas que son dignas de recordarse de 2017 en materia de aviación, y que dejaron huella en el mundo de los viajes aéreos, son cosas que tuvieron que ver con los viajantes que acuden al avión para resolver su necesidad de comunicación. Fluyeron las prohibiciones para viajar, restricciones en el uso de las computadoras, lo mismo para el teléfono celular. De hecho, compañías como Aeroméxico permitieron el uso de los teléfonos celulares… “pero en modo avión”, que es equivalente a no usarlo.
Sin embargo, la habilidad comercial de los estrategas de la línea azteca se manifestó y… hoy en Aeroméxico puedes usar tu celular. Otro de los “detalles” ha sido el del equipaje de mano. Te limitan el peso y el tamaño de la valija que llevas arriba del avión, de hecho, hasta un rack que delimita el tamaño se encuentra en cada posición de abordaje.
El que tu equipaje de mano se limite a esto es una obligación, pero en Aeroméxico esto es light, se hace efectivo cuando se presenta alguien “mala onda” y con cara de pocos amigos, el castigo… que te manden tu maleta a la panza del avión. Así hay cosas que significaron incomodidades para el viajante, tanto en México como en el mundo.
Otros hechos que cambiaron en el mundo de la aviación se han dado en el financiamiento de las actualizaciones de flota, que deben ser renovadas so pena de rezagarse en términos de edad de los aviones, un hecho contundente es que al viajero ya no le gusta transportarse en aviones viejos, aparte de lo incómodos que son, y de que representan grandes costos para las líneas causan mal aspecto y se sienten inseguros.
Bueno, el hacer esto implica grandes erogaciones de dinero, se requieren financiamientos enormes que solo las financieras muy solventes pueden ofrecer apoyo en este sentido. Aeroméxico ya anunció hace algunos años su ambicioso programa de incremento de flota, claro que con letras chiquitas viene especificado que este plan incluye una renovación de la misma.
Los ilusos de los pilotos nos fuimos con la finta (por supuesto me incluyo), pensamos << ¡ah! tenemos 90 aviones más cien que quieren traer estos cuates, pues tendremos 190, casi como Iberia, o Air France, o alguna por el estilo>> pues no, la cosa no es así, con la renovación y todo resulta que aumentaran los totales de manera más modesta. Algo parecido le está sucediendo a Volaris, firman un contrato por 80 aviones más pero en realidad, y esto lo necesitan, reestructurarán su flota, revisarán contratos de arrendamiento y muchas estrategias de reducción de costos, qué bueno que lo hagan así, de esa forma se da solvencia a la empresa.
Varios de los grupos financieros con mayor presencia y que cuenta con una solvencia sin dudarlo siquiera son de origen chino, es allá donde las posibilidades de conseguir dinero y a tasas razonables son una realidad. Y no solo eso, los chinos han entrado, nuevamente porque ya lo habían hecho pero ya se han renovado, al mundo de los fabricantes de aviones comerciales. Hay uno emblemático que se llama Comac C919, está a la altura de los ofrecidos por Boeing o Airbus. Créanme, es de gran calidad y con las necesidades de transporte que tienen los asiáticos y las importantes líneas como China Air o China Eastern o varias más que por allá operan seguramente será todo un éxito.
Así que los chinos una vez más están haciendo cosas que les está acercando a los grandes consorcios occidentales y esto es bueno, ya que se une a las grandes como las mencionadas y el competitivo Embraer que ha sabido llenar un nicho que los grandes europeos o americanos no han cubierto. Cabe aclarar que el consorcio carioca ha sabido complementar las necesidades de transporte de las grandes líneas comerciales sin ponerse con Sansón a las patadas, ha podido transitar junto con Boeing y Airbus sin estorbarse ni uno al otro o viceversa.
El mundo aéreo ha sido testigo de quiebras de empresas que aunque no se quiera creer suceden, una de ellas es la de Alitalia, la emblemática línea italiana que por más que se le hizo, no se pudo sacar adelante y no hay valiente que se quiera quedar con ella. Air Berlín es otra de las quebradas, Monarch, y algunas más. Es curioso que dos de ellas habían sido supuestamente “adoptadas” por una grandota, Etihad, las hijas adoptadas serían Air Berlín y Alitalia. Sin embargo, la poderosa línea árabe recapacitó y prefirió no meterle dinero a las excesivamente endeudadas y con problemas operacionales líneas alemana e italiana. Siempre, tanto en los negocios como en la vida misma, se hacen las cosas por conveniencia y los árabes no vieron una mayor ventaja al entrarle a “salvar” el cuello de las líneas europeas, mal por tantos puestos de trabajo perdidos.
En materia laboral tuvimos varias sorpresas, los altos directores de Ryanair, la exitosa línea irlandesa de bajo costo, tuvo que hacer algo poco usual en los consorcios tanto europeos como americanos, reconocieron por fin la existencia del grupo organizado de pilotos, resulta que pensaron en todo para la temporada alta menos en la reprogramación de las vacaciones y descansos de los pilotos y, cual va siendo el resultado de esto, pues que no tenían pilotos para poder cumplir con su operación. Los altos funcionarios de la empresa tuvieron que morderse una oreja y negociar con el grupo de pilotos la estrategia para impedir el colapso de la empresa, de entrada tuvieron que reconocer su existencia, cosa que no habían querido hacer. Ya arreglados empresa y sindicato, recién reconocido se compusieron las cosas, se dieron cuenta de que los dos se necesitan mutuamente para funcionar bien, viva la santa paz.
En nuestro país, se tiene en puerta el cambio de la dirigencia en Aspa, el sindicato que detenta el contrato con las líneas del Grupo Aeroméxico, más Aeromar, las relaciones son buenas, el derrotero en ambas opciones de dirigencia sindical no se ve muy diferente, ya con el evento que pegó fuertemente a la línea azteca y a un numeroso grupo de pasajeros cimbró en sus entrañas al grupo de trabajadores del aire, algunos de los cuales incluso perdieron el empleo. No se vislumbran cambios significativos en las relaciones laborales, ya mucha gente se dio cuenta de que no vale la pena arriesgar lo que se tiene. De los otros sindicatos ni me detengo a mencionarlos, son manejados a capricho de su directivos, y reto a que alguien me desmienta.
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