Todos conocemos a alguien que se ha equivocado y desde luego debemos siempre estar dispuestos a reconocer nuestras propias equivocaciones.
A veces hacemos las cosas mal pero hay diferencia cuando lo hacemos así sin desearlo realmente y cuando lo hacemos perfectamente conscientes de que estamos haciendo algo que no está bien.
En el primer caso existe cierta disculpa por tratarse de un hecho inconsciente.
El segundo caso no tiene salida alguna porque estamos llevando a cabo una acción indebida que puede perjudicar a alguien más y lo hacemos con pleno conocimiento.
Actualmente estamos viviendo una situación en la industria aérea en donde las equivocaciones se ven todos los días y en cada acción (o no acción) por parte de las más altas autoridades aeronáuticas de nuestro país.
A pesar de haber regresado a la categoría 1 en seguridad aérea, las cosas en AFAC siguen sin cambiar y todavía manda la corrupción, el amiguismo, la burocracia rampante y la complicación en todos y cada uno de los aspectos del trabajo de la autoridad aeronáutica.
No importa cual sea el trámite, puede ser una licencia, un examen médico, un permiso, la modificación de una ley, la investigación de un accidente; lo que sea. Todo lleva tiempo de más y la industria aérea Mexicana, que incluye escuelas de vuelo, aviación ejecutiva y de carga en todas sus áreas de operación técnica y administrativa, está siempre sujeta procesos sumamente complicados y obstáculos variados que se conocen por parte de la propia autoridad pero que ella misma se niega a corregir.
También debemos decir que tristemente muchas de las decisiones que hoy se toman tienen un fundamento político y no técnico.
Los problemas no se resuelven o tardan mucho tiempo en hacerlo y eso es porque de entrada no existe la idea en la mente, el verdadero deseo de cambio, el compromiso de cumplir y de ayudar.
No existe en la mente de muchas personas el compromiso real de mejorar y hay que decir que tampoco hay la preparación y experiencia necesarias para hacer el trabajo.
La industria aérea crece y se fortalece como nunca antes en su historia.
La tecnología avanza de manera impresionante y el día de hoy una computadora puede almacenar y manejar millones de datos por minuto, y mientras todo avanza vertiginosamente, la autoridad aeronáutica Mexicana sigue prescindiendo hasta de lo más elemental en equipo material y tristemente también en equipo humano.
La autoridad sabe que no hace las cosas bien y ahí está el antecedente y las consecuencias que perjudicaron a la industria aérea de nuestro país durante el tiempo en que fue degradada a categoría 2 por más de dos años.
Hoy la autoridad parece querer hacer cambios de todo tipo incluyendo los que ya son necesarios en la Ley de aviación civil, sin embargo, el trabajo se hace sin tomar en cuenta seriamente las opiniones de los verdaderos expertos.
La arrogancia pues, es otra de sus graves equivocaciones
Quizá podamos hablar de una cuestión cultural que tiene que ver con la poca importancia que algunos dan a su quehacer y por el bajo precio que hay que pagar por hacer las cosas que sabemos van a salir mal.
Quizá algunos disfrutan de complicar la vida de los demás con sus posiciones y complicada forma de hacer lo que les corresponde cuando tienen algo de “poder” del otro lado de la ventanilla o del escritorio.
Como sea, no se puede alcanzar la eficiencia si en principio muchos no se saben ni lo que significa el término.
Así pues, continúan la ineficiencia, el atraso y la mediocridad y no importa lo que se diga, lo que se demuestre o lo que se exija porque son ellos los que mandan y son ellos mismos los que deciden cómo actuar a pesar de que están conscientes de estar equivocados.
Faltan solo algunos meses para saber en manos de quién va a caer nuestra AFAC y solo hay que esperar y desear que lleguen de una vez por todas los profesionales expertos y preparados, con talento y comprometidos en serio para cambiar las cosas.
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