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27/04/2024

Un poco de autocrítica

Francisco M. M… / Jueves, 3 Agosto 2023 - 01:00

“Nunca perdáis contacto con el suelo, porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura”. Antonio Machado y Ruiz.

Según los últimos datos, en México existen más de 100 escuelas de aviación y aunque todas deben cumplir con los requisitos y permisos de certificación por parte de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), debemos ser serios y decir que sólo unas diez de ellas son academias de vuelo en toda forma y con buena fama.

Las escuelas de aviación deben tener programas de teoría y de práctica de vuelo certificados por la autoridad aeronáutica, y aquí debemos decir que, desafortunadamente, la propia autoridad ha descuidado el seguimiento técnico y legal a que deben sujetarse todas las instituciones educativas de la industria aérea.

La falta de recursos económicos, humanos y técnicos que hoy mismo sufre AFAC sigue siendo el talón de Aquiles de nuestra industria, y también culpable de permanecer en categoría 2, y si a todo lo anterior le sumanos corrupción y trabas burocráticas de todo tipo no se ve cómo nuestra aviación puede terminar de desarrollarse.

Decíamos que las escuelas de vuelo tienen programas aprobados por AFAC, pero hay materias que no se imparten y que en los tiempos que vivimos deberían ser de la mayor importancia.

Inculcar desde el primer día de la carrera, ya sea a pilotos o técnicos, la importancia de la seguridad, porque de ella dependen vidas humanas, debería ser un tema general en cualquier escuela.

No basta con hablar de seguridad en un salón de clases, se requiere un entrenamiento y concientización constante de los alumnos, también se deben impartir temas como el significado de la ética profesional, la responsabilidad, la disciplina y el respeto a la propia profesión.

En los últimos tiempos, hemos sido testigos de no pocos incidentes y accidentes que han sufrido aeronaves escuela, y en algunos de estos accidentes tristemente se han perdido vidas.

Si en su mayoría las aeronaves cumplen con los requisitos de mantenimiento establecidos por la autoridad, ¿cuál puede ser otra causa de esos accidentes?

Podemos decir que algo está fallando desde los salones de clase, y eso nos lleva a que, posteriormente al iniciar prácticas de vuelo, los instructores y los alumnos no están tomando las decisiones adecuadas durante sus vuelos, y de ahí viene lo que tanto tememos decir (pero hay que decirlo), algunos de los accidentes debidos a error de piloto.

La falta de una educación de calidad en algunas escuelas de aviación está trayendo, como consecuencia lógica, que muchos pilotos ya graduados llegan al momento de buscar un trabajo y no puedan pasar los filtros, requisitos y exámenes de admisión que establecen las diferentes empresas de aviación, ya sea comercial o corporativa. 

Sin generalizar de ninguna manera, muchos de los pilotos que hoy logran pasar esos filtros no llegar a hacer un trabajo como se espera de ellos cuando son puestos tras los controles de un avión.

Un poco de autocrítica no nos cae mal, y hay que poner en la mesa el hecho de que algunos pilotos han dado la nota (no buena, por cierto) a la hora de llevar a cabo su trabajo.

Después de 45 años de ejercicio profesional, 14 de ellos como instructor, tengo que aceptar que uno de los grandes defectos que tenemos los pilotos comerciales es nuestro propio ego, y ese ego puede llevar a cualquiera a la arrogancia profesional y de ahí la complacencia.

La complacencia o el “no pasa nada” es eso que he llamado en mis cursos y conferencias el “animal maldito”, que ha causado pérdida de vidas a través de la historia de la aviación en todo el mundo.

Esa arrogancia profesional y ese ego personal que debería tener en su lugar a un gran orgullo por ejercer la profesión, ha llevado a algunos a cometer errores que han costado grandes sustos y tristemente no pocas vidas. 

Estas actitudes no deben permitirse cuando el piloto es puesto al mando y al cuidado de vidas humanas.

Los datos están ahí y podemos decir que las actitudes irresponsables, los errores de criterio y la falta de sentido común ya han causado algunos incidentes y accidentes en nuestro país.

Nadie es perfecto (aunque algunos se lo crean) y los pilotos profesionales tienen hoy la obligación ética y moral de respetar la profesión y apegarse, de manera estricta, a los procedimientos y actitudes que garanticen la seguridad de aquellos seres humanos y del costoso equipo puestos bajo su cuidado.

Disciplina, orden, respeto a la profesión, responsabilidad y un alto sentido de ética deben ser aptitudes a inculcarse desde el primer día de clases a los alumnos en las escuelas de vuelo, y después durante sus entrenamientos en las grandes aerolíneas. 

La aviación de hoy no son sólo fórmulas aerodinámicas y hojas de carga y balance, computadoras o navegación automática. 

Hoy, más que nunca, se requieren pilotos aviadores profesionales en toda la extensión del término.

En la aviación moderna, no basta tener habilidades de vuelo y conocimientos de sistemas.

Hoy, como nunca, se requieren profesionales conscientes del importante y delicado trabajo que hacen cada día y de la enorme responsabilidad que enfrentan cada vez que abordan su avión y entran a su cabina de mando. 

El gremio de pilotos del país, sin importar color de uniforme, presentamos todo tipo de quejas en contra de autoridades y administradores, pero un poco de autocrítica, humildad profesional y aceptación de nuestras actitudes y errores nos puede hacer crecer no sólo como profesionales de la industria, sino también como seres humanos.

“Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de sus autores y pueden o no reflejar el criterio de A21”

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