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27/04/2024

¿Fuego amigo?

Francisco M. M… / Miércoles, 7 Junio 2023 - 22:37

Nuestra industria aérea mexicana ha debido atravesar, desde siempre, por graves y constantes crisis.

Aunque ha habido no pocos caídos en el camino, hoy nuestras aerolíneas comerciales, nuestras empresas  corporativas,  de helicópteros y aviones fumigadores e incluso los globos aerostáticos luchan todos los días para lograr su supervivencia, su desarrollo y su éxito.

En los días complicados que hoy vive esta industria, que aporta miles de millones de dólares cada año al Producto Interno Bruto y millones de empleos directos e indirectos, cada propietario, cada administrador, cada ejecutivo, cada trabajador y todos los  profesionales de la industria deben enfrentar lo que podemos llamar “fuego amigo”.

Este fuego amigo no era conocido como tal aunque, de manera incomprensible, la industria lo ha sufrido en una medida o en otra desde hace muchos años, pero nunca tan definitivo como en los últimos 5.

Tenemos que vivir día tras día un mundo de obstáculos constante y continuo, convertido ya en un verdadero calvario burocrático, que hoy se ha convertido increíblemente en el enemigo   a vencer.

Esa montaña burocrática e ineficiente en que se ha convertido la autoridad aeronáutica resulta ser un indeseable enemigo de nuestra industria aérea.

Las consecuencias de su falta de visión y de compromiso es la razón por la que México ha sido degradado a categoría 2 en seguridad por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA), de acuerdo a la revisión periódica establecida para los 193 países miembros de la OACI, donde México forma parte desde 1947.

Durante ya muchos años, y con sus diferentes nombres, la hoy Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) se ha ido convirtiendo en un verdadero lastre para el desarrollo de nuestra aviación, cuando obviamente debería ser todo lo contrario.

AFAC nació para ser una  autoridad facilitadora de todos los procesos, ejemplo de eficacia, eficiencia y honestidad, pero tristemente no ha sido así.

Hemos comentado hasta el cansancio que AFAC sigue sufriendo la falta de recursos financieros para funcionar debidamente, falta de personal experto bien entrenado, bien pagado, con experiencia y actitud de servicio, y también la falta de acceso a la nueva tecnología que pudiera hacer todos los procesos  más rápidos y eficientes.

Efectuar cualquier trámite en el departamento de licencias a personal técnico, se ha convertido en una verdadera pesadilla.

El Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC) y sus complicados y confusos procesos para obtención de cédulas y títulos profesionales y, ahora el departamento de Medicina de Aviación, a cargo de AFAC, han impuesto una velocidad desespetadamente lenta, a punto del desplome a todo tipo de trámites dañando el normal funcionamiento de una de las industrias más dinámicas del planeta. 

Además de instituciones reconocidas, como ASPA y el Colegio de Pilotos Aviadores de México, tambien trabajadores de la industria, aerolíneas y escuelas de aviación se ven en la necesidad de luchar todos los días contra este animal maldito, llamado ineficiencia, producto de esa burocracia que empieza a rayar casi  en la inmovilidad.

A pesar de los esfuerzos de algunos profesionales comprometidos en el interior de AFAC, todas las reglas, normas y leyes establecidas, siguen siendo un mundo confuso, difícil de comprender, cuyos cambios impone más y más requisitos, que solo sirven para provocar el caos que ya está a la vista, y que tiene todos los elementos para complicarse aún más en el futuro.

Los auditores de FAA acaban de dejar nuestro país, después de haber llevado a cabo la auditoría correspondiente para regresar a AFAC a categoría 1, que se perdió hace mas de dos años.

FAA tiene otros 35 días más para aprobar y recertificar (o no) a la AFAC, de acuerdo a las reglas de observancia internacional en seguridad. 

Al principio eran 32 eventos, después fueron 38 y posteriormente se fueron encontrando más, que deberían ser solucionados para lograr el regreso a la categoría 1.

Viendo cómo están las cosas, y cómo se maneja AFAC en nuestros días, se ve difícil una buena calificación por parte de FAA para México, aunque todavía hay que esperar y siempre deseando lo mejor en beneficio de nuestra industria aérea. 

Lo que comentamos aquí es una realidad, de la que existen pruebas contundentes todos los días, y es una realidad que FAA conoce muy bien.

Hasta hoy no hay señales, y resulta todo un misterio cuál será el criterio de los siete auditores para calificar su auditoría en México, a  pesar de los informes muy optimistas por parte de la propia autoridad aeronáutica mexicana. 

Habrá que esperar un mes más, deseando por el bien de nuestra aviación que se logre el regreso a la categoría 1 en julio próximo, pero hay que recordar que los auditores de FAA, respaldados por OACI, son sumamente estrictos en todo lo que tiene que ver con seguridad aérea y se apegan a las normas internacionales, exigidas a todos los países firmantes.

Hoy sólo queda esperar el resultado de la auditoría.

En AFAC se deben entiender los tiempos y el enorme compromiso que tiene, y debe  empezar a cumplir con la misión, a la que por ley está obligada, para convertirse de una buena vez  en un facilitador y regulador eficiente, eficaz y honesto, y la catapulta del progreso de la industria aérea mexicana.

“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

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