Encontré una página en internet llamada “Santa Lucía, el aeropuerto por despegar”, en la que se comentan algunas cosas que me han parecido de interés para compartirlas con ustedes.
De entrada, en este sitio se informa que para construir el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, de Santa Lucía, se usaron poco más de 6 mil millones de pesos de materiales del fallido (hasta hoy) aeropuerto de Texcoco, el cual el día de la cancelación ya tenía más de un 35% de progreso en su construcción y que, por cierto, estaba planeado para ser un hub internacional de primer nivel y, ese sí, un aeropuerto de calidad mundial.
Vale la pena recordar que, aun cancelado, el proyecto de Texcoco, elaborado por Norman Foster, ganó un premio internacional de arquitectura por ser uno de los más ambiciosos y modernos del planeta.
La página de internet en cuestión apunta que el costo de los 6 mil millones no se contempla dentro del presupuesto total de Santa Lucía, por lo que si se hubieran adquirido los materiales en el mercado deberían ser sumados al precio total de la obra.
En el año 2020 se reutilizaron 102,555 toneladas de acero estructural, poco más de 7 mil toneladas de acero de refuerzo y casi 4 millones de material pétreo, que es el que proviene de la roca y que se usa sin sufrir grandes transformaciones en forma de bloques, losetas y fragmentos de distinto tamaño.
Todo este material es el que representó los más de 6 mil millones de pesos, que fue un ahorro en la construcción del Felipe Ángeles de acuerdo a la cuenta pública 2020 de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Este monto de dinero fue calculado por el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), que fue la empresa propietaria y no por la Sedena, que ha sido la dependencia a cargo del proyecto y, en su lugar, las donaciones se registraron con valor a cero.
“Lo anterior implicó que la Sedena no reconociera ningún valor real, o estimado, de los bienes donados que pueda considerarse como ahorro en la determinación del costo total de la construcción del aeropuerto de Santa Lucía”, dice el documento.
Lo anterior quiere decir que el precio de este material no está incluido en el presupuesto inicial de la obra. De haber sido contabilizado, se sumaría al precio total reportado que, en un principio, fue de 75 mil millones de pesos.
Además del costo del material, también fue necesario planear el transporte desde Texcoco al nuevo aeropuerto Felipe Ángeles y se contrataron servicios de acarreo y transformación, que se suman al precio del proyecto.
El costo del transporte fue de 2,375 millones de pesos para mover el acero de refuerzo, estructural y eléctrico, pero no se sabe del costo de mover el material pétreo, ya que éste no fue reportado por la Sedena.
Se contrataron 8 empresas, a las cuales se pagaron 178 millones de pesos, siendo la Valbri Services la que se encontraba en el listado completo de contribuyentes por emitir comprobantes, sin contar con los activos, personal o capacidad para entregar productos y servicios, aunque la Sedena “comprobó” que cuando se contrató, la empresa aún no había sido señalada y se cumplió con el contrato.
Como comenté al principio, toda esta información se encuentra en la página de internet “Santa Lucía, el aeropuerto por despegar”, son datos oficiales y probados por la propia ASF.
Como todos sabemos, porque así fue hecho público, el presidente declaró como “reservada” la información y los documentos sobre todos los proyectos clave de su gobierno, y esto incluye lo referente al aeropuerto Felipe Ángeles.
¿Qué pasó ahí?
Seguramente lo sabremos en el futuro, solo es cosa de tiempo.
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