“La estupidez es el cultivo deliberado de la ignorancia“ - William Gaddis
Hace apenas dos días, una noticia empezó a convulsionar las redes sociales y medios de comunicación sobre una decisión oficial emanada de alguna maroma mental del Diputado Federal Ricardo Aguilar Castillo, quien en conjunto y aval de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, hizo oficial el cierre al vuelo de aeronaves ligeras en el espacio aéreo comprendido al norte del Estado de México, parte de Hidalgo y sur de Querétaro.
En todo el mundo existen áreas restringidas y hasta prohibidas, pero no se puede encontrar en las cartas de navegación una sola que haya sido modificada para el vuelo de ningún tipo de aeronaves debido a que éstas, según asegura el diputado y los campesinos del área, “afectan el ciclo de lluvias”, lo cual es una aberración que fue incomprensiblemente avalada por las autoridades de aeronáutica en México.
Durante 45 años pude ejercer mi profesión como piloto comercial volando por todo el planeta, incluidas algunas zonas en guerra y ahora resulta que vine a ser testigo en mi propio país de la mayor estupidez aeronáutica imaginable.
Un centímetro arriba de la construcción más alta se inicia el espacio aéreo y ese espacio aéreo no es solo de los campesinos o materia política de algún ignorante, sino de TODOS los mexicanos.
De la interpretación de los artículos 25, 27, 42 y 48 de la Constitución, así como el 7 y 8 de la Ley General de bienes Nacionales se concluye que “el espacio aéreo entre otros elementos que constituyen el territorio nacional son también bienes del dominio público de la Federación considerados de uso común, lo que significa que pueden utilizarlos todos los habitantes de la República sin más restricciones que las previstas por las leyes y los reglamentos administrativos...”
Luego entonces resulta que con esta decisión alguien o algunos están violando nuestra Constitución impunemente y con pleno conocimiento.
No hay una explicación lógica científica o estudio alguno que pueda avalar el hecho de que el vuelo de alguna aeronave, sea del tamaño que sea, sea la causa de que se vea alterado el ciclo de lluvias.
Con el mayor respeto debo decir que los señores campesinos y agricultores tienen su propia manera de pensar y desde luego no tienen la información sobre los temas aeronáuticos que se requieren para opinar así como los expertos en aeronáutica se verían ridiculos opinando o buscando restricciones sobre los ciclos de las cosechas.
Lo que es de extrañar es que un Diputado Federal que se supone conoce nuestra Constitución y que supuestamente es una persona con estudios y educación se preste para llevar a cabo todo este circo en una lógica que seguramente él mismo no comprende.
El área que se está restringiendo es uno de los pasos obligados de aviones de todo tipo, grandes y pequeños, comerciales, ejecutivos, militares, helicópteros y aeronaves de academias de vuelo que operan justamente hasta y arriba de los 17 mil pies que se mencionan como restricción.
¿Sabrá el diputado Ricardo Aguilar Castillo el daño operativo y económico que se está haciendo a una importante parte de la industria aérea con este tipo de restricciones que no tienen ninguna razón científica o probada de ser?
¿Tendrá, por otra parte, algún conocimiento sobre los corredores aéreos VFR (Visuales), IFR (instrumentos), obstáculos orográficos, aerovías involucradas y necesidades de control de tráfico aéreo?
¿Tendrá información de cómo se afectan los procedimientos de entradas y salidas de aviones de los aeropuertos de Toluca, Querétaro y Pachuca?
¿Tendrá información de que Toluca es quizá el aeropuerto más operado por aviones ligeros de las aviacioón ejecutiva y que Querétaro es un aeropuerto intercontinental que mueve carga mundial, base de varias escuelas de vuelo y aviación corporativa?
Lo dicho, la estupidez y la ignorancia avaladas por la política son una muy mala combinación pero esta vez, en el tiempo de la mayor crisis sanitaria y económica de los últimos 200 años, en nuestro México se están tomando decisiones que caen en el más alto nivel posible de la total ridiculez.
Los campesinos piden que los aviones ligeros no vuelen “su” espacio aéreo porque se afectan los ciclos de lluvia, un Diputado Federal lo promueve en un acto evidentemente populista y las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes lo avalan y emiten la restricción oficial.
Tal parece que seguir destruyendo lo que sea y bajo el pretexto que sea es una consigna.
La pregunta obligada sería: ¿Quién, quiénes o qué está realmente atrás de todo esto?
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