“Es sólo cuando las cosas salen mal que las máquinas te recuerdan lo poderosas que son” - Clive James
Hace unos meses, una aeronave B737 MAX 8 -de los equipos más modernos y sofisticados que actualmente están surcando los cielos- de la aerolínea indonesia Lion Air, sufrió un accidente en el que todos sus ocupantes fallecieron, a pocos minutos de haber despegado con toda normalidad.
Durante el ascenso inicial a baja altitud, y mientras el piloto volaba la aeronave manualmente, ésta “cabeceó” bruscamente hacia abajo debido a una falla en los sensores del ángulo de ataque (AOA) lo que provocó la activación automática y repetitiva del sistema de compensación del timón de profundidad hasta el límite máximo de nariz abajo.
En pocas palabras: el avión “sintió” que se desplomaba, sin que realmente estuviera sucediendo eso, lo que activó el sistema automático de compensación. Los pilotos no pudieron contrarrestar las acciones de la aeronave, lo que derivó en que cayera en el mar de Java, tras su despegue desde el aeropuerto de Yakarta.
En los momentos previos al accidente, los pilotos tuvieron avisos de alarma de desplome en la columna del lado afectado, anuncios de velocidad mínima en sus pantallas barra y avisos de discrepancias en velocidad, altitud y ángulo de ataque, lo que, seguramente, aumentó la confusión en la cabina de mando al registrarse indicaciones contrarias para cada piloto.
El accidente pudo evitarse si los pilotos hubieran utilizado el compensador eléctrico del estabilizador para normalizar el vuelo del B737 MAX 8. Sin embargo, Boeing y la Administración Federal de Aviación publicaron esta información y el procedimiento respectivo mediante circulares incluidas en los manuales de vuelo y un boletín de emergencia hasta después de completar parte de la investigación oficial de la caída del vuelo JT610 de Lion Air.
De esta manera, la alta tecnología nos sigue recordando que también falla y que cuando esto sucede, el piloto debe estar preparado para resolver cualquier problema durante el vuelo. Esto sólo se puede hacer si se tiene un total conocimiento de los sistemas frente a uno, así como un entrenamiento adecuado para las nuevas tecnologías.
La industria aérea está recibiendo innovaciones tecnológicas a diario, especialmente en lo que se refiere a la seguridad de las operaciones. Es increíble el grado de automatización que se ha alcanzado en aeronaves de todo tipo, lo que nos obliga a mejorar los entrenamientos de pilotos.
El objetivo es lograr la aceptación, comprensión y conocimiento de estos nuevos sistemas, así como mantenerse en alerta permanente. Estos factores, junto con las nuevas tecnologías son una excelente fórmula para reducir los accidentes aéreos.
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