Nuestra aviación pasó otro año de altas y bajas y empezando este 2019 podríamos decir que enfrenta una época de incertidumbre, porque nadie puede predecir con exactitud cómo viene el futuro de la industria de cara a las decisiones que han sido tomadas hasta hoy por el nuevo Gobierno de López Obrador en materia aeronáutica.
Solo el tiempo habrá de decirnos si fueron decisiones acertadas o no aunque, desde ahora y para empezar, las finanzas del país se han visto afectadas de varias maneras y se prevé una mayor afectación y graves problemas en el futuro cercano.
Es importante decir que, desafortunadamente, las personas hoy encargadas de las secretarías de Comunicaciones y Transportes y de Turismo no tienen la forma –o no le quieren decir al Presidente– lo que verdaderos expertos y especialistas nacionales y extranjeros, reconocidos y calificados de todo tipo en materia aérea, han dicho de muchas maneras y en cuanto medio ha sido posible sobre la cancelación del proyecto Texcoco y la iniciación de un proyecto "parche" en Santa Lucía, que bien puede poner en entredicho el progreso de nuestras industrias aérea y turística en un momento en que nos son más necesarias para garantizar el desarrollo del país.
La cancelación del Nuevo Aeropuerto ha levantado las cejas de todo tipo de inversionistas que ya han empezado a llevar su dinero a países con mejor calificación financiera, y se están perdiendo millones de dólares con la cancelación de lo que hubiera sido el segundo aeropuerto más grande del mundo al finalizar sus distintas etapas.
De esta manera se abre la posibilidad para otros países de convertirse en "hubs", con todas las enormes ventajas sociales y económicas que esto representa y dejando a México en situación definitiva de falta de competitividad.
Seguramente perderemos muchos dólares por la huida de turistas que van a preferir vuelos desde otros aeropuertos mejor conectados, y seguramente también veremos el aumento de precios en las tarifas de avión porque las diferentes aerolíneas están desde ahora pensando en el altísimo costo que va a representar la implementación de una complicada logística para el movimientos de pasajeros y personal.
Un punto aparte es el que se refiere a la posición que habrán de tomar organismos internacionales para certificar un proyecto en Santa Lucía, uno que ellos mismos han explicado que por variadas razones no es viable, por lo que autorizar a sus aerolíneas a volar a nuestro país puede ser mucho más complicado de lo que podríamos pensar.
De hecho, la FAA (Administración Federal de Aviación de los EU) y la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) tendrán la última palabra para permitir, en un caso, y recomendar, en el otro, operaciones aéreas en el binomio aeroportuario Santa Lucía-Benito Juárez, que lo único que hoy garantiza es el aumento de conflictos de todo tipo, principalmente en lo que se refiere a garantizar la seguridad de millones de pasajeros que por ahí viajan cada año.
Personalmente creo que detrás de la decisión de cancelar Texcoco hay algo más grande que el ego de una persona: son muchos millones de pesos los que se se están perdiendo –sin contar las deudas y la destrucción de lo construido–, que bien servirían para edificar y arreglar escuelas, hospitales y mucho más... y esa persona lo sabe.
Atrás de la cancelación de Texcoco y de la posible puesta en marcha de Santa Lucía existe algo muy extraño que, algún día y de alguna manera, va a salir a la luz. Resulta totalmente fuera de lógica que un país con tantas y urgentes necesidades tire miles de millones a la basura y condene a los ciudadanos a pagar por las malas decisiones de sus gobernantes, y además que ponga en entredicho la buena marcha de sus finanzas como ya ha quedado claro desde el día del anuncio de la cancelación en octubre del 2018.
Se puede prever que los problemas mayores sobre este asunto van a empezar a surgir muy pronto y que van a complicar el desarrollo del gobierno de AMLO porque no todos los tenedores de bonos e inversionistas del proyecto Texcoco están de acuerdo en las propuestas de él y de su equipo para resolver este importantísimo tema… al tiempo.
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