"El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete un error mayor". Confucio
No cabe duda de que el cansancio de las tripulaciones aéreas de aerolíneas en todo el mundo es una realidad que ha causado incidentes y accidentes graves a partir del error humano. Esto último puede ser atribuido a la fatiga, por esto vale la pena recordar que un tripulante, piloto o sobrecargo cansado puede reaccionar igual que una persona que se encuentra alcoholizada.
Infortunadamente, aunque las direcciones de las empresas lo toman en cuenta y hacen algunos esfuerzos, no le dan toda la importancia que merece y firman contratos con sus tripulaciones para trabajar durante largas jornadas, las cuales aglomeran turnos nocturnos y/o cruzan varios husos horarios. No toman en cuenta que la fatiga es una amenaza real para la seguridad.
Lo anterior no es algo que afecta solamente a los pilotos, los sobrecargos, los técnicos de mantenimiento, los trabajadores de operaciones y el personal de tierra, también los controladores de tráfico aéreo están sujetos a largas y agotadoras jornadas de trabajo. Esto últimos no tienen la posibilidad de ausentarse de su lugar de trabajo, por lo cual no pueden acumular muchos días de incapacidad médica acumulados por cuestiones de fatiga. Estas condiciones pueden conllevar a fatiga crónica, que causa indeseables consecuencias tanto en costo económico para las aerolíneas como en amenazas a la seguridad de las operaciones.
Lo que personalmente me ha llamado mucho la atención es que en los últimos años se ha visto un importante aumento de trabajo y al mismo tiempo una reducción en los esquemas de descanso de tripulaciones en nombre de la bendita productividad. Y no sólo eso, lo más infortunado es que son los mismos tripulantes y en algunos casos sus propios sindicatos los que aceptan y a veces hasta proponen cambiar descanso por mejores condiciones económicas.
De esta manera, las tripulaciones aceptan vuelos nocturnos de ida y vuelta a la base con largas jornadas de trabajo que no son apoyadas con refuerzos. En otros casos se "venden" días de descanso, de vacaciones o domingos, y además se aceptan más horas de vuelo a cambio de dinero. Sin embargo, las quejas por las excesivas cargas de trabajo por parte de los mismos tripulantes inexplicablemente continúan.
Lo anterior de entrada prostituye el concepto básico de lo importante que es "descansar lo necesario para rendir más y de mejor manera”, y al mismo tiempo se va cayendo en la complacencia que ha sido otra de los causantes de accidentes aéreos en todo el Planeta.
Como están las cosas, quizá en un futuro no muy lejano se instauren las 100 horas de vuelo obligatorias (que ya son una realidad en algunas aerolíneas), pues ya se encuentra en el horizonte: hoy en día los legisladores en México estudian la propuesta, lo cual ha causado mucho revuelo entre los tripulantes, pues a cambio de unos pesos se espera que sean aceptadas -sin el menor obstáculo- y generalizadas en todas las aerolíneas mexicanas. Eso de ninguna manera compensa las amenazas a la seguridad o los problemas médicos por exceso de trabajo y reducción en el descanso.
Con base en mis experiencias, me parece que es sólo cuestión de tiempo para que nuevamente el error humano a bordo de un avión o en tierra cause un nuevo incidente o accidente y se llegue a la conclusión de que alguien ha cometido ese error debido a algún estado de cansancio o complacencia; esos mismos conceptos que increíblemente son sujetos de un inconsciente trueque por parte de tripulantes y empresas.
- Inicie sesión para enviar comentarios
Facebook comments