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17/05/2025

Más sobre las 100 horas que propone DGAC

Francisco M. M… / Jueves, 4 Agosto 2016 - 08:28

Tengo que decir que no me sorprende el contenido del documento que DGAC ha hecho llegar a la Cámara Nacional de Aerotransportes (CANAERO), en el cual propone aumentar la jornada de trabajo mensual a 100 horas para pilotos de aerolíneas comerciales en México: la verdad es que ya estamos acostumbrados a las reacciones inoportunas e inexplicables de algunas autoridades en nuestro pobre México.

Es una realidad que esta jornada ya se utiliza en muchas empresas aéreas del mundo, pero hay que puntualizar que ha sido negociada, junto con esquemas de recesos mínimos, facilidades de descanso y hoteles de pernocta muy superiores a los utilizados en nuestro país, pero más allá de lo que podemos decir sobre esto, tenemos que recordar que la fatiga es acumulable, y en cambio el descanso no lo es.

Lo que realmente calienta el ambiente y sorprende es que el director de DGAC no se haya tomado la molestia, ni tenido la sensibilidad política de llamar primero a todos los involucrados para presentar su proyecto y lograr consensos antes de lanzar al aire una propuesta que al día siguiente, y como solo un ejemplo, ya puso en práctica mediante documento oficial interno a sus pilotos la aerolínea regional TAR.

Estoy seguro que al señor Miguel Peláez Lira, director de DGAC, no le es ajeno todo lo relacionado a la fatiga laboral, tomando en cuenta su profesión como controlador de tráfico aéreo, aunque hay que decir a su favor que seguramente solo ha recibido y cumplido ordenes superiores, así de fácil.

Para los pilotos de ASPA el asunto no debería ni siquiera ser tema de discusión por la sencilla razón de que las limitaciones de jornadas máximas mensuales están perfectamente establecidas el contrato colectivo de trabajo, y la administración de la empresa no podría hacer ningún cambio al respecto de manera unilateral.

Por otra parte, la Ley Federal del Trabajo en sus artículos 224 y 225 establece las jornadas laborales para tripulantes, el reglamento de Aviación Civil en su artículo 82 limita las jornadas de trabajo diario, mensual y anual de los pilotos comerciales, y no hay que olvidar tampoco las recomendaciones de OACI sobre el tema, aunque también hay que decir que los intereses incomprensibles de este país podrían ir por el cambio a las leyes y reglamentos… uno nunca sabe..

Tomando en cuenta lo anterior, tampoco extraña que la DGAC haya lanzado esta propuesta sin tomar en cuenta (¿o no las conoce?) las limitaciones legales establecidas en esas leyes, reglamentos, contratos y recomendaciones de organismos internacionales, porque todos sabemos la forma de actuar de nuestras autoridades cuando no son independientes, y convierten los puestos de alta dirección en oficinas de ejecución política o de protección de los intereses de siempre.

¿A quién beneficia esta propuesta?

Desde luego a los administradores de las aerolíneas cuyos pilotos son representados por sindicatos charros que "regalan" a nombre de sus afiliados facilidades laborales de todo tipo, a cambio de las prebendas que los que hemos estado por décadas trabajando en el medio conocemos de sobra.

¿A quién perjudica esta propuesta?

A los pilotos que no tienen protección contractual alguna, que vuelan al máximo y descansan al mínimo y quienes se les imponen las nuevas reglas, viéndose en la disyuntiva de aceptar sin chistar, o de lo contrario ser fulminantemente despedidos de su trabajo... ya ha sucedido.

En países de primer mundo, como Estados Unidos y otros muchos de Europa, se están llevando a cabo oficialmente estudios serios que incluyen a autoridades, médicos, psicólogos, sociólogos, aerolíneas y tripulantes y otros, para implantar nuevas reglas que ayuden a regular tiempos de jornadas y descansos con base a los niveles de fatiga, conscientes de que es un concepto vital que afecta directamente las operaciones aéreas. Lastimosamente, en México la ganancia económica de las aerolíneas está por encima de cualquier otra consideración, y esto nos pone, como siempre, al final de la fila de los que se preocupan y actúan por un buen futuro tomando decisiones adecuadas en el presente.

De acuerdo a estudios médicos, el cansancio de los pilotos alcanza diferentes niveles, y con el tiempo puede convertirse en fatiga crónica, y esta fatiga puede traer como consecuencia un mal conocido como psicosis de vuelo, entre otras, y ésta es una enfermedad incapacitante para ejercer la profesión.

Un piloto cansado puede reaccionar como si tuviera en la sangre el equivalente a casi dos veces el nivel mínimo legal de alcohol, y cuando se trata de transportar seres humanos, el asunto alcanza niveles en los que todos los actores de la industria aérea deberían abrir bien los ojos, empezando por las autoridades aeronáuticas que están obligadas a tener como prioridad, y sobre cualquier otra consideración o interés, el velar por la seguridad de los miles de pasajeros que se transportan por aire.

De entrada, serán los pilotos que trabajan en aerolíneas de bajo costo y sin protección laboral los que van a estar sujetos a las nuevas reglas propuestas por DGAC sobre este aumento a las jornadas laborales; habrá que ver hasta dónde llegan ellos y los administradores de las empresas aéreas.

A la autoridad yo le diría que en mi experiencia de 44 años como piloto comercial, no me cabe duda (porque aprendí viviéndolo) que la fatiga no es sólo producto de un exceso de trabajo, sino también producto de la preocupación, de la frustración y del resentimiento, y agregaría algo más, un piloto cansado que se encuentra afectado física, mental, psicológica y emocionalmente al mando de un avión repleto de pasajeros es una bomba de tiempo.

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