El reciente cambio de administración trae consigo modificaciones que buscan imprimir un estilo propio en el gobierno de la primera presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo. Es un hecho que para hacer historia deberá buscar que esos cambios consoliden un gobierno eficiente y efectivo que le permita hacer frente a los grandes retos nacionales heredados por administraciones previas.
En colaboraciones previas he analizado la importancia que reviste la atención adecuada de las actividades espaciales -de carácter transversal- desde el Plan Nacional de Desarrollo 2024-2023 y el Presupuesto de Egreso de la Federación (PEF), por tratarse de un sector estratégico para el desarrollo nacional. Asimismo, me he permitido aportar los insumos necesarios para el diseño de varios de los documentos necesarios para tal efecto.
En ese contexto y dadas las recientes modificaciones a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal tendientes, entre otras cuestiones (como veremos más adelante), a la reubicación de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT) a la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), considero pertinente analizar las perspectivas de estos cambios y como impactarán a la AEM.
El 1 de noviembre de 2024, el comunicado 0279 “Cámara de Diputados recibe iniciativa presidencial que reforma la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal”, informó que la Cámara de Diputados recibió, de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, la iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para crear la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, la Secretaría de las Mujeres, la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), y modifica la denominación de Secretaría de la Función Pública por Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno.
La iniciativa, publicada en la Gaceta Parlamentaria, señala que mediante la creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, el Estado busca garantizar la articulación y coordinación de estrategias con diversas secretarías en materia de investigación humanística y científica del país, y además “Establece que la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones debe ser considerada como un elemento esencial del Estado mexicano para poner al servicio de la ciudadanía diferentes herramientas tecnológicas, para que de una manera inmediata ejerzan y exijan sus derechos. El objetivo es poner la tecnología al servicio del pueblo de México.”
La ATDT con rango de secretaría de Estado, estará especializada en centralizar las funciones técnicas y regulatorias de política de inclusión digital, gobierno electrónico, desarrollo e implementación de software público, políticas y regulación de telecomunicaciones y radiodifusión, conectividad, TIC y ciberseguridad; con el objetivo de generar una política nacional en materia de soberanía tecnológica que provea soluciones tecnológicas -en esos rubros- para toda la administración pública federal. La AEM dentro de la ATDT, con la agenda espacial como un tema más de los muchos que tendrá a su cargo, teniendo como prioridad reducir los más de siete mil trámites federales, simplificar el número de requisitos gubernamentales y asumir las funciones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el Servicio Postal, Telecom, MEXSAT, Promtel, Infotec, CONAMER y la Estrategia Digital Nacional (EDN), que desde su creación dependía de la presidencia de la República; en principio, suena como una tarea monumental.
La iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal establece que la ATDT asumirá la cobertura universal y social de los servicios de telecomunicaciones, la conectividad de los sitios públicos, la formulación de las políticas de telecomunicaciones y radiodifusión que elaboraban la SICT y Promtel, además de la administración de la capacidad satelital reservada para el Estado; es bien conocido el interés prioritario del gobierno de México por las telecomunicaciones vía satélite, desde la transmisión de los juegos olímpicos de 1968 mediante el Intelsat IIIF-2, la adquisición de los sistemas satelitales Morelos, Solidaridady SatMex, hasta los actuales MEXSAT, Por lo que, de entrada, la decisión de colocar a la AEM bajo la coordinación de la ATDT representa una serie de ventajas y desventajas que deben ser consideradas a profundidad, a fin de fomentar, impulsar y promover el desarrollo de otros segmentos estratégicos de la industria espacial en México.
Entre las ventajas preliminares que veo se encuentran la potencial sinergia tecnológica, en la que ambas agencias trabajan con tecnologías avanzadas y complementarias; la coordinación interinstitucional puede impulsar el Sistema Nacional de Innovación Espacial, así como un Programa Espacial Mexicano robusto al combinar las capacidades de la tecnología espacial con las de la información y comunicación, generando soluciones más eficientes y completas. Al unir esfuerzos, se pueden optimizar los recursos financieros y humanos, evitando duplicidades y maximizando el impacto de las inversiones y la eficiencia de los recursos asignados a la ATDT. Un aspecto que he reiterado es la necesidad de que el sector espacial nacional enfoque esfuerzos en el desarrollo de capacidades de aplicaciones prácticas, por lo que la combinación de tecnologías espaciales y digitales puede dar lugar a aplicaciones en diversos sectores, como la agricultura y pesca de precisión, la gestión de recursos naturales, la seguridad nacional y la conectividad en zonas remotas (observación de la Tierra, sistemas de navegación, etc.). La participación de sector privado y el consecuente fortalecimiento de la industria y ecosistema espacial puede ser otra ventaja derivada del enfoque en la transformación digital de la ATDT, lo que puede atraer inversión y talento hacia el sector espacial, contribuyendo a su crecimiento y desarrollo. Adicionalmente, la AEM puede beneficiarse de las estrategias y líneas de acción transversales marcadas para la ATDT en el PND 2024-2030 en materia de transformación digital, acelerando su propia evolución y adaptándose a las nuevas tendencias tecnológicas.
En contraparte, las desventajas evidentes son que la AEM podría perder su enfoque específico en la exploración espacial y la investigación científica, al verse absorbida por las prioridades más amplias de la ATDT. Cuestiones previsibles en la practica cotidiana como dificultades de coordinación al tratarse múltiples asuntos bajo una misma agencia, reza un dicho popular “el que mucho abarca poco aprieta”, en este caso específico integrar varias entidades con culturas organizativas y prioridades distintas -sin duda- será un desafío, generando tensiones y retrasos en la toma de decisiones, competencia por los recursos humanos y financieros, lo que afectará negativamente a sus actividades y proyectos. Además de un inminente riesgo de burocratización en el que la AEM se verá sujeta a procesos burocráticos más complejos y lentos, lo reducirá aun más su agilidad y capacidad de respuesta; además de que la AEM dependerá en demasía de la ATDT, perdiendo autonomía y capacidad para definir su propia agenda estratégica. Desde su creación la AEM ha padecido de una amplia carencia de recursos financieros y esta nueva estructura amenaza con restarle prioridad a su misión y objetivos.
Al realizar un análisis exhaustivo del dictamen de reforma de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal aprobado por la Cámara de Diputados que crea la ATDT, que entre otras atribuciones tendrá a su cargo la coordinación de la AEM y su impacto en esta, la evaluación nos exige considerar los siguientes aspectos:
- Objetivos estratégicos: ¿Cuál será la visión a largo plazo de la administración Sheinbaum para el sector espacial mexicano en el PND 2024 - 20230? ¿Cómo se alinea esta visión con los objetivos de la ATDT? ¿Se tiene previsto un Programa Espacial Mexicano en esta visión?
- Modelo de gobernanza: ¿Cuál será el mecanismo de coordinación entre la ATDT y la AEM en lo particular considerando la existencia de otras entidades en la cartera de asuntos? ¿Cómo se garantizará la representación de los intereses del sector espacial?
- Indicadores de desempeño: ¿Cómo se medirá el éxito de esta integración? ¿Qué indicadores se utilizarán para evaluar el progreso?
- Presupuesto: ¿Cuál será el presupuesto asignado a la ATDT y como será distribuido entre todas las carteras que tiene asignadas? ¿Qué nivel de importancia presupuestal tiene el Programa Espacial Mexicano?
A luz de esta importante decisión, la creación de la ATDT representa un hito significativo en la estrategia de México para fortalecer su presencia en la era digital. Al asumir la coordinación de la AEM, esta nueva entidad adquiere una dimensión estratégica que trasciende las telecomunicaciones y la transformación digital, por lo que es fundamental realizar un seguimiento constante de los resultados de esta decisión y ajustar la estrategia si es necesario, con el objetivo de garantizar el desarrollo sostenible del sector espacial mexicano cuyo propósito debe ser posicionar a México entre las principales potencias espaciales en el mediano y largo plazo. En reiteradas ocasiones he sostenido que México cuenta con el talento y potencial para alcanzar un lugar relevante en la comunidad espacial global y confío en que la nueva administración tenga ese objetivo como parte del PND 2024-2030.
Más allá del análisis de las ventajas y desventajas del impacto e implicaciones, existen también beneficios potenciales y desafíos a enfrentar. Entre los potenciales beneficios se encuentran la eventual sinergia entre sectores estratégicos que trae consigo la integración de las tecnologías espaciales y las de la información y comunicación, abriendo nuevas posibilidades en áreas como la observación de la Tierra, la navegación por satélite y las comunicaciones satelitales; el desarrollo de aplicaciones innovadoras para la seguridad nacional y la investigación científica; el fortalecimiento de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), permitiendo a la AEM la creación de un ecosistema espacial a través de alianzas estratégicas con universidades y centros de investigación para fomentar la formación de talento especializado; aumento de la competitividad, lo que permitirá a México participar en proyectos espaciales internacionales y consolidar su posición en el mercado global de servicios espaciales. La creación de un marco regulatorio claro, Ley Nacional de Desarrollo Espacial, y la promoción de la inversión nacional y extranjera en el sector espacial atraerán empresas internacionales y generarán empleos de alta calidad; inclusión digital y desarrollo espacial, la ATDT podrá impulsar la expansión de las redes de telecomunicaciones en zonas rurales y marginadas, contribuyendo a reducir la brecha digital. Las tecnologías espaciales pueden ser utilizadas para beneficio social y mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales, por ejemplo, a través de sistemas de alerta temprana ante desastres provocados por fenómenos naturales.
Los grandes desafíos se encuentran esencialmente en una efectiva coordinación interinstitucional que evite duplicidad de funciones y optimice el uso eficiente de los recursos, donde la ATDT requerirá de una asignación presupuestaria adecuada para cumplir con sus objetivos, especialmente en lo que respecta a la inversión en investigación y desarrollo (en este rubro he reiterado la necesidad mínima del 1% del PIB etiquetado en el PEF). La reforma constitucional en materia espacial es otro de los grandes desafíos que requiere descongelarse en la Cámara de Senadores, una vez aprobada, el siguiente paso es la ley secundaria, Ley Nacional de Desarrollo Espacial, que regulará la actividad actividades espaciales en México, impulsará el desarrollo espacial nacional y su competitividad, la formación de capital humano especializado y dará certeza jurídica a inversionistas nacionales y extranjeros para la creación de un ecosistema espacial que permita atraer y retener talento altamente calificado en el sector espacial, lo que implica ofrecer condiciones laborales competitivas. El marco regulatorio en materia espacial debe actualizarse y adaptarse a los nuevos desafíos y oportunidades que plantea la creación de la ATDT.
La decisión de sectorizar a la AEM en la ATDT en la administración Sheinbaum, aparentemente es una apuesta por la sinergia y la eficiencia que conlleva los riesgos previamente señalados, que deben ser cuidadosamente evaluados. El éxito de esta estrategia dependerá de la capacidad de la ATDT para articular de manera efectiva las diferentes carteras que tiene asignadas, de la claridad en la definición de roles y responsabilidades, así como de una adecuada estrategia de transversalidad en el caso del Programa Espacial Mexicano, además de la óptima asignación de recursos para este último, dada su importancia estratégica para el desarrollo nacional. La creación de la ATDT y su coordinación de la AEM representan un desafío para el gobierno mexicano en su búsqueda por consolidar su presencia en la era digital y espacial. No obstante, los beneficios potenciales de esta iniciativa son significativos y pueden contribuir al desarrollo económico, social y tecnológico del país. A nivel global, la exploración espacial definida por la nueva carrera espacial (NCE) hacia la Luna y Marte y el NewSpace (irrupción masiva de las empresas), se encuentra en un momento de definiciones cruciales, por lo que el gobierno mexicano no debe soslayar la importancia de invertir en un Programa Espacial Mexicano de largo plazo.
En ese sentido, la formulación del PND 2024-2030 debe analizar en detalle la asignación de recursos para la ATDT y su impacto presupuestario específico en otros sectores como el espacial con una visión de largo plazo que coloque a nuestro país en una posición relevante en la comunidad espacial global; identificar los principales proyectos y determinar cuáles son prioritarios tanto para la ATDT como para la AEM en su alineación con las políticas nacionales de ciencia, tecnología e innovación. De la misma manera es necesario evaluar el impacto, estableciendo indicadores de desempeño para monitorear y evaluar los avances de la ATDT en el cumplimiento de sus objetivos y metas en todos sus frentes, particularmente en el Programa Espacial Mexicano.
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