El presupuesto de las agencias espaciales -sin duda alguna- es el motor que impulsa la exploración y el desarrollo del espacio. La inversión pública y privada permite llevar a cabo misiones ambiciosas, desarrollar nuevas tecnologías y expandir la exploración del espacio más allá de las orbitas terrestres, la Luna, Marte, el Sol, Júpiter, Saturno (como la misión de la NASA Dragonfly a Titán, luna de Saturno), e inclusive más allá de los límites de la vía Láctea.
Pero, ¿Por qué es tan importante el presupuesto?. La inversión significativa dirigida al crecimiento y consolidación de las agencias espaciales y por ende al desarrollo espacial de los Estados les brinda una multitud de beneficios a las potencias espaciales y potencias emergentes que toman en serio la exploración espacial. A nivel geopolítico el espacio exterior ofrece la oportunidad de tener acceso a los recursos espaciales ya que alberga una gran cantidad de recursos naturales, como minerales y agua, que serán explotados en el futuro inmediato, otorgando una ventaja estratégica competitiva a las naciones pioneras en la minería espacial, por ejemplo. En cuanto a la inversión en infraestructura espacial, los satélites permiten vigilancia y seguridad a través del monitoreo del territorio, la detección de amenazas, así como preservar la seguridad nacional, coadyuvar a la paz y seguridad internacionales y, garantizar la seguridad espacial. De igual manera permite el posicionamiento estratégico, mediante el control de órbitas estratégicas, como la geoestacionaria, que proporciona amplias ventajas militares y de comunicaciones.
A nivel estratégico los beneficios abarcan áreas como las capacidades militares, donde los conocimientos y tecnologías derivadas de la exploración espacial tienen aplicaciones directas en el ámbito militar, como el desarrollo de sistemas, armas e inteligencia; el desarrollo tecnológico, la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) espacial impulsa el desarrollo de tecnologías de punta en diversos campos, como robótica, materiales avanzados, inteligencia artificial, aprendizaje profundo, computación cuántica, Big Data y otras tecnologías emergentes. El desarrollo de capacidades espaciales propias como la de operar en el espacio y las industrias relacionadas otorga la posibilidad de acceder al dominio espacial (militar y comercial) y confiere una mayor autonomía estratégica, reduciendo la dependencia de otras naciones.
Respecto a los beneficios económicos, ya lo hemos reiterado en múltiples ocasiones en esta columna, la industria espacial genera una gran cantidad de empleos altamente cualificados en diversos sectores, desde la ingeniería hasta la manufactura que otorgan el acceso a la actividad espacial comercial en la economía espacial orbital (observación de la Tierra, navegación, geoposicionamiento, comunicación satelital, entre otros segmentos civiles y militares), suborbital, lunar y cislunar, en principio. Las tecnologías desarrolladas para la exploración espacial tienen aplicaciones en numerosos ámbitos, como la medicina, la agricultura y las comunicaciones, por lo que la inversión en el espacio genera múltiples beneficios económicos a largo plazo. La exploración espacial fomenta la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías, que a su vez impulsan otros sectores de la economía en la Tierra y en el espacio, que abren nuevas oportunidades de negocio en áreas como el turismo espacial, entre otras; apoyados en la ambigüedad del derecho espacial actual.
En la parte política, ser un líder en exploración espacial otorga un amplio prestigio internacional, posicionando al país en cuestión como una potencia tecnológica y una nación innovadora; la exploración espacial convierte a los países que incursionan en serio en ella, en un símbolo de poder (soft power), con capacidad de influir en las relaciones internacionales, proyectando una imagen positiva en el escenario global. Los grandes proyectos espaciales fomentan la cooperación internacional entre las naciones, creando alianzas estratégicas y fortaleciendo lazos diplomáticos.
La inversión en el desarrollo espacial ofrece una amplia gama de beneficios que van más allá del simple interés por la exploración científica, se trata de una apuesta por el futuro, que permite a las naciones con capacidades espaciales consolidar su posición en el escenario global, impulsar el desarrollo tecnológico y económico, y garantizar su seguridad.
Un presupuesto adecuado financia la I+D+i en áreas como la astrofísica, la heliofísica y la ciencia de los materiales, lo que permite desarrollar nuevas tecnologías, como motores más eficientes, materiales más resistentes y sistemas de comunicación más avanzados. Las misiones espaciales, desde los satélites de observación de la Tierra (EO) hasta sondas interplanetarias, requieren de grandes inversiones, pero proporcionan datos valiosos sobre nuestro planeta, el sistema solar y el universo en general. Un presupuesto sólido permite a las agencias espaciales participar en proyectos internacionales, fortalecer lazos científicos así como formar capital humano, fomentar la educación STEM y la divulgación científica.
A pesar de la importancia estratégica de invertir en la exploración espacial, las agencias espaciales frecuentemente enfrentan desafíos presupuestarios. Los gobiernos deben equilibrar las necesidades de la exploración espacial con otras prioridades, como la salud, la educación y la defensa. Los elevados costos de las misiones espaciales pueden compensarse mediante inversión privada y algunas actividades como la I+D+i pueden descentralizarse a los sectores productivos y académicos con adecuados programas de fomento. Para garantizar el futuro de la exploración espacial, es necesario invertir en I+D+i espacial a largo plazo. Esto implica una planificación estratégica y una colaboración estrecha entre los gobiernos, las agencias espaciales, el sector privado, académico y la sociedad civil organizada en el ámbito espacial. Por ello, el presupuesto de las agencias espaciales es una valiosa inversión a futuro. Al final, financiar la I+D+i de nuevas tecnologías y misiones espaciales, abre nuevas fronteras para convertir a la humanidad en una especie inter o multi planetaria.
Estados Unidos.
En ese escenario, los presupuestos definitivos de la NASA y la Fuerza Espacial (USSF) que se prevén para 2025, se determinan mediante un complejo proceso en el que participan el poder ejecutivo, el Congreso y diversos grupos de interés. Las cifras mencionadas a continuación se basan en las propuestas o solicitudes iniciales, están sujetas a cambios y pueden variar.
La solicitud de presupuesto del presidente para la NASA / NASA’s FY 2025 Budget Request, asciende a $25,383.7 millones de dólares, una inversión en el futuro de esa nación que promueve el liderazgo de los Estados Unidos (EE.UU.) en la exploración espacial a la Luna a través del NASA Artemis Program, con la coalición de socios de exploración más amplia de la historia; impulsa la ciencia y la investigación en la órbita baja terrestre (LEO), en la Estación Espacial Internacional (EEI), al tiempo que se asocia con la industria estadounidense para desarrollar mercados comerciales que amplíen la presencia estadounidense en la LEO tras el retiro de la EEI en 2030; invierte en la base tecnológica espacial civil desarrollando, demostrando y transfiriendo tecnologías revolucionarias que amplíen la economía espacial comercial y transformen las misiones de la NASA. La administración Biden propuso el presupuesto 2025 para la NASA que aumenta significativamente el financiamiento de diversas iniciativas de exploración e investigación espacial.
De acuerdo con el NASA’s FY 2025 Budget Request, el rubro Sistemas de exploración del espacio profundo: De la Luna a Marte Desarrollo de sistemas lunares / Deep Space Exploration Systems: Moon to Mars Lunar Systems Development, enfocado al cumplimiento de objetivos de Artemis de explorar la Luna para el descubrimiento científico, el avance tecnológico y los asentamientos humanos lunares, como paso previo a las misiones tripuladas a Marte, requiere de $7,618.2 millones de dólares, solo equiparable al rubro de ciencia y tecnología espacial.
El presupuesto propuesto prioriza el financiamiento de Artemis (incluidas las misiones lunares), la investigación sobre el cambio climático y la aeronáutica avanzada. Aunque la cantidad exacta está sujeta a la aprobación del Congreso, el presupuesto propuesto es significativamente superior al de años anteriores. El presupuesto de la USSF está incluido en el presupuesto más amplio del Departamento de las Fuerzas Aéreas y se destina principalmente al conocimiento del dominio espacial, las comunicaciones por satélite y los sistemas de alerta de misiles.
El presupuesto del USSF ha experimentado un aumento constante en los últimos años, lo que refleja la creciente importancia de las capacidades basadas en el espacio para la seguridad nacional, sin embargo, para 2025 registra recortes significativos. El Comité de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes de los EE.UU. aprobó el pasado 13 de junio un proyecto de ley de gasto de defensa de 833 mil millones de dólares para el año fiscal 2025, es decir 16,5 mil millones de dólares menos de lo que pidió Biden. El proyecto asigna 28.700 millones de dólares para la USSF, unos 900 millones menos de lo solicitado; el recorte afecta varios programas de investigación, desarrollo y adquisiciones de la USSF (satélites del Sistema de Posicionamiento Global -GPS, 185,9 millones de dólares menos para comprar satélites GPS IIIF) además de proyectos clasificados. La USSF es responsable de lograr la superioridad espacial para asegurar el cumplimiento de misiones fundamentales como las comunicaciones, la inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento, la alerta de misiles, el posicionamiento, la navegación y la vigilancia meteorológica; el poderío espacial sustenta todas las acciones militares. Estas funciones fundamentales determinarán el modo en que EE.UU. proyecta su poder a nivel global, así como su eventual desempeño en una posible guerra en el espacio. La Fuerza Aérea recibe el 20% del gasto de defensa y la USSF el 3,6%, una cantidad total que es superada por el 26% del rubro clasificado como “otras funciones del Departamento de Defensa (DoD).
ESA.
La Agencia Espacial Europea / European Space Agency (ESA) busca una mejor coordinación del gasto público general en el espacio en Europa, haciendo eco de las recomendaciones del informe El futuro de la competitividad europea / EU competitiveness: Looking ahead de la Comisión Europea (CE). En la conferencia World Space Business Week (WSBW) celebrada en París, el 16 de septiembre, Josef Aschbacher, director general de la ESA, destacó la enorme brecha existente en el gasto entre Europa y Estados Unidos en el espacio, que se complica aún más por el hecho de que el gasto en Europa se reparte entre una gama más amplia de agencias. Los gobiernos europeos gastaron en total $12.700 millones de dólares en el espacio en 2023, en comparación con los $71,438.70 millones de dólares de las agencias gubernamentales estadounidenses como la NASA y la Fuerza Espacial.
El informe, publicado el pasado 9 de septiembre, también conocido como el informe Draghi (dirigido por el ex primer ministro italiano Mario Draghi), ofrece cifras de gasto similares para Estados Unidos y Europa en el espacio, subraya que el presupuesto es un obstáculo para el crecimiento del sector espacial en Europa y destaca que el gasto público de China en el espacio está creciendo y superará el gasto europeo en 2030; solucionar esta cuestión, requiere de una mayor coordinación entre la ESA y la CE así como extender el acuerdo de financiación plurianual que en principio funcionará hasta 2027. La ESA representa el 60% del gasto público en espacio en Europa, y el resto lo aporta la CE, los gobiernos nacionales y organizaciones como la agencia de previsión meteorológica Eumetsat. El informe critica el complejo modelo de gobernanza y fragmentado del espacio europeo, destacando el papel de la ESA, la CE y las agencias nacionales por lo que recomendó otorgar a la CE un asiento en el consejo de gobierno de la ESA, lo que convertiría a la Unión Europea (UE) en un estado miembro más, así como la alineación de los marcos de gobernanza de la ESA con las normas de contratación, financieras y de seguridad de la UE.
En la 16ª Conferencia Espacial Europea / European Space Conference (ESC), abril 2024, la CE anunció el retraso de dos iniciativas espaciales, un incipiente proyecto de ley espacial y un contrato para una constelación de satélites de navegación, al menos hasta después de las elecciones parlamentarias del pasado mes de junio. La CE mantiene reservado el contenido del proyecto de ley, aunque se especula que con el debido financiamiento permitirá crear un “mercado único” para el espacio en la UE, armonizando las diferencias en las leyes espaciales nacionales y también abordando cuestiones como la sostenibilidad espacial y la ciberseguridad.
India.
El gobierno de la India aprobó para 2025 un presupuesto de 1.500 millones de dólares para el programa espacial de la Indian Space Research Organisation (ISRO), con un marcado apoyo a las iniciativas espaciales públicas y privadas, es decir, un aumento del 4% respecto del presupuesto del año anterior. De manera complementaria, como lo comenté en una colaboración anterior, India impulsa un fondo de capital de riesgo de aproximadamente 119,5 millones de dólares para fomentar su industria espacial comercial, a través del IN-SPACe organismo público para promover y autorizar a entidades no gubernamentales a utilizar las instalaciones y tecnologías de la ISRO en proyectos espaciales comerciales. Estas reformas abrieron el sector espacial de la India a una mayor inversión extranjera directa, lo que permitió el incremento de nuevas empresas espaciales de 1 en 2014 a más de 180 en 2023.
Los objetivos presupuestarios específicos para el espacio en 2025 incluyen avanzar en un 76% en las preparaciones del programa indio de vuelos espaciales tripulados, con al menos cuatro pruebas de vuelo exitosas de un vehículo de lanzamiento apto para vuelos tripulados y el entrenamiento de la tripulación; además de aumentar la capacidad de servicios de observación de la Tierra y de geoposicionamiento, con 210 proyectos de I+D durante el año, apoyando 16 programas para aumentar la infraestructura espacial y mejorar los servicios satelitales.
Adicionalmente, India planea gastar alrededor de 3.000 millones de dólares en contratos relacionados con el espacio durante los próximos años para reducir su dependencia de satélites extranjeros y reforzar sus capacidades contraespaciales (que varias naciones están desarrollando como un medio de disuasión). El Ejército Popular de Liberación (EPL), que posee y opera aproximadamente la mitad de los sistemas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento / intelligence, surveillance, and reconnaissance systems (ISR) del mundo, la mayoría de los cuales podrían respaldar el monitoreo, seguimiento y selección de objetivos de las fuerzas estadounidenses y aliadas en todo el mundo, especialmente en toda la región del Indopacífico, es uno de los principales beneficiarios. Estos satélites también permiten al EPL monitorear posibles puntos conflictivos regionales, incluida la península de Corea, Taiwán, el océano Índico y el mar de China Meridional, en la carrera espacial indo-china.
De acuerdo con el informe The Military Balance 2024 publicado en febrero pasado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), existe una desigualdad entre los recursos espaciales de China y los de la India, China opera 245 satélites militares, frente a los 26 de la India, China posee una nave espacial reutilizable y capacidades contraespaciales porque tiene interés en el dominio espacial en términos de control y denegar el acceso a sus adversarios.
Además, la India invierte en capacidades de lanzamiento, sistemas ISR, PNT (posicionamiento, navegación y temporización / Positioning, Navigation, and Timing-PNT, tecnologías, procesos y sistemas que determinan el «cómo», «dónde» y «cuándo» en diferentes tipos de operaciones, incluido el Global Navigation Satellite Systems-GNSS; que se utilizan en diversos sectores de infraestructuras críticas, esenciales para el funcionamiento de las naves espaciales en el espacio) y comunicaciones satelitales de alta velocidad, internet de las cosas basada en satélites y una infraestructura terrestre robusta. Adicionalmente, el gobierno indio aumentará el número de satélites en órbita, lo que requerirá la necesidad de proteger estos activos, así como un mejor conocimiento de la situación espacial / Space Situational Awareness (SSA).
China.
No existe información reciente disponible sobre el presupuesto espacial chino 2025 para la Administración Espacial Nacional de China (CNSA). En 2023, el presupuesto del ambicioso programa espacial de China fue de $14,150 millones de dólares, lo que supuso un aumento del 16.94% respecto al año anterior. China es el segundo país, después de EE.UU. que más gasta en proyectos e infraestructura espaciales, casi cuatro veces más que Rusia al año. El plan estratégico de China se basa en construir una economía espacial robusta y convertirse en líder mundial en el ámbito espacial.
La CNSA plantea sus prioridades comerciales y militares en ciencia, tecnología, aplicaciones y exploración espaciales para los próximos años, el impulso a la innovación, el apoyo al desarrollo económico y social y la participación en la cooperación internacional son sus objetivos principales. Las misiones lunares, interplanetarias (incluido Júpiter) y a asteroides cercanos a la Tierra, la construcción de una estación espacial, un proyecto nacional de internet por satélite y el desarrollo de vehículos de lanzamiento de carga pesada y sistemas de transporte espacial reutilizables, figuran entre los principales proyectos del periodo 2021-2025.
En cuanto a la exploración lunar, las prioridades son la misión Chang'e-6 de retorno de muestras y la compleja misión Chang'e-7 al polo sur. Le sigue Chang'e-8, que incluirá la utilización de recursos in situ (ISRU) y pruebas de tecnología de impresión en 3D; todas las misiones formarán parte de la primera fase del proyecto de Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS) con Rusia. La CNSA busca aprovechar el éxito de la primera expedición interplanetaria independiente del país con el orbitador de Marte Tianwen-1 y el rover Zhurong, el desarrollo de una misión de retorno de muestras a Marte y de una sonda a Júpiter para lanzamientos entre 2028 y 2030, respectivamente. Júpiter ofrece oportunidades para descubrimientos científicos y una de las propuestas incluye un aterrizaje en la luna galileana Calisto.
Rusia.
De acuerdo con Sputnik News y Russian space, el presupuesto anual para la corporación estatal Roscosmos a cargo del Programa Espacial Federal de Rusia hasta 2025 ascenderá a 1,406 billones de rublos, unos 20.500 millones de dólares.
Japón.
Como parte del presupuesto suplementario de Japón para el año fiscal 2025, se asignaron $2,000 millones de dólares para apoyar el desarrollo de la tecnología espacial a través de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón / Japan Aerospace Exploration Agency (JAXA). Este fondo se utilizará durante un periodo de 10 años para ayudar a expandir la industria espacial japonesa.
En noviembre de 2023, el gobierno japonés aprobó un proyecto de ley para establecer un fondo estratégico de 6.700 millones de dólares a 10 años para JAXA, destinado a apoyar el desarrollo, la demostración tecnológica y la comercialización de tecnologías avanzadas en el ámbito espacial, en febrero se definieron las tres áreas prioritarias del fondo: satélites, exploración espacial y transporte espacial. El objetivo es mantener la independencia en las capacidades espaciales, fortalecer la superioridad tecnológica y aumentar la autonomía de la cadena de suministro, lo que se logrará mediante la expansión del mercado relacionado con las actividades espaciales.
México.
Ante el próximo cambio de administración y luego de una drástica reducción presupuestal a la Agencia Espacial Mexicana (AEM), por parte de la administración saliente, se espera que la presidenta Claudia Sheinbaum sea sensible a la importancia estratégica de sector espacial para el desarrollo nacional y contemple la inclusión de un apartado específico para el impulso del sector espacial en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2024-2030, así como una asignación importante que permita el desarrollo y consolidación de la actividad espacial en México. En esta columna he reiterado en diversas ocasiones la necesidad de que la actividad espacial nacional cuente con una asignación presupuestal mínima del 1% del PIB en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), como lo recomiendan los organismos internacionales especializados.
Tomar en serio, desde la Administración Pública Federal, el impulso a la actividad espacial en el país es una necesidad urgente. La academia ha demostrado sus amplias capacidades desarrolladas casi sin apoyo gubernamental, por su parte la AEM ha operado sin recursos y ha mantenido a flote al sector espacial. Por ello, es importante que la Reforma constitucional en materia espacial se apruebe sin dilación, para que acto seguido se introduzca en el Congreso la iniciativa para una Ley Nacional de Desarrollo Espacial, que regule toda la actividad espacial, impulse la formación de capital humano especializado y detenga la fuga de cerebros, promueva la inversión pública y privada que dará certeza jurídica a los inversionistas, con el objetivo de que en los siguientes años México cuente con una infraestructura espacial y proyectos con visión de largo plazo, que permitan cumplir las atribuciones y funciones de la AEM consignadas en la Ley de creación de la AEM, las Líneas General de Política Espacial de México, el Plan Nacional de Actividades Espaciales, los planes de Órbita y mejor aún que se formulen, con la colaboración de la cuádruple hélice, el Programa Espacial Mexicano (civil y militar) y el Sistema Nacional de Innovación Espacial que permitirán el desarrollo espacial de México para que en el largo plazo este país se convierta en un actor relevante en la comunidad espacial global.
México y sus fuerzas armadas deben desarrollar capacidades espaciales nacionales, no deben seguir dependiendo de tecnología y constelaciones extranjeras para necesidades nacionales de lanzamiento, sistemas ISR, PNT, entre otras que permitirán salvaguardar la seguridad nacional y brindar los beneficios de la ciencia y la tecnología espacial a la sociedad mexicana.
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