El rediseño del espacio aéreo en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) ha dejado ver cuatro inconvenientes necesarios de revisar, uno es la aproximación final, ya que no cumple con los requisitos necesarios para que el avión pueda hacer el recorrido de manera automática, el segundo es que los controladores de tránsito aéreo no están usando una fraseología estándar en su comunicación con los pilotos, se está gastando más combustible debido a que los descensos se llevan a cabo antes y se ha generado un mayor ruido en la Ciudad de México, señaló Heriberto Salazar Eguiluz, presidente del Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM).
El especialista explicó que todos los procedimientos implementados en este momento son temporales, ya que difícilmente se podrán mantener una vez que entre en funcionamiento el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Sin embargo, dijo que todos estos problemas son parte normal de la experimentación del rediseño de un espacio aéreo, por tanto se requiere una revisión del mismo, indicó el titular del CPAM, en entrevista con A21.
En el caso de la aproximación, Salazar Eguiluz explicó que, en teoría, la aeronave debe hacer los virajes finales en modo automático, mientras que los pilotos se mantienen atentos para apoyar en este proceso y hacerlo de forma manual en caso de que sea necesario.
En el caso del Valle de México, el avión hace el viraje final y debe entrar a una altura de nueve mil 700 pies. Sin embargo, las aeronaves no están alcanzando esta altura, por lo que no hacen la transición automáticamente a la siguiente parte del proceso y los pilotos deben intervenir. “Si no lo hacemos, eventualmente tendrían que irse al aire, es decir abortar el aterrizaje”, enfatizó.
“Como pilotos, pedimos que rediseñen las altitudes para que se dé bien el viraje. Es sólo una revisión al diseño. Enviamos un reporte a la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) y ojalá recibamos una respuesta esta semana”, puntualizó Salazar Eguiluz.
Hasta ahora, los pilotos también han encontrado que hay tráfico aéreo en vectores en áreas en las que no debería de haber, además de que los controladores de tránsito aéreo están utilizando una fraseología que no es estándar, puntualizó el titular del CPAM.
“Asimismo, habría que analizar muy bien si realmente se está ahorrando en combustible (una de las promesas más importantes hechas por Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano), porque te hacen bajar mucho antes y eso hace que gastes más combustible lo que, a su vez, genera más emisiones (de contaminantes)”.
Finalmente, el nuevo espacio aéreo ha incrementado el ruido en diversos sitios de la Ciudad de México. Más de un millón de personas han sido afectadas por la reconfiguración, haciendo perceptibles ruidos que van de los 61 decibeles en más de 113 kilómetros cuadrados de la capital.
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