La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) publicó un estudio sobre el impacto de las turbinas eólicas en la seguridad aérea, donde detalla los riesgos asociados con la presencia de turbinas eólicas cerca de aeródromos y rutas aéreas, así como la eficacia de las medidas actuales de mitigación.
El análisis del organismo regional reveló que la ausencia de un marco reglamentario unificado dio como resultado en la aplicación dispar de soluciones por parte de las autoridades competentes de los Estados miembros. Esta disparidad generó una notable variabilidad en la forma en que se iluminan y marcan las turbinas eólicas en toda Europa.
Por ello, para abordar estos desafíos de manera más cohesiva a nivel europeo, el informe sugiere la introducción de un concepto de salvaguardia que definiría claramente los procesos, responsabilidades y criterios para las autoridades competentes y los operadores de aeródromos, buscando así establecer un estándar común y robusto en toda la Unión Europea (UE).
Además, recomienda mejorar el proceso de gestión de datos sobre obstáculos, así como fortalecer el marco normativo existente para abordar de manera más efectiva los riesgos asociados con los aerogeneradores en términos de protección del entorno del aeródromo, especialmente cuando se ubican en las proximidades del mismo.
El estudio también evaluó las medidas paliativas actuales, destacando que los mayores riesgos están relacionados con los vuelos de aviación general realizados a baja altitud y bajo las reglas de vuelo visual (VFR).
La mayoría de los aeródromos más pequeños utilizados por aeronaves de aviación general están sujetos a regulaciones de seguridad nacionales y, en muchos casos, están exentos de la normativa de seguridad de aeródromos de la Unión Europea.
Asimismo, se identificó que el proceso de gestión de datos sobre obstáculos presenta deficiencias significativas, lo que plantea un riesgo adicional en términos de seguridad. Además, se subrayó la importancia de considerar los riesgos acumulativos derivados de los aerogeneradores, que van más allá de la simple altura de las estructuras y pueden incluir efectos como turbulencias a sotavento.
El estudio, encargado por la EASA y llevado a cabo en 2023, culminó con la publicación de su informe final en octubre de 2023. Este documento proporciona una base sólida para abordar los desafíos identificados y mejorar la seguridad aérea en relación con la presencia de turbinas eólicas en Europa.
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